Capítulo 32

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Es la chica representante de la Hermandad cuando no está la fundadora ni los adultos.

Cuando me acerco para pasar por su lado me doy cuenta que los policias son los que vinieron a casa de Tatiana.
El rubio me ve y luego a Douglas, alza las cejas como si estuviese cayendo en cuenta de quienes somos y se dirije hacia nosotros.
-Hombre Douglas-se hacen un saludo amistoso entre hombres. En ese momento mi curiosidad de saber de que se conocen me inquieta.
-¿Qué haces por aquí?-sonrie Douglas a la vez que extrañado.-¿Tú no eras responsable de mi zona?
-Sí, pero hace unos días nos trasladaron a esta zona por un problemilla que tuvimos con nuestro jefe.-Le informa sutilmente.
-¿Y estás aquí por tu hermana o por algo de la fiesta?-pregunta Douglas.
-Por las dos cosas. No podemos dejaros que las hormonas se os alboroten mucho más de lo que las teneis.-dice el policia bromeando.-¿Sabes dónde está mi hermana?
-Debe de estar encerrado con un chico en la habitación.-Él alza la ceja en signo de incredibilidad.-Tranquilo, es solo un juego que tienes que hacer con otras persona del sexo opuesto para completar una hoja con materias dadas en el colegio.-Al ver que el policia no se quedaba muy tranquilo con la respuesta le vuelve a hablar.-Mira, a mí me ha tocado con ella-dice señalándome-y lo único que hemos hecho ha sido aburrirnos.
-Hola-saludo incomoda y forzadamente.
-Buenas-me saluda-¿tú eres una de las chicas que estaba el otro día por la noche con lo de la licencia de armas no?-no se explica muy bien pero le entiendo, así que asiento, mientras que Douglas se queda a cuadros.-Nos cambiaron a esta zona porque una de las cámaras de vuestro vecindario captó que entrábamos a la casa para pedir las armas.
-Me estoy perdiendo en la conversación. ¿Candy? ¿con armas?-pregunta Douglas incrédulo mientras que se une el otro policía moreno a donde está su compañero.
-A los padres de su amiga le habían caducado la licencia de armas y bueno, hubo una larga noche.-Según lo explica suena tan mal que todos los presentes arrugamos la nariz.
-Sus padres estaba de viaje y ninguno de los tres sabía donde estaban las armas.-explica el policia moreno haciendo presencia.
Veo a Lissa bajando las escaleras en dirección a nosotros, y al chico que le ha tocado con ella tambien.
-Mira por ahí viene Lissa.-dice Douglas con la cabeza como si a alguno de los presentes nos importase su presencia.
Cuando llega al lado de Douglas se percata del policia rubio y se dan un abrazo.
-Hermano, ¿Qué te trae por aquí? -pregunta Lissa. Esta vez soy yo la que me quedo a cuadros. -Eso del hermano sobreprotector no se te quita ni un momento. -le dice bromeando.
-No quiero dar todo el trabajo a Douglas de cuidarte, sabemos que ese es uno de los trabajos más duros del mundo y me da pena de él. -Le pica su hermano.
-Por favor, los que queden en las habitaciones que vayan bajando ya.-dice una chica por el micrófono apagando la música.

Mientras que baja la gente yo entrego los trabajos de las diferentes asignaturas.
-Bueno ya estamos todos, quien no haya entregado lo trabajos debe dárselos al chico o chica que le escogió.-anuncia la chica por el microfono.-Vamos a empezar por la asignatura de Ed.Física.-Veo que mientras los policias se dirigen a fuera.-Como ya hemos puesto en la hoja debían haber ensayado un baile, las parejas deberán hacer una fila al rededor del escenario, los juezas son ellas.-Señala a tres chicas que están viendolo desde la escalera.-Irán dando puntuaciones y al final de todo decidirán entre las tres la pareja ganadora. ¿Entendido?-Todo el mundo asiente y empiezan a hacer la cola alrededor. Para que nos quitásemos cuanto antes la asignatura, Douglas me coge del brazo y me lleva a toda pastilla hacia la fila, para que nos toque de los primeros.
Mientras que empiezan la primera pareja me pregunta por encima de la música.
-¿Has preparado la canción?-yo asiento.
Amelia se nos había adelantado con su pareja en la cola, y cuando la toca bailar, Douglas y yo prestamos atención a su baile, era una música metálica.

Cuando me toca a mí con Douglas, me intento tranquilizar y me concentro. Subo las escaleras y entrego el móvil al dj para que lo conecte a los altavoces. La música empieza a sonar y yo lucho por no mirar a la gente para evitar quedarme en blanco, la canción de Adicción de hace un par de años suena por toda la hermandad, y Douglas coordina bastante bien sus pasos con los mios, lo que me hace sentirme más segura y más pendiente de él que de la gente.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora