Capítulo 70

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Me abrazo a él y me pongo a llorar en su pecho, mojándole la camisa, ya que mis amigas estan en shock contemplando la escena. Él me abraza más fuerte y apoya su cabeza sobre la mia, me frota con una mano la espalda y me besa la cabeza. Huele a la colonia de Don Algodón, que me recuerda a mi infancia, así que su fragancia hace que me calme antes.
-Hay que curarte esa oreja, y de paso también los arañazos-me susurra al oido. Me separo de él.-Chicas, ¿sabéis donde hay botiquín? -Amelia se levanta.
-No sé, espera, que pregunto. -dice la susodicha.
-No hace falta. -dice Douglas. -Yo sí que sé dónde está. Seguirme.-nos dice.
-No te voy a seguir, solo faltaba eso. -digo pensando en voz alta.
-Es para curarte. -dice Douglas irritado.
-Cómete un momento el orgullo, por favor, es solo para curarte. -me dice Marcos. Yo niego con ma cabeza.
-Elige, o subes, o te subo. -me dice Douglas. Me voy para atrás pero Douglas me agarra de la muñeca antes de que pueda hacer nada.
-Suéltame.-le digo molesta.
-Pues sube. -me pone a prueba. Al ver que me lo pienso, Douglas echa una mirada a Marcos y este último me agarra de las manos, y el otro de los pies. En ese momento grito intentando zafarme de ambos y temiendo porque se me vea mi ropa interior ya que llevo un vestido. Me suben por las escaleras y me llevan hasta donde supuestamente está el botiquín. Me dejan de pie en el baño, Marcos se pone en el marco de la puerta y yo me quedo sentada en la tapadera del bidé.
-¿Por qué no dejas que me lo haga yo sola? ¿Sabes? Soy autónoma y tu novia también tendrá algún arañazo. -digo molesta.
-Porque ya la he curado y salvo un arañazo que la has hecho en la cara, ya está perfectamente. -me dice.
-Ha sido por tu culpa, sino ninguna de las dos habriamos acabado así. -le digo mirándole fijamente mientras que con un algodón pone agua oxigenada en mis heridas.
-No ha sido mi intención, y lo siento mucho, no pensaba que todo esto iba a acabar así, solo tenía la intención de picarte. -me dice así de fresco.
-Pues la picadura te ha salido cara. -le digo indignada.
-La verdad es que tenias razón, no lo voy a negar, tienes razón en todo lo que has dicho. -me dice dejándome sorprendida. -digo en cuanto a mi relación con Lissa, era consciente de que no era amor, pero me has hecho ver de que solo es atracción. -me dice.
-Bueno, si esto ha sevidi para algo bueno, entonces no me importa que hasta dentro de un tiempo no me pueda volver a poner pendientes. -le digo.
-Espera, mantente callada.- me dice, y pasa el algodón por mi labio. Le miro su cara de concentración mientras que me cura la herida.
-Gracias. -le digo cuando termina con esa parte.
-Candy, ¿qué te ha pasado? ¿estás bien? -me dice Ben, y veo que Marcos se ha ido y no me he dado cuenta. -Marcos me lo ha contado.-coge mi mano con la intención de que sepa que él ya ha llegado, que en ya está ahí. -Podrias mantener a tu novia un poco más apartada, o cortarle las uñas, por ejemplo. -dice en tono despectivo a Douglas.
-Por lo menos he estado también para socorrer a tu novia, no como tú. -le echa en cara Douglas.
-Estaba cuidando de Hugo, por si no lo recuerdas. -dice Ben.
-Que yo sepa Hugo ya se había recuperado y tú te has quedado charlando. -dice Douglas.
-A ver chicos, que hoy ya me he peleado yo con Lissa, no hace falta más violencia por hoy. -digo calmándolos.
Douglas me toca con sus manos frias el cuello y la mandíbula, me la gira suavemente para inspeccionar mi oreja.
-¿Te ha rajado la oreja? -dice Ben asustado y sorprendido.
-Veo que ves bien, que no te hacen falta gafas. -dice con ironia Douglas. Ben hace el amago de hablar pero se calla. -Candy, vas a necesitar una intervención quirúrgica, si te cuesta, te lo pago yo.- me dice mirándome a los ojos. Yo asiento mirándole igual.
-Pero no necesita hospitalización ni nada ¿no? -pregunta Ben.
-No, solo necesita anestesia local que yo sepa. -dice Douglas.
Amira llega al baño y entra, nos mira a los tres.
-Candy, ¿qué tal estás? -pregunta Amira.
-Bien. -la sonrio para que no se preocupe. Me levanto y voy hacia el marco de la puerta donde se encuentra ella. Salimos del baño dejando a los dos solos.
-Te vengo a decir que de ser posible no te juntes mucho con Sonia. -me dice.
-¿Por? -digo disgustada.
-Porque si te ve las heridas y esas cosas, con la sinestesia crea empatía, como le pasó con Ben, y empieza a ponerse mala. -me responde.
-Es verdad. -digo cayendo en la cuenta.
-De todas maneras ahora mismo está en buena compañía con Raúl. -me mira cómplice.
-Acabarán juntos. -la digo.
-Lo más seguro. -me dice. -Bueno, ¿y tú cómo estás con Ben? -me pregunta.
-Pues la verdad que estoy hecha un lio. -me sincero con ella.
-¿Y eso? -me pregunta.
-Porque me siento ahora mismo a años luz de él, estoy cómoda con Ben pero no sé, falta algo, en ese momento estamos como distanciados sin estarlo. -digo un poco estresada.
-Necesito hacerte una pregunta, pero no te enfades. -me dice, yo asiento. -¿Estás segura que estás enamorada de él? ¿O solo es cariño? -me dice. Ya no tengo ganas ni de enfadarme, lo único que me entra es tristeza. ¿Por qué todo el mundo ahora nos ve que no estamos enamorados, sino que solo es cariño?
-Sinceramente ya no lo sé, ultimamente todos me haceis esa pregunta o decis que lo nuestro no es amor, y tantas opiniones ya me están ahogando. -digo triste mientras una lágrima se desliza por mi mejilla.
-Yo creo que tienes un cacao de chicos, y que el amor todavía no le has conocido, por eso no ves que lo tuyo con Ben es solamente cariño. Puede que esté equivocada, porque no sé lo que sentis los dos cuando os veis, cuando os dais un beso... pero desde mi punto de vista es lo que veo.
-Me siento agobiada ahora mismo-digo metiendo mis dedos por mi pelo como símbolo de estrés.
-Ya no te digo más, solo una última cosa, una frase que puede ayudarte. -me dice. -Escoger unos caminos significa abandonar otros. -me sonrie y me abraza al ver que las lágrimas se siguen deslizando por mis mejillas como si hubiese una fiesta en el abismo.
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La música de Only Teardrops nos despierta a Tatiana y a mi, el día ha comenzado nublado, al igual que ayer, por lo que el Sol no se cuela entre las cortinas de Tatiana como acostumbra a hacer.
Tatiana ayer llegó felíz, porque se reconcilió con Saúl, pero a medida que fue pasando el día empezpó a deprimirse y ayer por la noche estuvo llorando, no nos quiso contar no a Ben ni a mi lo que la ocurrió, pero las ojeras con las que ha amanecido la delatan que bien no terminó ayer el día.
Yo ayer llegué tan cansada que ni siquiera me fui a duchar, nada más que me quité  vestido, me puse el pijama y me quedé dormida con accesorios, maquillaje y demás. Y ahora no me da tiempo a hacerme nada porque voy con la hora justa, así que con el maquillaje de hace dos días, los accesorios de fiesta y las extensiones que me puse pretendo aparecer así hoy en la Universidad.

Termino de desayunar, me calzo, me pongo la chaqueta y la mochila y me dirijo a la parada de autobús yo solla porque Tatiana no pretende ir hoy a la Uni porque tiene el autoestima bajo tierra. Nunca la había visto así de mal. Y Ben hoy entra después. Así que me encuentro yo sola con Douglas en la parada.
-Uy, ¿Y Tatiana? -me pregunta Douglas.
-Se encuentra mal y hoy no va a ir a la Universidad. -le explico.
-¿Y tú qué tal estás? -me pregunta.
-Bien. -me encojo de hombros sin saber muy bien cómo me encuentro.
Llega el autobús, y Douglas y yo nos sentamos juntos. Durante el recorrido desde nuestro barrio hasta la Universidad me vibra el móvil, lo desbloqueo y es otra letra "No importa el camino mientras tú seas mi destino".
-¿Y esa cara de bruja?-me pregunta Douglas.
Le explico todo, echa un vistazo a la cuenta pero tampoco llega a ninguna conclusión, al igual que Ben.
-¿Y por qué no denuncias? -me pregunta Douglas.
-Es que me da igual, la verdad. -digo encogiéndome de hombros por segunda vez en el día.
-No estoy demasiado segura... estás temblando. -me dice, hasta que no me lo ha dicho no caigo en la cuenta de que tiene razón. -¿Qué te ocurre? -me pregunta frunciendo el ceño.
-No sé, no me he dado cuenta. -digo. Él me atrae a su cuerpo y me frota la espalda y el cuerpo en general como si los escalofrios fuesen producto del frío.
-Gracias Douglas, pero... no creo que sea por el frío. -le digo.
-¿Y sino por qué? ¿Te pongo nerviosa? -me pregunta pícaro.
-Normalmente me estresas, pero tampoco es el caso. -digo. Mi cuerpo está reaccionando así como si tuviese algún problema severo.

Después de esta hora de medicina ya toca descanso con el recreo, pero mis ganas de orinar cada vez se hacen más insoportables. Cuando quedan 10 minutos para acabar mi vejiga ya no aguanta más, así que automáticamente levanto la mano.
-¿Sí? ¿Candy? -me pregunta arqueando una ceja.
-Es una urgencia profesora, necesito ir al baño. -se mira el reloj.
-Solo quedan 10 minutos ¿no puedes ser un poco más mayor e intentar aguantar? -me pregunta.
-De verdad que no. -digo apurada.
-Anda ves. -dice la profesora teniendo piedad de mi.
Salgo de la clase y voy al baño de abajo porque me gustan más esos que los de arriba. Me tomo mi tiempo y cuando salgo veo que está en los pasillos Marcos.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora