Me desperté con los besos de Pablo sobre mi espalda, en cuanto la luz entro en mis ojos me invadió un dolor de cabeza horrible. Eso me pasa por pasarme con la bebida.
Ana:
- Uff... como me duele la cabeza.
Pablo:
- Normar princesa ayer te bebiste hasta el agua de los floreros.
Ana:
- Que exagerado.
Pablo:
- Si, si... así estas hoy jajaja.
Ana:
- Ehh no te rías de mi.
Pablo:
- Anda vete a la ducha que si no, no te espabilas hasta mañana.
Me fui al baño y me di una ducha rápida, teníamos que ir a ensayas la gala de la semana que viene.
Baje a desayunar con las gafas de sol, todavía no me había acostumbrado a la luz del sol. Cuando llegue algo pasaba, se respiraba tensión en el ambiente. Y todos me miraban.
Ana:
- Se puede saber qué pasa?
Vicky:
- Será mejor que lo veas tu misma Anita.
Me dijo pasándome su móvil, donde estaba puesto un video. Lo vi y no me lo podía creer, era Anna en la alfombra de los premios, un gilipollas le había empezado a hacer preguntas sobre mis fotos en la revista y ella se había alterado mucho, lo había puesto fino. También salía Miki.
Ana:
- Joder, no me lo puedo creer. La que le va a caer a la pobre por mi culpa.
Ruth:
- No digas eso nena. La gente la está defendiendo mucho por twitter. Pero eso si va a salir en todos los zappings de aquí a que se retire.
Apoye los codos sobre la mesa y me lleve las manos a la cabeza.
Ana:
- Siempre meto en jaleos a la gente que me rodea macho, no aprenderé nunca.
Falete:
- Chocho de verdad que la gente se ha volcado mucho contigo y ella se ha convertido en una especie de heroína, le ha dicho a ese gilipollas lo que se merecía.
Ana:
- No sé...
Me levante y me fui, quería terminar los ensayos los mas rápido posible y marcharme a mi casa. Cuando iba por mitad del pasillo note como me cogían del brazo.
Silvia:
- Nena espera, no te pongas así.
Ana:
- Joder Silvia como quieres que me ponga, tu sabes la cagada monumental que hemos hecho. Y esta trayendo consecuencias para otras personas.
Silvia:
- Cielo Anna hizo eso porque le nació, le nació protegerte y defenderte, saco el instinto que lleva dentro, tu hubieras hecho lo mismo por ella. Y conociendo a la rubia aun se contuvo mucho.
Ana:
- Ya pero me siento culpable.
Silvia:
- Bueno pues invítale a una cena que ya sabes que a la catalana todo lo que sea gratis jajajaja.
Ana:
- Jajajaja que imbécil.
Silvia:
- Y sabes que te digo? Que la rubia porque es muy blanda pero soy yo y le hubiera pegado un puñetazo a ese imbécil.
Ana:
- Ya lo sé jajaja.
Silvia:
- Ahora que estamos solas quiero aprovechar para pedirte perdón Anita, por como reaccione cuando me contaste lo de Hugo. Debí haberte apoyado pero sabes que me paso? Que te vi llorar tanto cuando lo dejasteis que me aterraba la idea de que pudieras pasar por lo mismo. Y lo page contigo. Lo siento nena de verdad.
Ana:
- No pasa nada Silvia, esta todo olvidado.
Silvia:
- Te quiero nena.
Ana:
- Yo más.
Nos fundimos en un abrazo que duro hasta que mi corazón sanó un poquito la herida que tenía en esos momentos.
El día paso rápido con los ensayos, y un poquito antes de la hora de cenar ya estábamos en mi casa, como no Pablo se vino conmigo, no podía estar separada de él, sentía que me faltaba algo. Mi chico estaba preparando algo de cenar cuando me acerque por detrás y le rodee la cintura con mis brazos, posando mi cara en su espalda.
Ana:
- Que rico huele.
Pablo:
- Pues nada en este mundo huele mejor que tú.
Ana:
- Que tontorron te pones jaja.
Pablo:
- Es lo que produces en mí.
Ana:
- Ya que te has puesto así de tontorron te quería proponer algo.
Pablo:
- Dime.
Ana:
- A ver se están acercando las navidades y mi familia sabe de tu existencia pero no te conocen así que... quiero que estas navidades conozcas a mi familia.
Pablo:
- Me encantaría princesa, no me puedes hacer mejor regalo de navidad.
Y así estuvimos un buen rato preparando la comida entre besos robados y caricias furtivas. Me encantan todas las facetas de Pablo. Su parte hogareña, su parte fiestera, su humor, como me trataba en privado y en público, me llevaba en bandeja de plata, yo intentaba darle todo lo que se merece pero pienso que nunca estaré a la altura de él.