Capítulo 20

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-Porque tu eres muy resuelta-dice la fundadora a Esmeralda-y en cambio tu amiga parece tímida, ¿no? -Me pregunta la fundadora. No me gusta nada que me llamen tímida, vale que lo pueda aparentar, pero no me considero vergonzosa, cada vez que me dicen eso pienso que no he madurado ni he sabido superarme durante tantos años.
-Nose.-digo encogiéndome de hombros.
-Sí, somos distintas. -dice Esmeralda para cambiar de tema. -Venía a avisarla de que no voy a cenar porque ya lo hemos hecho afuera y también vengo por si me podía dar entradas para dárselas a Tatiana y a Amelia las encargadas de la propaganda de las fiestas, como hablamos.
-Hablas de tu amiga la que quiere ser psicologa y la otra que quiere ser periodista ¿no? -Esmeralda asiente. -Pues espera un momento. -la señora se levanta, busca en un armario y coge las entradas. -Tomad, aquí teneis, cuanta más gente de diferentes países, más cultural será la fiesta.
Nos despedimos de la fundadora y cuando subimos arriba nos encontramos a todos comiendo sin esperarnos.
-Me rugía la tripa. -se defiende Amelia ante la mirada de Esmeralda.
-Me han obligado a no dejarlas solas comiendo. -señala Ben a las dos ante mi mirada.
-Chicas, os hemos dejado ahí un poco. -dice Tatiana.
-¡Ala! -me quejo.
-Y tan poco que nos habeis dejado, eso se me queda a mí en una muela. -dice Esmeralda. -Mañana os quedais sin desayunar.
Esmeralda coge lo poco que queda y se lo come.
-Ah muy bien, ¿y yo que como? ¿aire? -me enfado.
-Has sido muy lenta. -me dice Esmeralda.
Y los otros tres me miran con cara de compasión.
-Me voy abajo, a ver si me como vientos en vez de aire. -digo indignada.
Voy bajando, aunque no muy segura de por dónde voy ya que no conozco el lugar. Por fín llego a la calle, oscura por la noche, y empiezo a caminar observando por dónde voy para no perderme.
-¡Candy!-oigo mi nombre perdido en la oscuridad de la noche.
-¡Ben!-respondo al reconocer su voz.
-Sigue hablándome, que no me situo.-dice a voces Ben.
-¡Estoy aquí!-respondo en el mismo tono de alto.-¡Aquí!-vuelvo alzar la voz. Por fín veo el pelo de mi amigo.
-¡Qué! ¿El remordimiento te ha traido hasta mí?-digo recordando las palabras de Tatiana a Saúl de esta semana.
-Más bien la ausencia de tu perfume en la habitación.- dice Ben burlón.-nunca dejaré de decir que me declaro fan de esa colonia de mujer.- dice señalándome.
-Bueno, yo solo busco un sitio dónde haya comida, si me ayudas a encontrar un sitio te perdono. -Ben rueda los ojos.
-Qué buena eres por considerar el perdonarme. -dice Ben sarcástico.
Andamos sin encontrar ningún sitio, parece que la hermandad está solitaria, mientras que seguimos andando, caigo en cuenta de una cosa.
-Oye, para buscarme ¿Cómo te las has apañado para bajar de la hermandad sin que te vieran? -pregunto curiosa a la vez que preocupada.
-Intentando que nadie me viera, y espero que no me hayan visto.-dice Ben. -Lo siento Can, pero me acabo de cansar de buscar. No llega bien la cobertura y además me subirán la factura del móvil pero no aguanto más sin buscar dónde puede haber un sitio con comida.
Saca el movil y nos empieza a guiar a un bar. Cuando llegamos, el bar no tiene muy buenas pintas, pero es el más cercano, nos sentamos Ben y yo.
-Buenas-dice una voz de mujer poniéndome una mano en el hombro y haciéndome sobresaltarme. Me giro hacia la responsable del minisusto y me encuentro con la fundadora de la hermandad.
-Hola- digo un poco cortada, al saber que supuestamente he cenado ya.
-¿No habías cenado ya? ¿O eres de esas personas que cena dos veces? -me pregunta curiosa y con cara pícara.
-Sí, ya he cenado, la verdad es que me he quedado con un poco de hambre pero vengo por él. Me ha mandado un mensaje para quedar aquí y he venido.-digo disimulando.
-Qué raro, nunca te había visto por aquí.-dice refiriéndose a Ben, a lo que él responde encogiéndose de hombros.- Bueno, luego  te veo en la hermandad ¿no?-me dice, yo asiento con la cabeza. Se despide de nosotros y se marcha del bar.
-Bueno, como no me vista de mujer y me maquille mejor que como he entrado en la hermandad, va a ser muy dificil que no me pille, ya ha echado el ojo a este rubial de ojos azules.-dice refiriéndose a sí mismo y riéndose de la cara que pongo cada vez que su ego habla por él.
Cuando llegamos a la hermandad subimos con cuidado de que no nos vea nadie, y menos la fundadora.
Tocamos a la puerta de Esmeralda y nos abre Tatiana.
-En el bar que he cenado, nos ha visto la fundadora.-suelto sin más.
-¿Qué? ¿Sabes que si me castigan me la vas a devolver?-dice Esmeralda pagándola conmigo.-Como me castiguen me tocará limpiar todos los días y hacer tareas extras los domingos por la mañana.
-Mientras que no te echen...-dice Tatiana dejándolo en el aire.
-Pues como le vuelvan a ver un día que no sea el del fin de semana de fiesta me echan. -dice Esmeralda preocupada.-Así que lo siento Ben, pero gracias a tu mejor amiga no te voy a dejar que vuelvas aquí como te vean hoy.
Alguien llama a la puerta.
-Escóndete- dice Tatiana a Ben señalándo debajo de la cama. Ben hace lo que le dice mientras que Esmeralda abre.
-Tanta gente y cuánto tardais en abrir ¿ehh?-dice la amiga de Esmeralda que viene con su novia y se apoyan en el marco. Ben sale de su escondite.
-Oh, por Dios, ¿dime que no interrumpíamos ningún momento? ¿Novio de alguien? ¿Lio con todas?-dice asqueada la novia de la chica.
-Cielo, a eso se le llama o...-la interrumpe su novia.
-Callate o te aburrirás esta noche.-dice adviertiéndola.
-Con que mi amiga es una malota y se ha traido a un tio a la hermandad.- dice sombrada a Esmeralda.
-Claro, porque no sabe la fundadora que sois homosexuales si no...-dice picando Esmeralda a su amiga. Ella y su novia la fulminan con la mirada a Esmeralda.
Una mano se pone en el hombro de la amiga de Esmeralda que está apoyada en el marco de la puerta.
-De vosotras me ocuparé luego. -dice la fundadora haciendo aparición.-Bueno Esmeralda, ya veo como has incumplido una de las normas más importantes de la hermandad, ya sabrás lo que te toca ¿no? Tú que eres la más aplicada en la limpieza.-dice con sarcasmo.-Rubio de ojos azules-Ben se pone de pie, saliendo de su escondrijo.-Lo siento, pero la norma te deja fuera.
-No fundadora, por favor-decimos al unísono Tatiana y yo ante la angustia.
-No deje en la calle a nuestro amigo por favor.-dice Amelia.
-Se le ve buen muchacho, pero aquí no se hacen excepciones.-dice la fundadora con pesar.
-Pero fundadora, ¿que puede hacer para dar problemas?-dice Esmeralda haciéndola reflexionar.
-Voy a hacer una cosa, por que tengo compasión, pero la próxima vez que le vea no solo le echo a él, también a ti.- dice la fundadora haciendo referencia a Esmeralda.-Hay dos habitaciones más a parte de la mía que están abajo, pero están modificando las habitaciones de abajo, y están patas arriba, pero las camas están intactas.
-Muchas gracias fundadora- dice Ben.
-¿Puede ir alguien con él?-pregunto.
-Pero ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que no.-me dice la fundadora mirándome mal.
Cuando se van Ben y la fundadora, también la siguen la amiga de Esmeralda y su novia.
-Gracias a tí, ahora me va a tocar hacer tareas que te deberían pertenecer a tí, Ben ya no podrá venir, mientras que deberías ser tú la que tenga prohibida la entrada, y me echará la bronca mi amiga, por haberlas pillado, mientras que te la deberían echar a tí.-dice Esmeralda enfadada conmigo.
Estaba con impotencia por su tono de voz, pero en cierta parte podría tener razón, por lo que decidí ignorarla.
-Ey, ¿no me vas a decir nada?-me dice Esmeralda con desprecio. Sigo ignorándola.- ¿ni un perdón ni nada?-Tatiana y Amelia vuelven del baño.-¡Que te estoy hablando! Si no me respondes cerda española, vete de mi habitación.-dice furiosa por no responderla. Entonces veía que me iba a coger de los pelos, y puse automaticamente mis brazos cruzándose para protegerme, fue un reflejo. Pero Amelia se puso delante y Tatiana a mi lado.
-Esmeralda, ¿Tú eres perfecta o qué? Echas siempre la culpa a los demás y la tuya ¿qué?. Te gusta hablar de todo lo que puedes manejar y echar en cara, pero bien que quedas como una buena. Pero no habría sospechado la fundadora si no hubise sido porque al acabarte y no compartir con ella la comida, se ha tenido que bajar a un bar, y Ben como el amigo que es la ha ayudado.-Reprocha Tatiana a Esmeralda.
-Si hablamos de culpables tú eres una de ellas, porque os habeis servido la mejor parte y nos habeis dejado una miseria.-dice Esmeralda.
-No guapa, tu has mandado a tu amiga y a su novia a coger la comida, y ellas han traido lo que han podido, que no ha sido mucho, y lo que ha traido, lo hemos repartido.-dice Tatiana.-Y gracias a tu idea de no haber cenado afuera, le maquillamos a Ben como venía y punto pelota.
-Claro, como que Ben va a pasear para arriba y para abajo vestido de mujer todo el día. Lo ideal hubiese sido que si nos hubieseis acompañado más personas a ir abajo, hubiesemos podido coger más cantidad de comida.-dice Esmeralda.
-Y tu piensas que así no nos hubieran pillado ¿no?-dice Tatiana con sarcasmo.
-Bueno amiga, gracias por coger las entradas.-dice Amelia a Esmeralda haciendo cambiar de tema.-¿Me las das?
-Toma-dice Esmeralda sacándolas de su bolsillo de la chupa negra que lleva.
El ambiente era tenso e incómodo, cuando llegó la hora de dormir, Esmeralda ofreció compartir la cama a Amelia, y Tatiana y yo nos debíamos apañar durmiendo las dos en el sofá. Tatiana y yo nos vamos al baño antes de dormirnos, nos ponemos el pijama y nos quejamos del frio.
-Con la tirria que nis ha cogido Esmeralda esta noche, no creo que nos facilite una manta, así que ¿qué te parece usar de manta la toalla del baño? Aunque está un poco húmeda, pero es lo que hay.-me dice Tatiana.
-A mí me vale.-digo con una sonrisa triste.-Muchas gracias por todo Tati.-digo abrazándome a ella, a lo que me corresponde. Me entran ganas de llorar pero me trago las lágrimas lo más que puedo y hablo con la voz ahogada.-He puesto un mensaje a Ben, para decirle que en cuanto pueda voy a su habitación a dormir, no quiero que esté solo, así que te molestaré poco en el sofá y te podrás estirar todo lo que quieras.
-A mí no me molestas en absoluto, pero comprendo que quieras ir con Ben.-me dice comprensiva.
Salimos del baño y nos apañamos en el sofá con la toalla húmeda de manta, Amelia nos mira con lastima y Esmeralda ni tan siquiera nos mira, menos a mí que a Tatiana.
Cuando apaga la luz Esmeralda, empiezo a temblar de frío y a llorar, cuando estoy muy cansada me pasa y añadiendo eso al desencuentro con Esmeralda, pues me ha producido una llorera que tenía que hacerlo lo más silenciosa posible, no quería despertar a nadie.
Cuando es la una de la mañana salgo de la habitación con cuidado de no despertar a ninguna de las tres.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora