Entramos en casa de sus padres y su madre nos recibió con mucho cariño, enseguida se lanzó a mis brazos y me dio dos besos.
MP:
- Hola bonita. Qué guapa estas.
Ana:
- Gracias. Le dije sonriendo.
MP:
- Anda pasad que estoy terminando de hacer la comida.
Fuimos hasta el salón a saludar a su padre que estaba tranquilamente en el sofá viendo la tele, al vernos entrar se levanto y vino a saludarnos.
PP:
- Hola hijo.
Pablo:
- Hola papá.
PP:
- Hola preciosa.
Ana:
- Buenas.
PP:
- Ya me ha dicho tu madre que os vais esta tarde.
Pablo:
- Si papá que mañana tenemos que trabajar.
PP:
- Muy bien hijo, espero que vuelvas pronto y traigas a Ana contigo.
Ana:
- No lo dude, no será la última vez que me vea por aquí.
MP:
- Sentaos un poquito hijo, ahora saco algo de picar, así hacemos tiempo a que venga Carmen. Hoy solo viene ella, que tus hermanos tenían plan. No tardara en venir.
Ana:
- Jajaja (risa nerviosa). Qué bien.
Estuvimos picoteando hasta que tocaron al timbre, era su hermana, era inevitable y yo intentaba estar lo menos nerviosa posible. Entraron en el salón con las dos niñas, la bebe y la nena de tres años. El niño que conocí el viernes era de otro de sus hermanos. Decidí hacer uso de mi humor y tomarme lo que había sucedido a cachondeo, sino me iba a morir de la vergüenza, así que a reírnos todos. Ea.
Carmen:
- Hola pareja! Que tal el finde?
Pablo:
- Hola hermanita. Muy bien lo hemos pasado genial.
Carmen:
- Hombre si ha terminado como empezó jajaja.
Ana:
- La verdad es que si ha terminado como empezó jajaja.
MP:
- Qué?
Carmen:
- Nada mamá cosas nuestras jaja.
MP:
- Uyy cuanto secretismo entre cuñadas jaja.
Ana:
- No se lo puede imaginar.
Carmen:
- Si es que aunque nos presentaron el otro día, oye ya nos conocemos mejor jajaja.