Utopía Envenenada

Capítulo 61

Me lo pongo en el oído.
-¿Si? -digo insegura de que sea gente de publicidad.
-No. -la voz de Ben me relaja.
-Dime. -le digo curiosa por el motivo de la llamada
-¿Estás ocupada? -me pregunta.
-No ¿por? -inquiero. Sabía a lo que se refería. -Siento decirte el dime un poco seria, pero tengo curiosidad por el motivo de la llamada.
-Ah, porque me apetece hablar contigo, no te he visto en todo el día. -dice tierno.
-Ah, okey. -digo al pillarme un poco de sorpresa. -Por cierto, ¿desde qué número me llamas?
-Desde mi casa, mi madre lo cambió en Octubre. -me explica.
-Ah, okey. -le digo mientras sonrio. -Bueno ¿Qué me cuentas?
-Hoy no he hecho gran cosa, a parte de ayudar a mi madre a hacer la comida de mañana para mi familia. -me dice.
-Yo he estado hoy en Xanadú con mi madre comprando un montón de cosas, parecíamos dos Santa Claus en acción y en versión femenina. -él se rie sordamente a través del teléfono.
-Hoy va hacer dos días desde que no te veo. -me dice.
-Pobrecito, se va a morir. -digo con sarcasmo. -Por cierto, ¿Qué hicieste ayer? -le pregunto.
-Quedé con Marcos, el que vimos el otro día. -me dice.
-Ya sé quién es. ¿Y qué os contasteis?-pregunto curiosa.
-Pues hemos estado hablando de como hemos cambiado. Y la verdad que él ha cambiado mucho, cuando era pequeño tenía varios problemas de conducta, él siempre ha ido a colegios de Madrid a pesar de que vivian aquí, pero cambiaba mucho por lo mismo, ya ahora es una persona totalmente diferente, es muy tranquilo aunque sigue siendo muy arrogante- dice remarcando la penultima palabra- impulsivo y le da igual todo. Aunque ahora según èl se ha vuelto un antisocial que de vez en cuando sale con algunos amigos pero ya está, y pensar que antes era de los que preferia dormir en la calle antes que meterse en casa. -dice riéndose a través del móvil.
-Veo que os lo pasasteis bien anoche entonces ¿no? -pregunto alegrándome por él.
-Sí, la verdad. -puedo notar que sonrie con melancolia. -Ahora que me acuerdo, como me dijiste que habias quedado con Alicia para veros en Nochevieja he quedado en volver a vernos con Marcos allí. ¿Te parece bien? -me pregunta inseguro.
-Por mi estupendo. -sonrio a través de la pantalla mientras que me muerdo las uñas por el silencio que se ha quedado entre nosotros. -Bueno, Ben, yo no sé qué contarte que no sepas y mi madre me está esperando para ayudarla. Te cuelgo ¿vale? -le digo insegura.
-Vale. -me dice. -Te quiero. -me manda un beso.
-Yo igual. -le sonrio y le mando un beso de igual manera. Cuelgo y me voy a la cocina donde mi madre a esparcido todo lo que hemos comprado para envolverlo.
Mientras que suenan los villancicos por toda la casa nos ponemos manos a la obra. Al hermano de mi madre le hemos comprado un detector de cosas olvidadas, porque es muy despistado, y a su mujer, Soledad, la vamos a regalar unos cuadros-videos con escenas de sus películas favoritas, así su casa resulta más animada. Después, a la hermana de mi madre la hemos comprado unos cojines masajeantes, con la pila incluida, y a su marido un realizador de cortes, para que se pueda hacer el bigote con perilla como Dios manda. Y después, a mi prima más mayor, letreros luminosos para decorar su nueva casa, para los mellizos les hemos comprado pajitas de sabores, para cuando se quejen de los licuados que les hace su madre, y un proyector de techo para que puedan ver las estrellas en su misma habitación sin necesidad de estar yendo al campo, y por último al más pequeño de la familia un reloj inteligente. Yo por mi parte, le voy a regalar a mi madre un calefactor y un aire acondicionado portátil, para que se lo lleve a dónde quiera, porque con eso de que está con la menopausia y tiene el termostato roto la va a venir, yo creo que la va a venir fenomenal este invento.
Termino envolviendo el regalo de Ben, se trata del Spray que tenia Tatiana que ya le han sacado en España a la venta, y luego a parte le he comprado un ramo de chuches junto con una bolsita de chicles de queso, que le encantan.

Preparamos la cena mi madre y yo, y al empezar decido darla el regalo, cuando lo abre se queda con lo ojos sorprendidos mientras que se la forma una sonrisa en la cara, me lo agradece y me achuca en un abrazo mientras que me llena la cara de besos, después me da a mi el mio, me regala una lámpara que dentro está hueca y al iluminarse se reproduce en escenas, esta se trata de una niña que está soñando y sueña que la envenena alguién, creo que me tomaré mi tiempo para entender esta historia, pero siempre he querido tener este tipo de lámparas.
Nos vamos a la misa del gallo y cuando volvemos suspiro tranquila de dejar de oir petardos mientras pienso en la cama agusto, tranquila y dormida.
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A mediodía nos dirigimos a casa de mis tios, mis abuelos maternos ya no vive ninguno, así que solo están los tios y los primos.
-Candy-me llama la atención mientras conduce y suena la canción navideña de Marinero de Jose Luis Perales.
-Dime.-la miro.
-Me ha llamado el tio diciendo que te aconseja llevar coleta, que el niño lleva con piojos desde que acabó las clases y no se lo han exterminado del todo. -me avisa. La miro perpleja y me pongo a hacer la coleta, no quiero volver a mi infancia en ese aspecto.

Llegamos y mi tio, el hermano pequeño de mi madre, nos abre la casa. Le saludamos, nos deja pasar y mis primos, los mellizos vienen a nuestro encuentro, el mayor tiene  20 años y la pequeña 19, se llevan esa diferencia de edad porque mi primo nació el 31 de Diciembre a las 23:58 y mi prima el 1 de Enero a las 00:03.
-Primita, cuánto tiempo-me dice él relajadamente y sonriendo.
-Desde el verano. -digo. -No hace tanto. -le saco la lengua.
-Y ya de tu prima ni te acuerdas. -dice cruzándose de brazos.
-Qué va, como si fueras la versión femenina de Casper. -la sigo el rollo. Nos damos un abrazo los tres.
-Ay, te tengo que contar un montón de cosas. -me dice mi prima. -Anteayer estuvimos en casa de la princesa Leonor y la infanta Sofía, sí, mi estupendo hermano también vino. -dice señalando a su mellizo. -Y estuvimos haciendo maratón de pelis de Harry Potter, nos quedamos a dormir hasta ayer por la mañana. -dice entusiasmada.
Desde pequeños se llevan muy bien con ellas, estuvieron en la clase juntos, el mayor con Leonor y la pequeña con Sofía, porque repitió un curso de Primaria, en el colegio Santa María de los Rosales y hasta ahora conservan la amistad.
-¿Y vuestro hermano? -pregunto cambiando de tema.
-En su habitación, jugando con algún videojuego. -dice su hermano desinteresado.
-Por cierto-digo recordando la fecha en la que estamos-¡Felíz Navidad!

Más tarde llega la hermana mayor de mi madre y nuestra prima mayor que tiene 38 años. Nuestro primo pequeño de 7 años baja y saluda a todo el mundo. Le doy un achuchón y empezamos a comer, después empezamos a abrir todos los regalos. Yo tengo 10 regalos, me regalan una tarjeta regalo de mi tienda favorita de ropa, un estuche de maquillaje, una foto animada de nuestra familia, una "fábrica" de perfumes, me encanta fabricarmelos yo misma, un cojín térmico, un libro, una película, una bola de cristal, un cuaderno con la tapa muy llamativa y un colgante gargantilla de plata con un medallón plateado donde pone la palabra Utopía alrededor de esta, junto con seis serpientes que se enrollan al cristal en forma de gota en el medio, y arriba de esta, hay otra. Al estar coloreadas las 7 serpientes se pueden diferenciar su especie sin problema, ya que contrasta perfectamente con la plata del medallón, cojo un papel que parece unas instrucciones y lo leo. Las serpientes representan los 7 pecados capitales, la primera serpiente empezando por la parte de abajo a la izquierda se trata de la Pitón Verde que representa la avaricia, la siguiente es la serpiente de Liga, que presenta la lujuria, después está la pereza con la Pitón reticulada, la Gula con la Serpiente Negra, la Anaconda representa la Ira y la Víbora la envidia, por última la serpiente solitaria que está arriba es la Cobra del Rey que presenta la Soberbia. En la gota de cristal que hay en el centro está grabado de manera transparente el nudo de la muerte, y dentro de esta hay un líquido del color del arcoiris con una la flor del corazón sangrante dentro.
Levanto la mirada después de estar ensimismada con el colgante y subo la vista para ver la cara de felicidad de todos al recibir sus regalos.

El timbre de la puerta suena en toda la casa.