Capítulo 56

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-Esperad, que dentro de un año llego si este no anda con sus propios pies. -nos grita Amelia mientras sigue viniendo arrastrando a Douglas hacia aquí. Ben y yo vamos hacia allá.
-No hacía falta que vinieras. -la digo sonriendo.
-Viniéramos. -corrige Douglas. Me limito a rodar los ojos.
-A ver si un día nos podemos conectar todas por Skype. -dice Amelia, yo asiento.
-Ay sí chicas nos tenemos que conectar. -dice Douglas imitando a una chica pija.
Los demás nos echamos a reir, justo cuando una gota de agua roza mi mejilla. Miro al cielo y está tan nublado que normal que se ponga a llover.
-Bueno, hasta la vuelta. -dice Ben.
-No vengais demasiado pronto. -nos dice Douglas -Que eso significa que pronto empieza las clases.
-Ni caso, cuanto antes vengais mejor. -dice Amelia.
-Chicos ya hay que irse. -nos dice Tati desde el coche.
Doy dos besos a Amelia, y por ende, también a Douglas, es la primera vez que rozo mi cara con la suya y he de decir que tiene una piel un tanto áspera a pesar de estar afeitado totalmente.

La madre de Tati nos deja en un aparcamiento del aeropuerto.
-Bueno, muchas gracias. -dice Ben a la madre amablemente mientras que se despiden con dos besos.
-Muchas gracias. -la repito.
-Gracias a vosotros. -nos sonríe la madre.
-Bueno, Tiana y el sapo. -dice Ben picándola. -Hasta la vuelta de clases. -la dice.
-Adiós Benjamín-dice Tati de la misma manera. -Hasta el nuevo año. Se dan un abrazo.
-Jo-la digo-hasta el año que viene no te veo. -digo intentando hacer la broma de final de año.
-Puff, sí. -dice Tati. -Estamos a 2025 y hasta el 2026 no te veo. -me dice. -Te voy abechar mucho de menos. -viene hacia mí y me abraza con todas sus fuerzas. Yo la devuelvo el abrazo. -No os olvideis demasiado de mí durante estas vacaciones. -nos dice. -Y conectaros al Skype. -nos advierte.
-Por supuesto.-decimos al unísono Ben y yo.
-Da un beso a tu prima de mi parte y espero que tu tia vaya a mejor.-la digo. Ella asiente con la cabeza mientras nos alejamos hacia el interior del aeropuerto.

Llegamos al aeropuerto y veo a mi padre a lo lejos. Nos dirigimos Ben y yo hacía él.
-Bienvenidos-dice mi padre sonriéndome al abrazarme.
-Solo he estado afuera un trimestre.-le digo.
-¿Qué tal Ben?-dice mi padre haciendo el típico saludo de hombres con él.
-Bien.-le sonrie un poco incómodo mientras que me mira. Ben sabe la opinión que tengo con mi padre, por eso se queda un poco tenso cada vez que le habla.
Nos vamos hacia su coche y Ben me dice al oído:
-Él no sabe nada de que estamos saliendo ¿verdad?-me pregunta.
-No, casi no he hablado con él por teléfono.-le digo de la misma manera.
Nos metemos los dos en la parte de atrás del coche y mi padre me empieza a hablar.
-Candy, tengo que comentarte algo. -me dice mirándome por el espejo retrovisor.
-¿De qué se trata? -le digo.
-Estoy intentando tener una relación con una mujer. -me dice a plomo.
Mi expresión de la cara es confusa, porque intento mantener una cara serena pero la noticia es tan sorprendente que se me da muy mal ocultarla del disgusto que me ha entrado de repente. Ben con disimulo coge mi mano y me la aprieta dándome calidez y apoyo.
-Ah. -termino por decir sin encontrar ninguna palabra.
-La llevo conociendo desde Abril. -me dice pero la mueca de mi cara se pronuncia más.
-Qué bien. -digo sin ningún entusiasmo.
-Es viuda y vivía cerca de París, pero se mudó aquí por trabajo. -me explica.
-¿Está sola? -le pregunto.
-No te entiendo. -me dice mi padre.
-Si tiene familia. -le digo.
-Tiene un hijo que es un año más pequeño que tú, una chica de 15 años y un niños de 9 años. -me informa.
-Yo también tengo algo que decirte. -le digo cambiando de tema.
-¿El qué? -me pregunta.
-Yo también estoy en una relación. -le digo con cuidado para saber como se lo va a tomar.
-¿En una relación? ¿Quieres decir que estás con un chico? -me pregunta mi padre.
-Exacto. -le respondo.
-¿Y quién es el afortunado? -me pregunta con un poco de retintín.
-Yo. -dice Ben. Mi padre desacelera el coche ante ma sorpresa y de manera automática lo para.
-¡Papá! ¿Qué haces? ¡Qué estás en la carretera! ¡No te pares! -le digo como si estuviera mal del coco.
Él se recompone y vuelve a arrancar. Menos mal que ya habíamos cogido la carretera para ir al pueblo y apenas pasan coches por aquí.
-¿Enserio eres tú, Ben? -mi padre gira el cuello imprudentemente para verle. Ben asiente con la cabeza.
-¿Quieres que conduzca yo mientras lo asimilas? -le digo angustiada. -Que al final nos vas a sacar de la carretera. -le digo en reproche.

A pesar de haber tenido un viaje en el que mi padre ha asimilado que estoy saliendo con Ben, conseguimos llegar a casa sanos y salvos.
-Por cierto Candy, me gustaría presentarte a la mujer de la que te he hablado. ¿Cuando te gustaría conocerla? -me pregunta.
<-Nunca- habla mi cerebro por mi.>
-Pues no sé. -digo indecisa. -Preguntala qué días puede y te digo. -Mi padre asiente con la cabeza.

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Después de 2 días de haber estado en casa de mi padre con su familia y ayudando a poner los adornos navideños, volvemos a Alameda del Valle. Ben deja su coche aparcado en frente de su casa ya que yo dejé el mio estacionado en su garaje. Coge sus llaves y abre la puerta de su casa. Su madre viene a nuestro encuentro.
-¡Chicos! ¿Qué tal estáis? -viene la madre de Ben dándonos un abrazo a los dos juntos. -¡Qué largo se me ha hecho! -me dice.
-Estamos muy bien mamá. -dice mientras la sonríe.
-Candy, ¿qué tal se ha portado Ben allí? -me pregunta. -Bueno...  No se ha portado mal del todo.-digo sacando la lengua. Él rodea con su brazo derecho mi cuello y me acerca hacia él con la intención de despeinarme.
-Mamá-la llama la atención Ben. -estoy saliendo con Candy. -dice sin ningún rodeo a su madre, la cual se queda atónita. Se queda con los ojos espatarrados sin poder articular ninguna palabra.
-Tranquila, no eres la primera en quedarse así. -la digo pensando en mi familia paterna, en especial en mi padre. Ella se recompone.
-No es que me disguste. -nos dice. -Es que me ha pillado muy de sorpresa. -se lleva la mano al corazón. -Pero por supuesto que me alegro. -dice sonriendo. -Desde luego que no podría haber elegido mejor nuera. -me dice aunque lo único que consigue es escandalizarme, por nada del mundo se me ha pasado casarme y tener mini Benjamines ni mini Candys, no es una cosa que se plantee una chica de 18 años a pesar de que aprecio y quiero mucho a la madre de Ben.
-Me alegro de que te lo tomes así. -digo con una sonrisa forzada.
-Bueno, ¿y cómo fue? ¿cuánto llevais?-nos pregunta. -¿Y por qué no me lo has contado? -le mira a su hijo.
La contamos el experimento social en el que nos involucramos, cuando empezamos a salir y a raíz de qué. Su atenta mirada enternecida está en nosotros mientras que escucha con interés la historia.
-Pero salir salir -la digo. -fue hace casi 2 meses. -le miro reparando en ello, no me había dado cuenta que hacía tanto.
-Qué bonita pareja haceis.-Nos mira dulcemente -¿Te vas a quedar a comer? -me pregunta.
-No tenía pensado, mi madre tendrá ganas de verme.-la digo.
-Bueno, pues otro día venis a comer tu madre y tú con nosotros. -me dice sonriéndome.
La madre de Ben es de estatura mediana, pelo rubio de media melena y liso que parece casi blanco, piel un poco morena y ojos azules. Con sus años sigue estando igual de guapa que cuando la conocí.
-Cuenta con ello. -la digo después de observarla.
Ben me acompaña a su garaje y me le abre. Antes de meterme me abraza por la cintura, le observo su cicatriz del ojo y me pongo un poco de puntillas para darle un pico.
-¿Quedamos esta noche? -me pregunta mientras seguimos en la misma postura.
-Creo que sí, pero de todas maneras te aviso. -le digo, le doy un beso en la mejilla y me separo.
-Vale, pero ten el movil a mano. -me dice mirándome a los ojos.
-Sí. -le digo. -No te preocupes. -le sonrio mientras me meto en el asiento del conductor.
-Te quiero. -me dice.
-Yo igual. -le digo de la misma manera y entretanto cierro la puerta.
Me pongo el cinturón y arranco el coche, un cielo muy nublado se visualiza en mi campo de visión.

Llego a la casa de mi madre y dejo el coche en nuestra acera, cierro la puerta y en ese momento la de mi casa se abre mientras sale un hombre.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora