Ana:
- Que haces tú aquí...?
Hugo:
- Ana puedo hablar contigo?
Me apresure a cerrar la puerta tras de mí, no quería por nada del mundo que Pablo se despertara y se liara la tercera guerra mundial, le cogí del brazo y lo aleje un poco de la puerta.
Ana:
- No, no puedes. Vete por favor me vas a buscar problemas.
Hugo:
- Ana de verdad necesito hablar contigo.
Ana:
- Hugo no hay nada de qué hablar, tuviste tu oportunidad de hablar conmigo y no quisiste. Te roge que antes de mandarlo todo a la mierda tuviéramos una conversación, una conversación que nunca tuvo lugar.
Hugo:
- Lo sé Ana, que te crees que no me pesa la gilipollez que hice, te lleve al límite hasta que no pudiste más y una vez te perdí me di cuenta que no podía vivir sin ti. Desde la primera noche que dejaste de dormir en mi cama no concilio el sueño. Me falta tu olor, tu pelo alborotado por la mañana, tu cara de dormida cada vez que madrugábamos, tus besos de buenos días, hundir mi cara en tu pelo cada noche, que me quites las manta por la noche mientras dormimos... Por favor Ana necesito todo eso, te juro por lo que más quieras que he intentado vivir sin ti, pero no puedo, he intentado rehacer mi vida pero es imposible, es imposible porque ninguna de ellas eres tú. Te intento buscar en cada una de ellas pero es imposible. Solo te quiero a ti. Ninguna consigue entrecortarme la respiración como tú lo haces. Y pensar que duermes con otro, que haces tu vida con otro, que es otro el que te hace feliz me mata, me mata poco a poco, día a día. Te necesito Ana. Necesito que vuelvas. Nuestra casa te está esperando. Y yo también.
Ana:
- Escúchame Hugo...
Hugo:
- No, no tienes porque hablar ahora, no tienes que darme una respuesta ahora. Piénsalo Ana, pero piénsalo enserio, esto no es una rabieta de exnovio celoso. Te amo. Y te estoy esperando. Te esperare toda la vida y pase lo que pase en cualquier momento de tu vida voy a estar ahí. Si en algún momento todo se desmorona y se viene abajo yo estaré ahí para sujetar tu vida. Te amo enana.
En ese momento se acerco a mí, muy lentamente, no sé si fue por mi estado se shock o por todo lo que me había dicho pero no fui capaz de para ese beso. Me deje besar. Note que tenía ganas de recordar, disfruto del contacto de nuestros labios y saboreo todo lo que pudo mi boca. En ese momento...
Joana:
- Tiaaaaa!
Me separe rápidamente, la niña venia hacia mi corriendo y de un salto la cogí en brazo. La niña enseguida comenzó a llenarme la cara de besos.
Ana:
- Hola mi amor.
Joana:
- Tía me quedo hoy con vosotros aquí.
Ana:
- Muy bien mi niña, ya verás que bien nos lo vamos a pasar.
Joana:
- Sii!
La niña se quedo mirando un poco raro a Hugo...
Joana: