Capítulo 53.

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El día pasó volando y estábamos preparando las cosas para volver a Madrid, habíamos decidido que este fin de semana se vendría a mi casa, para poder estar con la niña. Joana pasaría desde el jueves hasta el domingo en casa. Cuando ya teníamos todo listo fuimos a la habitación de Silvia para recoger a la niña. Cuando llegamos todavía estaba preparando la maleta de Joana. Cuando termino...

Silvia:

- Ana podemos hablar?

Ana:

- No me apetece ahora.

Silvia:

- Ana de verdad no seas cría, vamos a hablar.

Ana:

- Silvia te he dicho que no me apetece.

Pablo:

- Chicas va todo bien?

Ana:

- Si claro...

Joana:

- Tía ya estoy lista.

Ana:

- Pues vamos enana.

Silvia:

- No te olvides de darle el biberón de leche por la noche... si no, no se duerme.

Ana:

- Tranquila.

Cogí a la niña en brazos y Pablo cogió su maletita y nos fuimos directamente al AVE. Después de unas cuantas horas llegamos a Madrid, la niña se había dormido durante el trayecto así que la baje con cuidado y siguió durmiendo en mis brazos. Dejamos las cosas en la habitación de la niña y la despertamos para que cenara. Al terminar la niña estaba que se caía, le prepare el bibe y al terminarlo ya se había dormido. La deje en la cama y me fui al salón con Pablo.

Ana:

- Bueno pues la niña ya está dormida.

Pablo:

- Bueno pues ahora tenemos tiempo para nosotros.

Me cogió de la cintura y me sentó encima de él, yo le rodee el cuello con mis brazos y empecé a besarle. Me encantaban sus labio, su sabor. Sabía muy bien. Me perdía en ellos.

Me cogió de las caderas y me puso a horcajadas sobre él. Me agarro del culo y empezó a acariciarlo. Yo al principio le seguí el juego, pero cuando empezó a mover mis caderas sobre el...

Ana:

- Pablo para.

Pablo:

- Uummm... un poquito más.

Ana:

- Pablo esta la niña en la habitación.

Pablo:

- No se va a enterar, duerme como un angelito.

Ana:

- Pablo la niña es muy inquieta y se puede levantar, no me fio.

Pablo:

- Valeee.

Ana:

- Bueno pero besos si que me puedes dar.

Le dije levantado la ceja y mordiéndome el labio.

Pablo:

- Te doy los que me pidas.

Por fin,tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora