Capítulo 45.

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De manera sorprendente me desperté de forma natural, abrí los ojos y vi a la rubia a mi lado durmiendo como un tronco. La pobre tiene peores resacas que yo. Mire el móvil y eran las 10:30. Joder que pronto. Pensé en dormir un poco más, pero a mi mente llego Pablo, estaba en la habitación de al lado. Y de repente me entraron unas ganas terribles de...

Ana:

- Ahora vuelo rubia, no tardo.

Le di un beso en la frente, muy suave para no despertarla. Me levante y fui directamente a la habitación de al lado. Toque a la puerta y espere a que Pablo abriera.

Pablo:

- Bueno días prin...

No le deje terminar la frase me lance a sus labios de una manera salvaje, como una yonqui que necesita su dosis, la dosis de besos y amor que solo el me sabe dar. Mientras seguía besándole lo empotre contra la pared cerrando la puerta con mi pie. Le quite la camiseta que llevaba, y como él hacia siempre conmigo me quede unos segundos mirando su torso, era prefecto. Continúe con sus labios hasta que decidí ir más allá. Con mi lengua empecé a recorrer su cuello, los besos se me quedaban cortos, necesitaba saborearlo de verdad. Después del cuello seguí por su torso. Mi lengua recorría cada parte de él, dejando el camino marcado.

Pablo:

- Madre mía menudo despertar tienes hoy nena.

No hice caso a sus palabras, mis cincos sentidos estaban puestos en su cuerpo, cuando ya me había saciado con su cuerpo mire fijamente a sus ojos y entonces introduje mi mano dentro de sus pantalones y sin dejar de mirarle a los ojos empecé a mover mi mano de la manera que se que le vuelve loco. Tras el primer movimiento pude escuchar el gemido que salía de su boca, me encantaba notar el aliento de su gemido de placer en mi cara. Continué con mi faena hasta que me pareció oportuno seguir con otra parte de mi cuerpo.

Me puse de rodilla y termine de bajarle los pantalones y los calzoncillos. Empecé con el trabajo, el me cogía del pelo para facilitarme la faena. Pero cuando llevaba solo un par de minutos así me cogió de los brazos y me puso a su altura. Me besaba salvajemente, casi no podíamos respirar.

Pablo:

- No estamos en igualdad de condiciones.

Comenzó a desnudarme hasta que por fin estábamos los dos sin ropa.

Pablo:

- Ahora me toca a mí.

Salte y rodee su cintura con mis piernas, para mi sorpresa empezó a caminar hasta la mesa de madera, allí me tumbo y puso mis dos piernas sobre sus hombros e imito el acto que yo había empezado a darme placer con su boca. No podía reprimir mis gemidos, así que no lo hice. Cuando ya no podíamos aguantar más su tumbo conmigo en la mesa y entro en mi. Empezó de una manera suave pero a cada momento sus embestidas iban aumentando en número y velocidad, yo notaba que él iba a explotar en cualquier momento, pero aguanto un poco más hasta que los dos llegamos juntos al clímax, así era él, hasta eso quería que lo hiciéramos juntos. Cuando nos separamos estábamos sudados y con la respiración entre cortada, necesitaríamos unos minutos para recuperarnos.

Ana:

- Pablo.

Pablo:

- Dime.

Ana:

- Que buenos días.

Pablo:

- Muy buenos días.

De la mesa nos pasamos a la cama a descansar un poco y recomponernos, yo estaba apoyada en su pecho y escuchar los latidos de su corazón me daba la vida. Él con su dedo recorría toda mi cara, perfilando cada una de las líneas de mi rostro, centrándose más en mis labios. Ese suave tacto en mi piel me estremecía. Cuando llevábamos un rato así...

Ana:

- Pablo cariño me voy a la habitación que esta Anna allí y no quiero que se despierte y este sola.

Pablo:

- Ahh claro tranquila amor. Nos vemos ahora en el desayuno.

Nos despedimos con un beso y fui a mi habitación. Cuando llegué a la habitación Anna aun estaba dormida así que fui a darme una ducha rápida y cuando salí decidí despertarla. Como se que se hace mucho la remolona fui a tope. Cogí carrerilla y me lancé directamente encima de ella.

Ana:

- Rubiaaa! Despiertaaa.

Anna:

- Ayy locaa que haces?

Ana:

- Despertarte cuqui. Venga arriba.

Anna:

- Voy pesadaa! Pero relax que a estas horas no soy persona.

Ana:

- A estas horas dice, si son las 12. Venga pégate una ducha y bajamos a desayunar.

Anna:

- Voy, voy.

Estuve mirando Twitter hasta que la rubia estaba lista, la verdad es que tampoco tardo tanto.

Cuando bajamos estaba casi todos mis compañeros menos Vicky y el Sevilla que tenían ensayo, yo lo tenía después de comer. El resto estaban desayunando o simplemente esperando a que el resto terminara.

An(n)as:

- Buenos días.

Todos:

- Buenos días.

Me acerque a Pablo y le di un beso. El resto de compañeros soltaron unas risitas, parecían quinceañeros. El desayuno transcurrió como siempre entre risas y conversaciones tontas. Anna también se quedo a comer, después le acompañe hasta el AVE y me despedí de ella. Por la tarde hice mi ensayo, la verdad es que me reí muchísimo, me tocaba hacer a Nicky Minaj, eso era una locura, no estaba muy segura de que me saliera bien, pero bueno...

Cuando me quise dar cuenta ya estábamos de camino a Madrid, nos fuimos todos los compis juntos y como era de esperar el vagón parecía una caseta de la feria de abril. Cuando nos relajamos un poco me incline para descansar en pecho de Pablo.

Ana:

- Amor.

Pablo:

- Dime.

Ana:

- Duermes hoy en mi casa?

Pablo:

- Por mi perfecto, trabajo mañana, pero por la noche.

Ana:

- De lujo!

Empezamos besarnos y a darnos mimos...

Vicky:

- Ya están los empalagosos jajaja.

Le saque la lengua.

Vicky:

- Es broma chicos, me encanta veros así de bien.

Ana:

- Ayy que te comoo!

Cuando llegamos a casa estábamos reventados, no tardaríamos mucho en caer rendidos.

Ana:

- Hogar, dulce hogar.

9

Por fin,tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora