El destino - Jesús y Daniel (Gemeliers)

Capítulo 68

NARRA SANDRA

- ¡Mamá me voy! - grité para avisarla.

- ¡Espera! ¡No te vayas sin darme un beso! - Oh dios,que pesadez.-¡Qué guapa estas!

- Yo siempre estoy guapa según tú...

- Es que quien es guapa,es guapa hija.

- Ya,claro - dije sin creérmelo.Todas las madres piensan que su hija/o es lo más bello del universo. Aunque no fuera así - ¡Ah!Por cierto ya sé que era lo que querías contarme antes de que me fuera a Mallorca.

- ¿Sabes lo de Lucas? Te lo ha contado tu padre,si es que es un bocazas - dijo segura.

- No,mamá. No fue papá. Lo descubrí yo,llamando a Lucas - la mentí,en verdad era porque no me lo cogía. Pero no iba a contarle que me fui yo sola a ver a su hermano para descubrir lo que le pasaba,porque me mataría.

- Bueno Sandra ya hablaremos sobre ese tema con más tranquilidad,ve y pásatelo bien.

- ¿Se sabe algo de él? Últimamente no me coge el teléfono.-insistí,quería sacarle toda la información que tuviera.

- Ve.

- No. Hasta que no me digas lo que sabes no me iré.

- Mira que eres cabezota.

- De alguien lo habré heredado...

- Pues será de tu padre porque de mí no.

- Cuéntamelo - exigí con intriga.

- Todavía no sabemos nada Sandra.

- ¡Oh mamá,vamos!¡Estoy harta de que no me cuentes las cosas!

- Lo digo enserio,si supiera algo te lo diría pero hay que esperar el resultado de las pruebas.

- ¿Tanto tardan en hacerle unas malditas pruebas?

- Los médicos parecen tomarlo con calma. Es como que atienden a otros antes que van de urgencias y a él le dejan para el final,así que no debe de ser muy importante lo que le pase. Debe de estar bien.

- Más vale que sea eso. Bueno,me voy,volveré tarde.

- Tu padre llega a las 12 de trabajar,¿vendrás más tarde que eso?

- Mamá,es una fiesta. Además,la ha montado Calum,en un local sólo para nosotros. ¿Más seguro que eso? Es como si fuéramos a casa de Calum.

- Vale...ten cuidado.

***
Llamé al timbre del local que me había indicado Calum.

Él me abrió la puerta y pude escuchar la música  a tope. Ya entiendo,paredes insonorizadas.

- Vaya,cuanta gente - observé - ¿Quiénes son?

- Ni siquiera yo los conozco.

Intenté subir una ceja,pero nunca me salía,aunque él entendió mi expresión.