Capítulo 25

22 3 0
                                    

Tatiana mira a dónde me he quedado mirando y según nos vamos acercando Tatiana abre la boca.
-¿Te pasa algo? ¿Te podemos ayudar en algo? -dice la Tatiana directa.
-Yo no entiendo el francés. -nos dice el chico en Inglés. Como veo que nadie contesta al chico le pregunto en Inglés.
-¿De dónde eres? -digo.
-De España. -Yo abro los ojos.
-¿Enserio? -Le digo ahora en mi idioma natal. -Yo también. ¿Qué haces aquí?
-Vengo por una larga historia. -me responde también en Español.
-¿De qué parte de España eres? -le pregunto.
-Soy de Castilla-la Mancha, de una ciudad que se llama Talavera de la Reina. -me responde. -¿Y tú? -me pregunta.
-Soy de Alameda del Valle, un pueblo de Madrid. -le respondo.
-Encantado. -antes de que diga igualmente me pregunta. -¿Cómo te puedo llamar?
-Candy. -le sonrio. -¿Y tú como te llamas?
-Hugo. -me sonrie. -Estoy un poco perdido, ¿me podrias decir dónde está la Facultad de Farmacia? -dice un poco a la desesperada.
-Es justamente el apartado del medio a la derecha.-le indico.
-Muchas gracias, si necesito traductora te buscaré. -me sonrie sarcástico.
-Buena suerte con eso. -le sonrio.

El examen ese que tan poco me sabía, me le iban a dar, y hoy no quería más disgustos, entre la clase de medicina y el volcán que me ha salido en la cara, hoy tenía suficiente. Cuando pronuncia mi nombre la profesora me dirijo hacia donde está ella para ver mi examen. Cuando cojo el examen no me resisto a ver la nota y lo que me temía se hace realidad, lo tengo suspenso, aunque con más nota de la que me esperaba, un 4 adorna mi examen.

Cuando por fín me toca el tiempo de descanso coincido con Sonia y con Ben en el jardín central. Hoy Sonia llevaba su estilo único pero la quedaba muy bien, sus gafas de pasta, un moño, pendientes dorados de aro, una camiseta gris de manga larga y una falda de cuadros rojos que parece que lo ha sacado de la tela de una blusa, por alante es corta y por atrás larga, y todo ello combinado con botines de tacón negros, eso sí, sin ningun rastro de maquillaje.
-Buenass-dice Ben alargando la s.
-Hola-me saluda Sonia.
-Hola chicos-les saludo. -Ben, ha venido un chico español. -le digo sonriente.
-¿En serio? -dice sorprendido.
-Sí, es nuevo y va a la facultad de farmacia, se llama Hugo. -digo recordando lo que me dijo.
Veo que miran a alguien por atrás de mí, doy la vuelta y veo a Tatiana bajando las escaleras.
-Buen día chicos. -nos saluda sonriente Tatiana. -¿Qué os contais?
-Les estaba hablando sobre Hugo. -respondo.
Tatiana se queda pensativa.
-¿Tatiana? ¿me has oido? -veo que sigue pensativa.
-Sí, lo siento, es que tenía que decirte una cosa y no me acuerdo. -se queda pensativa. -¡Ah, ya sé! -dice cuando se la enciende la bombilla.
-¿El qué sabes? -la invito a que me lo diga.
-Que vamos a remodelar mi habitación, y vas a tener cama nueva. -dice sonriente. -Además, no era cuestión que los seis años durmieses en una cama suplente. Así que me tienes que ayudar. -dice emocionada.
-Okey -digo no muy convencida. -¿Tu madre lo sabe? -pregunto.
-Sí, si ella fue quien me dió la idea. -dice obvia.
-Entonces vale. -sonrío al verla tan entusiasmada.
-¿Qué tal va la preparación de la fiesta de la hermandad? -pregunta Sonia.
-Hoy empezamos a hacer publicidad. -dice Tatiana. -Qué ganas tengo de que sea ya viernes. -dice con mirada felíz.-Por cierto, ¿Qué tal el examen que teniais que hacer?
-¡Es verdad! ¿Qué tal? -digo al saber que se me había olvidado por completo.
-Un poco complicado. -dice Ben.
-Y largo. -Añade Sonia.
-Pero bien. -dicen los dos al unísono.
-Candy-me dice Ben. -¿Sabes que esta semana empezamos las clases de Inglés el jueves? -me pregunta.
-Sí, ¿por qué? -pregunto confundida.
-Ah no, por si creías que empezábamos mañana. -se encoje de hombros.
-Nono, sé que empezamos el jueves. -afirmo.-Sonia, ¿tú piensas hacer algo por las tardes? -digo para que no haya silencio.
-Sí, voy a ir a limpiar en una casa para ganarme dinero y así poder pagarme clases de música. De pequeña empecé a tocar piano, pero lo dejé cuando comencé bachillerato y este año me han vuelto a entrar ganas de música, así que voy a ir a clases de hip-hop y a clases de Arpa, siempre me ha llamado la atención ese instrumento así que... -dice dejando la palabra en el aire.
-¡Qué guay! A mí siempre me han entrado ganas de aprender hip-hop pero por varios motivos al final no fui a clases. -digo recordándolo con tristeza.
El descanso se acaba y subimos a clases, en estas últimas horas no me centro y acabo con la cabeza hecha un bombo.
A la salida coincido con Amelia, Clara y Alina. Amelia me ve y se dirije a mí.
-Candy, ¿qué tal? -me pregunta Amelia.
-Bueno... Hoy ha sido un día un poco agotador. -digo haciendo un repaso mental de lo que llevo de día.
-¿Por? -dice con tono de preocupada.
-Por tu amigo Douglas y su novia. -digo con pesadez en mi voz.
-Ufff. Ya me enteré, ayer cuando me quedé por la mañana en casa de Douglas, Lissa se presentó allí y me quedé de sujeta velas. Así que me di prisa en irme. -dice suspirando pesadamente.
-¿Douglas tiene novio? -entra en la conversación Alina mirando sorprendida a Amelia.
-Sí, ¿no le has visto? Está con Lissa Belanova. Ella es la segunda representante de la Facultad de Salud. -contesta Amelia.
-Ahora mismo no caigo quién es. -dice Alina pensativa.
-¿Y qué tal es? -Pregunta Clara.
-Es una víbora. -responde rápidamente Amelia.
-Pues sí, han ido a juntarse las dos espécies más petardas del mundo. -dice Alina. -Ya sé quien es, la he visto en la cafetería varios días y es más falsa que un billete de tres euros. Intenta conseguir todo lo que quiere con su físico, menuda manipuladora. Yo que creía que Douglas era más inteligente...
-Entonces ahora sí que voy a evitar a Douglas. -dice Clara pesadamente.
Un coche pita a lo lejos.
-Chicas, os dejo que me tengo que ir. Mi chico me espera. -dice Alina refiriéndose a su novio el ginecólogo. -Clara, hoy quedamos para que nos den el uniforme del Pub ¿no? -la pregunta a Clara, a lo que la susodicha asiente.
Alina se va y Amelia pregunta a Clara.
-¿Vais a trabajar en un PUB? -pregunta Amelia.
-Sí, el miércoles empezamos, Alina quiere ayudar a pagar la residencia a sus padres adoptivos- me quedo sorprendida ya que esa información no la sabía. -Y yo trabajo ahí para pagarme las clases de natación del gimnasio en el que va a trabajar Esmeralda.
-Ahh, es verdad, Esmeralda me dijo que iba a trabajar en un gimnasio y que iba a ser la que lleva el proceso económico y la contabilidad del gimnasio, con ese dinero quería ir a clases de boxeo. -dice Amelia recordando.
-¿Alina de qué parte es? -pregunto curiosa.
-Es de Alaska, la adoptaron sus padres con 5 años. -me responde Amelia.-Bueno, chicas, yo me tengo que ir que tengo qué hacer un artículo para el periódico Lozere Nouvelle. Candy, ¿nos vamos juntas? -Yo asiento con la cabeza.
-Yo me voy hoy a la residencia sola porque Alina se queda a comer con su chico. -nos dice Clara.
-¿Te acompañamos y luego nos vamos? -pregunto a Amelia.
-Bueno, estoy muy pillada con el artículo, pero vale. -sonrie Amelia. -Además luego he quedado con Tatiana para la propaganda de la fiesta de la hermandad.
Cuando nos montamos en el autobús veo a Hugo entrar por la otra puerta del autobús, él gira la cabeza y se encuentra con mi mirada, me saluda y se dirije hacia nosotras.

Les presento a Hugo en Inglés y me pongo a hablar con él en Español.
-Candy, necesito clases de Francés, porque hoy casi no me he enterado de nada. ¿Conoces algún sitio? -me pregunta.
-Sí, yo voy a ir a la Escuela de Idiomas para estudiar Francés, vente, el jueves empezamos.-le sonrio. -¿Dónde me tengo que apuntar? -pregunta.
-En la Universidad, mañana si quieres te acompaño y te apuntas. -digo amablemente.
Cuando llegamos a la residencia de Clara, Hugo también se baja.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora