Ya era martes otra vez, la semana se me había hecho muy larga. Deseaba ver otra vez a Pablo, la verdad es que se me hacía muy duro pasar sin él los días y sobre todo las noches. Pero ya no era solo sexo, empezaba a echarlo de menos en mí día a día, sentía la necesidad de hacer cosas cotidianas con él. Hablábamos todos los días, nos llamábamos por las noches y nos contábamos que tal había ido el día. Pero sentía la necesidad de tocar su cuerpo, besar sus labios y escuchar su voz. Me estaba enamorando, y había llegado a un punto de no retorno. Me daba miedo que él no sintiera lo mismo que yo, no podría soportar un rechazo de Pablo.
Llegue a Barcelona y Silvia me estaba esperando en el ave, nos tomamos el típico café y fuimos a dejar las cosas al hotel.
Estábamos en mi habitación y tocaron a la puerta. Eran las chicas Ruth, Vicky y Falete.
Silvia:
- Hombre ya estamos todas jaja.
Vicky:
- Oye chicas que estábamos hablando de que esta noche podríamos hacer fiesta de pijamas no? Que hace mucho que no hacemos una.
Ruth:
- Si, si que nos tenemos que poner al día.
Ana:
- Por mi perfecto.
Falete:
- Pues de lujo chocho, porque va a ser aquí en tu habitación jajaja.
Silvia:
- Alee viva la autoinvitación jajaja.
Ana:
- Jajajajajajajaja, no pasa nada, ale pues aquí se hace la fiesta.
Estábamos ensayando y en un descansito fui a buscar a Pablo, estaba en la sala vip.
Ana:
- Hola guapo. Le dije mientras le daba un beso.
Pablo:
- Hola preciosa. Que tal esta mi princesa?
Ana:
- Pues ahora mucho mejor, te echaba de menos. Me senté encima suyo y continué besándole.
Pablo:
- Joder como echaba de menos tus besos morena. No puedes tenerme tantos días sin poder tocarlos.
Ana:
- No es culpa mía Pablito, siempre que estamos juntos son tuyos.
Pablo:
- Ayy es que me encanta todo de ti Anita. No sé que me haces que me vuelves loco.
Ana:
- No te hago nada es que cuando estoy contigo soy la mejor versión de mi. Y eso es gracias a ti.
Pablo:
- Pues me vuelven loco todas tus versiones.
En ese momento escuchamos ruidos y me senté rápido en el sofá y empezamos a hablar para disimular. Eran Adri, Edu y el Sevilla. Empezamos todos a conversar y a reírnos hasta que tuvimos que retomar los ensayos. Le dije a Pablo que esa noche no podíamos vernos porque teníamos fiesta de pijamas, me miro con cara triste pero enseguida me sonrió y me dijo que disfrutara con las chicas y me lo pasara genial.