Capítulo 16

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Tatiana entra en el baño, mientras me ve que me estoy haciéndo una coleta.
-Can, ¿cómo estás? -me pregunta Tati.
-Bien. -intento decir indiferentemente.
-Ya sabes que son estúpidos y no tienen remedio. -afirma.
-Ya-digo recordando pesadamente la escena en la biblioteca, finalmente decido darla las gracias, al fin y al acabo solo quería que parasen de meterse conmigo.-Gracias Tatiana.
Salimos del baño y al primero que nos encontramos es a Douglas viniendo hacía aquí, pero con dirección al baño de chicos. Y antes de entrar dice:
-Candy, nombre de vieja, qué torpe eres, mira que estrellarte con las escaleras por apagar la luz... -y entra en el baño. Lo que acaba de decir me deja desconcertada, porque solo puede saber mi causa por una razón, y es porque Tatiana se lo ha dicho a Saúl, Saúl a su mejor amigo y su mejor amigo se limita a restregarmelo por la cara.

-Chicos, os propongo una cosa.-nos dice Tatiana, Ben y yo nos limitamos a seguir oyendo.- El Domingo me acompañais a La eglise orthodoxe de France la théophanie, y yo os acompaño a la misa cristiana. -nos quedamos mirándola sin saber que decir, creía que nos iba a decir cualquier cosa menos eso. Ante nuestra confusión opta por hablar. - Es que este Domingo mis padres se tienen que ir a visitar a una tía mía  que vive en Paris y que la han ingresado en el hospital.  Y la verdad, yo voy a la iglesia por costumbre, y no me apetece ir sola.
-Vale, te acompañamos. -digo también por Ben.
-¿A cuánto tiempo está de aquí? -pregunta mi perezoso amigo.
-A unos dos minutos. No creo que te canses. ¿o si? -dice en tono de burla Tatiana. -Por cierto Candy, mañana te visto yo para ir a mi iglesia.
-Okey... -digo sin saber muy bien por qué acepto.
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Me empiezo a desperezar, hoy he quedado para terminar el trabajo en la casa de Alana y no me gustaría llegar tarde.
Comienzo a vestirme, con unos vaqueros que me llegan por debajo del gemelo, deportivas blancas y sudadera gris con la sombra de Mickey Mouse. Me peino el flequillo y me dejo el pelo suelto. Después me dirijo a la cocina y veo a una Tatiana adormilada que no sabe ni por dónde anda. Cuando me mira se queda levantando una ceja pero sigue grogi.
-¿A dónde vas? -dice con la garganta reseca.
-He quedado con Alana para terminar el trabajo. ¿Tú cuando piensas hacer el trabajo? -ella empieza a abrir más los ojos y a espabilarse.
-Mierda, que he quedado con Douglas y Lissa a las once. -miro el reloj y veo que marca las diez y media.
-¿Dónde lo vais a hacer? -pregunto, ella pone una cara de repugnancia y no entiendo por qué hasta que intento imitar sus pensamientos.-Mal pensada.-la reprocho asqueada.
-Van a venir a casa, además cómo no están mis padres puedo poner orden a mi antojo. ¿Y Ben tiene pensado quedarse?-me pregunta.
-La verdad es que no tengo ni idea. Espera, que le despierto y se lo pregunto.-Tati asiente.
Me dirijo a su habitación, pensando en que no creo que se quiera fastidiar el sábado teniendo que aguantar a Douglas.
Abro su puerta y empiezo a moverle dedicadamente, me quedo mirándole, si no le conociera creería que es un angelito.
-Risitas despierta- le digo en voz baja para que no se despierte de un trompazo. Empieza a desperezarse.-Ben, van a venir Douglas y Lissa, ¿qué piensas hacer? Yo me voy a terminar el trabajo a casa de Alana.-Sé que me está oyendo, pero prefiere estar con los ojos cerrados, así que me dirijo hacia la ventana y empiezo abrirle la persiana con el botón automático, la luz del sol nublado se filtra en la habitación.
-¿Sabes? Con lo que me acabas de decir me dan ganas de seguir durmiendo y no despertarme para vivir la realidad.-dice Ben con tono de fastidio.
-Ah majo, toca lo que toca. Bueno, entonces que, ¿que piensas hacer?- pregunto ya que son menos cuarto y he quedado con Alana al rededor de las once y cuarto.
-Viendo las opciones que tengo, prefiero irme contigo e intentar echaros una mano. -me quedo pensativa.
-A lo mejor la sienta mal que te lleve.
-¿Yo? ¿Por qué? Si soy un encanto.-me limito a rodar los ojos.- Ya veras que no pondrá ni una pega, además no me importa hacer de niñero.
Mientras que Ben se prepara, le digo a Tati que Ben se viene conmigo. Cuando está preparado me pongo a recoger las cosas para irnos, mientras que llaman al timbre.
-Yo voy. -dice Tatiana en alto.
Terminamos de recoger todo lo que había en la habitación de Taiana y mia para el trabajo  y bajamos. Ben y yo cuando pasamos al salón nos despedimos de Tatiana,  y nos vamos dirección a la puerta de salida. Al despedirnos estaban Douglas, Lissa y el que no me esperaba, Saúl.
Mientras que estábamos en el autobús para ir a casa de Alana, le hice unas preguntas a Ben que me rondaban la cabeza y que me estaban creando inseguridades y complejos.
-Ben-le llamé en bajo, ya que él tenía la vista perdida en el paisaje que estábamos dejando atrás, él me miró- sé sincera conmigo-hago una pausa mientras que él asiente. -¿Tu crees que estoy gorda? -él empieza a poner los ojos en grande.
-¿A qué viene esa pregunta? -dice sin entender.
-Ben, respóndeme.
-Mira, si me lo hubieras preguntado hace diez años te hubiera dicho un sí rotundo, pero hacerte ahora esa pregunta cuando tiras más a escuchimizada que a gorda. ¿no me digas que te lo estás planteando por algo que te ha dicho el idiota de Douglas?-al no saber qué decir decido negar con la cabeza.-Candy, mírame-le miro-¿Verdad?-me vuelve a preguntar el condenado al conocerme tan bien. Por eso decido decir la verdad.
-Vale, sí, es por eso.-me muerdo el carrillo por dentro. Ben suspira.
Llegamos a nuestra parada y caminamos hasta su casa, cuando llegamos a su puerta llamamos al timbre. Al abrir se deja ver a un hombre rubio con perilla.
-Buenas, tú eres la compañera de trabajo de mi mujer ¿no?-dice refiriéndose a mí.
-Sí, y me he traido a mi amigo, espero que no les moleste.-digo amablemente.
-No-dice negando-pasad. -Vamos detrás del hombre y nos conduce a la cocina.
-Sentaos, ahora  aviso a mi mujer de que habeis llegado, es que está lavando a los niños.
Mientras que voy poniendo el trabajo en la mesa, pisadas chiquininas y grandes se hacen cada vez más presentes.
-Chicos, mamá tiene que hacer un trabajo. -dice Alana a sus hijos. -Hola chicos-nos saluda. -Benjamín, ¿te importaría cuidar de los niños mientras que terminamos el trabajo?
-Por supuesto que no, yo me ocupo. -dice Ben.
-Bueno cariño, entonces no te preocupes y vete a trabajar tranquilo. -le sonrie Alana a su marido, a lo que él asiente.
-Alana, ¿nos vamos al salón? -pregunta Ben. Alana asiente. -Bueno, y como os llamais, se dirige a los pequeños. Al quedarse los niños en silencio Alana interviene.
-Chicos, decirle a Benjamín como os llamais. Que quiere jugar con vosotros. -dice su madre.
-Yo soy Peter Liddell-contesta el niño de tres años con pelo rubio anaranjado y rizado, y ojos marrones caramelo.
-¡Qué chulo el nombre!-dice Ben-¿Y tú?-le pregunta a la niña.
-Yo Alicia Liddell-responde la melliza de Peter que tiene un pelo rubio dorado y ondulado, y unos ojos azul tempestad.
-Ese nombre es de princesa-dice Ben encariñandose con Alicia.-¿Nos vamos al salón y nos ponemos a jugar?-Ellos asienten.
-¡Que niños tan bonitos tienes! -digo a Alana enternecida.-Por cierto, tu marido es Inglés ¿no?-ella asiente-es que se le nota el acento.
-Candy, me tomo una pastilla y nos ponemos con el trabajo, es que tengo un dolor de cabeza... Ahora se les han metido a los niños que quieren un gato y se lo van a pedir por navidades.
-Y tú no quieres ¿no?-pregunto y se queda callada.
-A ver, es que le he planteado a mi marido adoptar a un niño, desde pequeña siempre he querido hacerlo y bueno, ya que tenemos problemas para concebir hijos de manera natural he aprovechado el momento para decírselo, y no se ha mostrado reacio a la idea, así que tengo que ahorrar para la economía de la familia.-dice mientras se sirve agua en el vaso y coge paracetamol.

Cuando estamos prácticamente acabando el trabajo, suena la puerta.
-Un momento. -se disculpa Alana.
Oigo mucho movimiento en el salón, así que al tardar tanto, decido ir a ver.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora