Capítulo 50.

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Ya era miércoles por la tarde, nos estábamos preparando para la gala, ese día fue uno de los que más miedo pase. Me tocaba imitar a Nicky Minaj, era muy difícil, había mucha letra y mucho baile, encima todo a la vez. Espero que la respiración no me falle y me desmalle ahogue en mitad del escenario. Perdí la cuenta de las horas que pase en caracterización. Cuando por fin terminaron fui a la sala VIP con mis compañeros.

Silvia:

- Madre mía estas cañon Morgade.

Falete:

- Ten cuidado no se te salgan las tetas chocho.

Ana:

- No te preocupes estas bien sujetas jaja.

En ese momento entraron los chicos.

Adrian:

- Hostia Ana que bien te sienta el verde.

Dijo mirándome el escote. Pablo le dio una colleja.

Pablo:

- Menos con mi chica jaja.

Ana:

- Bueno ya no? No creo que sea para tanto.

Ruth:

- No, que vaa!

Siguieron un poco más con el cachondeo hasta que se iban yendo a actuar, esta vez Pablo salía antes que yo así que no estaría ahí para desearme suerte y darme un beso antes de salir. Además esta vez no salía del clonador sino que tenía que salir por el pasillo que está detrás del jurado. Llegó la hora. Salí al escenario con todas las fuerzas que tenia y sorprendentemente no me salió nada mal, el jurado flipó conmigo, no paraban de decirme lo bien que lo había hecho y la verdad es que al final hicieron que me emocionara un poco. La gala fue transcurriendo y todos mis compañeros no paraban de decirme que lo había hecho genial y que me merecía ganar la gala, yo les respondía que no me iba a hacer ilusiones que esta noche había habido grandes actuación y que cualquiera de nosotros podíamos ganar aquella noche.

En el descanso fuimos a comer algo, las bromas sobre mi vestuario no cesaban pero tenían tanta gracia los cabrones que no podía enfadarme con ellos. Pablo no dejaba de mirarme pícaramente y yo le respondía de igual forma. Cuando se vació un poco la sala VIP me acerque a Pablo y lo cogí de la cintura y pegue mi cuerpo al suyo para que notara todo de mi. No conforme con eso, le di la vuelta para que quedara frente a mí. Me lance a su boca en cuanto el giro llego a su fin, sin darle opción a replica. Aunque sabía que no la habría. Él enseguida respondió a mi beso y cogiendo me las caderas hizo que quedara a horcajadas sobre el. Por lo que fuera el beso se fue calentando y cuando me di cuenta la bestia había despertado. Como los dos íbamos caracterizados de negros no había problema de mancharnos, asi que de esa manera, subida sobre sus caderas y con mis brazos rodeando su cuello nos dirigimos al baño.

Entramos y nada más hacerlo me empotro contra la puerta. Nuestros besos solo podían centrarse en nuestras bocas ya que si lo repartíamos por el cuerpo dejaríamos una prueba del delito, ese delito que cometería el resto de mi vida, ese delito que no te lleva a la cárcel sino a la gloria.

Seguimos nuestro trabajo e introduje mi mano debajo de sus pantalones y vi la cara que puso, la que pone cada vez que lo hago mío. Tardamos un poco en quitarme mi parte de abajo, con cuidado y delicadeza nos deshicimos de todas las capas y entonces lo senté en la taza del váter, lo mire fijamente a los ojos y entonces hice el movimiento perfecto para que se introdujera en mi. Movía mis caderas al son de la música que sonaba en mi cabeza. Pablo sollozaba sus gemidos pero yo era incontrolable y cuando estaba a punto de tocar el cielo Pablo tapo mi boca con su mano para que pudiera explotar en gemidos sin miedo a que nos escucharan.

Empezamos a vestirnos un poco más rápido que antes ya que la gala iba a retomarse. Cuando me estaba poniendo la parte de abajo.

Silvia:

- Marranos ya habéis terminado?

Ana:

- Hostia! Ehh qué?

Silvia:

- No os hagáis los locos que os he escuchado so guarros. Llevo 20 minutos cantando y pegando gritos en la puerta del baño para que los que pasen no os escuchen.

Ana:

- Si Silvia ya salimos.

Silvia:

- Venga que ya empieza la gala.

Salimos del baño y ahí estaba Silvia intentando poner cara de enfado pero se le veía a leguas que se estaba descojonando, nosotros salimos como perrillos con las orejas agachadas. Cuando pasamos por su lado...

Silvia:

- Anda que...

Retomamos la gala, mis compañeros dieron sus puntos y yo iba en cabeza, pero finalmente con la puntuación del público Edu se proclamo y entonces hizo lo más bonito que habían hecho por mi en un programa de televisión. Me cedió su premio para que pudiera donarlo a mi ONG. Al final el jurado y mis compañeros terminaron llorando. Después de la gala fuimos a cenar y como siempre nos calentamos la boca con el vino y después en la discoteca continuamos la fiesta, la verdad es que como tenía motivos para celebrar acabe agarrando un pedo, no muy fuerte pero bueno...

Bailamos sin parar hasta que nuestros cuerpos no podían más y decidimos subir a las habitaciones. Por el camino yo me había puesto más tontorrona de lo normal y el pobre Pablo tenia que aguantarme, entramos en la habitación entre besos y magreos.

Pablo:

- Madre mia Ana eres insaciables.

Ana:

- Ay pero es por tu culpa. Espérame en la cama que voy un momento al baño.

Pablo también iba un poco contento y fue hacia la cama haciendo eses. Me lave la cara y los dientes y salí del baño.

Ana:

- Pablo...

No recibí respuesta.

Ana:

- Pablo...

Mire bien en la cama y lo vi tumbado, me fije y me di cuenta que se había quedado dormido.

Ana:

- La madre que te pario.

Le quite los zapatos y los pantalones y lo tape con una manta. Me puse a su lado y antes de dormirme le di un beso en los labios.

Ana:

- Te amo. Descansa mi rey.

Por la mañana me desperté con el sonido de unos golpes en la puerta. Eran continuados e ininterrumpidos. Me levante a abrir con un dolor de cabeza notable. Abrí la puerta para ver quien estaba llamando tan efusivamente.

Ana:

- Que haces tú aquí...?

 

Por fin,tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora