Capítulo 3.

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Era el día de la primera gala, a mi me tocaba salir la tercera y debo confesar que estaba bastante nerviosa, no sé cómo no me dio un infarto mientras subía en el ascensor/clonador ese extraño, pero bueno salí y defendí la canción como pude. Y tampoco creo que me saliera tan mal, de hecho no quede la última.

La gala termino con Ruth como ganadora, como era de esperar. Pero la forma tan humilde que tuvo de ganar me hizo pensar que era una gran persona y que de ahí saldría una bonita amistad, la verdad que no me equivocaba y a día de hoy puedo decir que es una gran amiga, de esas con las que cuando te reúnes con ella te hace sentir como en casa, aunque estés al otro lado del mundo.

Al terminar nos fuimos al hotel a cenar y después Ruth nos invito a unas rondas de chupitos y entre unas cosas y otras terminamos en una pequeña discoteca que estaba incorporada en el mismo hotel. Eso era una ventaja ya que no tendríamos que conducir, con subir a las habitaciones ya estaba todo hecho. Y mejor porque nos agarrábamos unas importantes la verdad.

La única pega de esa discoteca era que la música no era mucho de mi royo, ponían mucho electro latino, eso si Adri encantado. Pero bueno a esas alturas de la noche ya nos daba igual, bailábamos lo que nos pusieran.

Estábamos en la pista todas las chicas juntas, dándolo todo y riendo, cuando de repente noté como me cogieron por la cintura y bailaban muy cerca de mí. Me gire y vi a Pablo.

Pablo:

- Hola morena. Qué bien te mueves.

Ana:

- Hombre no me has visto en la gala jajaja.

Pablo:

- Si si me he fijado, como para no hacerlo. Estas como para no mirarte morena.

En ese momento me di cuenta del palo del que iba Pablo. De verdad que yo me pensaba que era un chico dulce y sensible, pero después de esos comentarios me di cuenta y vi a lo que iba.

Tampoco quise juzgarlo tan rápido quizás esa era su manera de entrarle a una chica, pero de todas formas si quería jugar, en ese juego yo era la mejor. Y lo que viniera después ya vería. Yo soy mujer de vivir el momento.

Así que decidí seguirle el juego y comencé a bailar con él, muy juntos, muy pegados. Quería que notara mi cuerpo, todas las partes de el. Para mi sorpresa el hacía lo mismo. Y en un momento del baile gire para quedar de espaldas al él, a lo que respondió cogiendo de la cintura y apretando más su cuerpo contra el mío, haciendo que notara todas las partes de su cuerpo, todas. Mientras me iba susurrando cosas al oído, algunas de ellas no llegaba a entenderlas, pero mejor porque con las que entendí la temperatura de mi cuerpo iba subiendo. La verdad es que no se si el resto de mis compañeros se percataron de la situación, yo estaba en mi mundo.

Pero de repente baje de la nube.

Silvia (acercándose a mi oreja):

- Nena me acompañas al baño? Creo que me he pasado con los chupitos.

Ana:

- Claro cari. Estas bien?

Silvia:

- Si, si. Solo quiero lavarme la cara.

Ana:

- Claro vamos.

Me gire y le puse cara de otra vez será a Pablo, a lo que me respondió con una sonrisa pícara.

Fuimos al baño y le lave la cara a Silvia, le di un poco de aire. La verdad es que tardamos un poco y cuando salimos el resto de compañeros nos estaban esperando para marcharnos ya a las habitaciones, la verdad es que era un poco tarde.

Subimos todos en el ascensor ya que estábamos todo en el mismo piso y las habitaciones eran contiguas. Durante el trayecto Pablo y yo no parábamos de lanzarnos miradas y sonrisas cómplices. Al subir decidí acompañar a Silvia a su habitación para asegurarme que estaba bien y ya de paso ponerle el pijama, ella no podía.

Las casualidades de la vida hicieron que mi habitación estuviera entre las de Silvia y Pablo, algo que adoraba.

Cuando ya había acostado a Silvia le di un beso en la frente y me marche a mi habitación, allí me puse el pijama, me lave los dientes y me fui a dormir. Al meterme en la cama escuche unos golpecitos en la pared, a lo que no pude evitar que se me escapara una sonrisilla. Le devolví los golpes en forma de buenas noches y me fui a dormir, que al día siguiente volvíamos a tener ensayo.

Al día siguiente me levante un poco resacosa ya era un poco tarde, serian las 11:00 o así cuando me levante, como pude también os lo digo.

De camino al baño, pase por la puerta y me quedé helada con lo que vi. Una nota que ponía.

- Buenos días dormilona, Pablo.

Por fin,tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora