Capítulo 25.

488 28 4
                                    


Salimos del restaurante y fuimos a dar una vuelta por un parque cercano, las pausas eran continuas, no podíamos parar de besarnos. Parecíamos adolescentes que no podían separarse ni un instante. Nos sentamos en un banquito que había en el parque.

Pablo:

- Ana ya que estamos aquí, bueno... yo tengo que ir a ver a mi familia, que si se enteran de que estoy aquí y no voy a verlos me matan.

Ana:

- Pablo me estás diciendo que quieres que conozca a tu familia?

Pablo:

- Si Ana quiero que conozcas a mi familia.

Ana:

- Ostia Pablo que vergüenza. Me da mucha vergüenza conocer a tu familia.

Pablo:

- Jajajaja, pero que dices Anita, que mi familia es muy simpática, te van a tratar como una más de la familia.

Ana:

- Madre mía Pablo que yo cuando me pongo nerviosa no se que decir y parezco tonta, se van a creer que soy subnormal.

Pablo:

- Que no Ana, pero como te vas a poner nerviosa si eres más descarada que nadie...

Ana:

- Y si nos les gusto? O si no les caigo bien?

Pablo:

- Pero como no les vas a gustar princesa, si eres perfecta. Como esos ojos y esos labios tan perfectos ehh...

Nos fundimos en un beso tierno, consiguió tranquilizarme un poco pero la verdad es que desde que me dijo de conocer a su familia estaba un poco nerviosa.

Pablo:

- Podemos ir andando, viven cerca de aquí. Además hoy al ser viernes estarán mis hermanos y mis sobrinos.

Ana:

- Cuantos hermanos tienes?

Pablo:

- 4.

Ana:

- Jodeeer. Anda que es uno o dos jajaja.

Pablo:

- Y tu cuantos hermanos tienes?

Ana:

- 3.

Pablo:

- Luego me dices a mí, anda que tú también tienes pocos. Y a mí también me tocara conocerlos.

Ana:

- Hombre no te vas a librar ni loco jajaja.

Pablo:

- Lo estoy deseando jajaja. Yo soy el pequeño de todos, mis hermanos ya tienen todos hijos, solo quedo yo.

Ana:

- Yo soy la tercera y solo tiene hijos mi hermana la mayor.

Fuimos hablando todo el camino de nuestras cosas, la verdad que muchas eran tonterías pero me reía mucho con él. Eso era una de las cosas que me enamoro. Cuando llegamos a la puerta de la casa de sus padres yo estaba nerviosísima, me sudaban hasta las manos.

Por fin,tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora