Capítulo 2.

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Según van abriendo la puerta, se deja ver una chica más o menos de mi edad, pelo liso y alta, sí, bastante alta.
-Buenas, ¿sois mis hermanos baratos no?-dice con poco interés, nosotros asentimos con la cabeza-¡Mamá, tus hijos reemplazados ya han venido!-dice en francés.
Unos pasos repiquetean por la escalera, mientras que nos vamos adentrando al pasillo y nos encontramos con nuestra "madre".
-Bonjour ¿Cómo estais? Debeis de venir agotados- nos mira con compasión- Tatiana, acompaña a la chica a su habitación, yo acompañaré al chico a la habitación de tu hermano.
Sin decirme nada me lleva hasta la habitación, al parecer la comparto con ella, su cama lleva otra abajo, que es la mía.
-Perdona, Tatiana-digo tímidamente- pero mi amigo y yo, no hemos podido cenar, ¿Nos podrías dar algo?.
-Ven, baja conmigo- cuando entramos en la cocina, mi amigo nos espera, y Tatiana nos empieza a poner alguna cosa en la mesa.-Mañana van a venir mis amigos, les prometí que os iban a conocer cuanto antes, espero que hayáis traido ropa de baño, mañana nos vamos a la piscina Olympique D'antigone. Por la mañana organizareis vuestra maleta y por la tarde, a las ocho, iremos a la fiesta.
Ben se empieza a reir, y Tatiana le dedica una mirada inquisitiva.
-Veras-empieza a decir mi amigo-yo por mí encantado, el problema es esta señorita, a las pocas fiestas que ha ido ella, terminaban a las diez de la noche, y era una fiesta excesivamente aburrida, como comprenderas, no puede ir a una fiesta divertida, es mucho para ella-me dedica una mueca de perrito mojado.
-No le hagas caso, es un exagerado, lo que quería decir, esque a mi las fiestas no me van, yo soy más casera, leer, escribir, ver una película...-la digo para que no me obligue a ir a la fiesta. Sino tendré que pasar al Plan B, hacerme la enferma.
-Mujer, si por un día no va a pasar nada, si tu amigo se separa, tranquila que yo me quedaré contigo. Además que más que fiesta es un día de piscina normal, que me he expresado mal-me intenta mandar una sonrisa aliviadora pero fracasa estrepitosamente, su sonrisa me parece de o vas o te rajo por la noche, que sé donde duermes.
-Sí-intento darle mi sonrisa falsa más convincente-supongo que por un día no pasa nada-digo suspirando.
-Pues mira, que yo no me lo creo...-abre la boca Ben.

Ya nos íbamos a la habitación y decido hacer una pregunta a Tatiana.
-Oye, Tatiana, ¿cuántos años tienes?
-Tengo diecinueve- me dice con una sonrisa amistosa.
-¿Recién cumplidos?
-Sí, los cumplí el 30 de Abril.
-Yo cumplí 18 el 24 de Junio.
-Oye, lo siento si antes he sido un poco fría, es que tengo un cúmulo de cosas que nose como manejarlas y además estoy con el problema de las mujeres- dice haciendo gestos con la mano.
-Tranquila-la digo sonriendo.
Después de tener una conversación de media hora, en la que tengo que recurrir al traductor para algunas palabras, nos acostamos.

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Suena su despertador con una canción muy familiar para mí, cuando me doy cuenta de que es de mi cantante favorito, me despierto de un trompicón.
-Oh por favor, no me digas que a tí también te gusta Enrique Acebal-digo impresionada.
-Me encanta, le sigo desde que empezó en la música.- me sonríe.
-¿Enserio? ¡Yo igual!-digo emocionada al ver que compartíamos gustos.
La puerta se abre y se deja ver a un Ben todavía adormilado. Nos quedamos mirándole.
-¿Que?-y no dejamos de mirarle-chicas, ya sé que soy adorable pero ocultarlo un poco ¿no?- como ve que no reaccionamos y se me empieza a poner una sonrisa malévola al ver su rotulador en los brazos, ya que se le ve bien porque ha venido sin camiseta puesta, él se percata y se dirije hacia mi cama y se tumba encima mía.
-Quita ¡culo gordo!-mientras que nos peleamos nos dice Tatiana.
-Chicos os dejo mi habitación para que os de intimidad, pero por favor, no lleguéis a demasiada estando en mi cama, esperad hasta esta tarde que vais a tener suficiente tiempo libre.

Cuando por fín dejamos nuestro lado infantil, nos ponemos a acomodarnos en la casa y entre col y col llega la hora de la piscina. Me dirijo a mi cama y me hago la enferma, cuando veo que entra Tatiana me intento pasar por una actriz que merece un Oscar, se me queda mirando inquisitiva pero tras un silencio decide hablar:
-¿Qué te pasa?
-Creo que me va a venir el periodo y me duele un montón-intento decirlo lo más creible posible, en verdad, ya tenía el periodo, era una de las cosas que me echaba para atrás para ir con sus amigos.
-¿Y? No se acaba el mundo, yo también le tengo, te lo recuerdo- me dice como si fuera lo más obvio del mundo.
-Ya, pero a mí me duele-digo quejándome.
-Mira, si quieres, para estar más cómoda, te presto un tampón-quedo horrorizada por sus palabras ¿un tampón?¿acaso quiere que pierda la virginidad con un cacho de plástico?
-Ni de broma-digo segurísima-antes prefiero ir chorreando sangre.
-Oh no, que asco.-me dice arrugando la nariz en acto de repugnancia.
-Ah, y me lo dice la que se pone un objeto en su parte íntima.
-Es lo que solemos hacer todas las chicas para poder ir a la piscina, pero si no quieres, seguro que una amiga mía se queda contigo.-me dice intentando tranquilizarme.

Al final la bruja de la Francesa consigue convencerme y decido ir a la fiesta, solo es un día, eso sí, nada de tampones.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora