Logro no hacer ruido con la puerta, y como me había dicho Tatiana, las luces de todas las habitaciones ya estaban apagadas a la una de la madrugada. Voy a tientas, como si fuera una ciega porque no veo nada, y no puedo sacar la linterna del movil por si me descubren, así que con mucho sigilo, apreto los labios por si algo me da un susto no gritar, descalza con mis calcetines, y sujetándome a todo lo que puedo, consigo llegar hasta las escaleras y bajarlas. Según el mensaje de Ben su habitación está en la primera planta, la primera habitación a la derecha de la escalera.
Llevándome por sus indicaciones, abro la puerta de la habitación y la cierro con cerrojo como me había dicho.
-¿Candy?-susurra Ben en la oscuridad de la habitación.
-No, soy el monstruo.-susurro sarcástica mientras que saco el movil de mi bolsillo para encender la linterna.-Oh Dios mio, susurro sorprendida.-si esto parece una habitación que da muy mal rollo, y encima hace mucho frio.-digo empezando a tiritar.
La habitación tiene el techo, las paredes y el suelo del mismo color del cemento.
Una estanteria está medio caída, cayendo en una cama que está medio resquebrajada por la mitad, un montón de libros esparcidos por el suelo, y al final, en una esquina, está la cama dónde está tumbado Ben, esta habitación no tiene ni baño propio.
Por el frio, me voy de puntillas a la cama de Ben, salvando un par de obstáculos que hay por el suelo, rápidamente me meto en la cama con Ben, que tiene una sábana de chicha y na.
-¿Ben me dejas al lado de la pared?-digo a susurros. Sin decirme nada el me abre paso para meterme entre la pared y él. -¿No tienes frío? -digo extrañada mientras que tirito.
-Uno se acostumbra a la temperatura ambiente. -dice obvio.
-¿A esto tu lo llamas temperatura ambiente? -digo con la ceja levantada.
-Bueno, apaga la linterna y calla, que si no no me usas de peluche. Ah, e intenta no tirarme de la cama de una patada. -dice pinchándome.
Hago lo que me dice, y a los 10min entro en un profundo sueño.
Gente a mi alrededor con vestimentas rojas se acercan, unas campanadas de fondo suenan, uvas frescas en una copa, la gente empieza a beber champán cuando la gente empieza vitorear...
Me despierto, abro los ojos, y todo estaba oscuro, todavía era de noche. Después de muchas vueltas consigo dormirme.
Toques en la puerta suenan, me empiezo a despertar, Ben ya estaba más espabilado.
-Candy-susurra-despierta-termina de despertarme Ben- escóndete donde puedas.
Me termino de espabilar y me pongo detrás de la estantería caida.
-Chicos, soy Tatiana-dice detrás de la puerta.
Salgo de mi escondite y Ben abre.
Tatiana cierra la puerta cuando entra.
-¿Os venis a desayunar? -nos pregunta Tatiana.
-No creo que le dejen a Ben desayunar, porque como le vean las demás chicas, empezarán a chantajear a la fundadora. -¿Entonces nos vamos ya? -pregunta Tatiana. -Por que necesito desayunar.
-Si quieres sí. -dice Ben.
-Vale, entonces le digo a Amelia que nos espere que nos vamos con ella. -dice Tatiana.
-¿Y eso? -pregunto.
-Porque los Dics la esperan para desayunar. -dice Tatiana dirigiéndose a la puerta.
-Espera, voy contigo a recoger mis cosas y las de Ben. -digo.
Subimos a las escaleras y mientras la hablo.
-¿Qué tal has dormido? -la pregunto.
-Con frío, pero bien. -me dedica una sonrisa tranquilizadora.
-¿Y con Esmeralda? -digo con culpabilidad.
-Mejor que ayer. -me dice con la misma sonrisa.
Llamamos a la puerta.
-Amelia, esperanos, que nos vamos contigo. -dice Tati.
-Ah. -dice Esmeralda. -¿No os quedais? -pregunta extrañada.
-No, porque a Ben no le van a dejar desayunar. -responde Tatiana.
-Bueno, pues yo tengo hambre, me voy. -dice Esmeralda y dejándonos solos a Tatiana, a Amelia y a mí.
Terminamos de recoger nuestras cosas, coloco el sofá, la hacemos la cama a Esmeralda y salimos por la puerta. Ben nos está esperando afuera de la hermandad, le doy sus cosas y nos dirigimos hacia una línea de autobus. Nos deja a cinco minutos de nuestro barrio. Subimos la cuesta de nuestra calle juntos y cuando llegamos a la puerta de la casa de Douglas nos despedimos de Amelia.
-Voy a llamar primero y ahora os doy un beso que hasta que me abran.-dice Amelia llamando al timbre.
Amelia da un beso en la mejilla a Ben, a continuación Douglas abre la puerta en pantalones de chandal gris oscuro y de arriba con una musculosa gris claro, dejando ver sus brazos tonificados pero sin demasiado musculo, más o menos como los de Ben, Amelia me da dos besos en cada mejilla y por último se despide de Tatiana.
-Rubita, ya me vengaré por hacerme despertar temprano.-dice Douglas apoyado en la puerta.
-Seguro que sí- se burla Amelia yendo en dirección a Ben.
-Bueno pareja, adiós. -dice Tatiana despidiéndose.
-Hasta el lunes. -dice Amelia y Douglas cierra la puerta.
-Bueno, ahora depués vamos a vuestra iglesia y después venis conmigo ¿no?-dice Tatiana mientras que abre las verjas del jardín.-Asiento con la cabeza
-Es lo que acordamos ¿no?-dice Ben, ahora la que asiente es Tatiana.
Nos vestimos un poco más formales para ir a nuestros sitios sagrados.
Cuando llegamos a la iglesia hice la genuflexión junto con Ben y Tatiana nos imita, nos ponemos en un banco de los primeros y una señora adulta nos pregunta.
-¿Quereis leer las lecturas? -nos mira la señora a los tres.
-Creo que es mejor que se lo pregunte a otras personas. -digo amablemente. -pero muchas gracias.
-¿Y por qué ustedes no? -inquiere.
-Yo sí, ¿leo la primera lectura? -dice Ben.
-Sí-le sonrie la señora. -¿Y tú no te animas ya que tu amiga es muy tímida? -Dale con lo de ser tímida.
-Es que soy ortodoxa.- sonrie sin ningún tipo de sonrojo a la mujer la que se queda un poco confusa.
-¿Y vosotros también sois ortodoxos? -nos pregunta.
-No, nosotros somos católicos.-digo. -Al final me animo a leer la segunda lectura.- la sonrio.
-Muy bien, entonces ¿sabeis cuando tenéis que salir? -nosotros asentimos ella nos sonrie y se sienta en su sitio.
Empiezan a cantar, dando paso a la entrada del sacerdote y el diácono que vemos cada Domingo desde que estamos en Francia.
-¿Ese joven se va a meter a cura?-me susurra Tatiana al oido.
-Sí ¿Por qué? -la respondoen susurros.
-Porque con lo guapo que es no lo entiendo. -dice ella mirándole sin ningún tipo de disimulo.
-¡Tatiana! -la grito en susurros-es una persona que se está preparando para consagrarse a Dios y tienes a tu queridísimo Saul. -digo entono de desagrado la segunda parte.
-Tatiana controla tus hormonas. -dice Ben susurrándola inclinándose hacia mí para hablarla, a lo que ella saca la lengua. En el banco estábamos Ben, yo, Tatiana y una pareja.
Cuando una señora se levanta, Ben y yo, igual, suponiendo que esa mujer es la que leerá el salmo.
Con torpeza subo los escalones y me limito a escuchar a Ben y a la mujer que va delante de mi, estos nervios son matadores, me intento quedar con el salmo para ver cual es la segunda lectura, cuando termina la mujer me aproximo hacia dónde tengo que leer y cuando localizo mi lectura empiezo, mientras que leo, mi corazón golpea como un martillo, me atranco y por falta de respiración pauso de más en los signos de puntuación, todo por los nervios que no debería tener en estos momentos. Cuando termino vuelvo a bajar los escalones con torpeza y cuando llego a mi sitio veo que hay gente que me mira, y el sacerdote y el diácono por un momento igual. Ben sabiendo en lo que voy a hacer levanta un poco su brazo de su cuerpo para meter yo mi mano y apretujarme contra su bíceps.
Salimos y luego fuimos a la Iglesia Ortodoxa que frecuentaba Tatiana, nunca había asistiad a un acto de ellos, pero sí que había estudiado a fondo en mi colegio las diferencias que había entre la romana y la ortodoxa. Me había aprendido todo muy bién excepto que en la Comunión, evocan al Espíritu Santo y al comulgar reciben pan y vino, en cambio, nosotros utilizamos pan no amasado y normalmente no recibimos vino, excepto en Semana Santa.
Después de acabar la misa ortodoxa, una mujer fue a dar un beso al que había presidido la misa, luego recordé que los curas ortodoxos se pueden casar si no desean llegar a altos cargos de la jerarquía eclesiástica.
-Bueno, ¿que os ha parecido? -nos pregunta Tatiana saliendo de la Iglesia Ortodoxa.
-Divertido.-dice Ben, Tatiana y yo levantamos una ceja como diciendo "¿Y eso que significa? "-Porque se me han quedado mirando mal cuando me he santigüado como los cristianos y no de derecha a izquierda como lo haceis vosotros. Que manera más especial de llevarnos la contraria a los católicos. -saca la lengua Ben a Tatiana en forma de burla.
-Vosotros también teneis maneras muy originales de llevarnos la contraria, como que vuestros sacerdotes pueden decir varias misas el mismo día y sobre el mismo altar. -responde Tatiana sabionda.
-Pues a mi me ha parecido bien excepto que la iglesia es un poco austera y poco acogedora porque no hay estatuas.-digo mirando al suelo de la calle mientras caminamos.
-Bueno, cambiando de tema, ¿Qué día empezais la escuela de idiomas? -me pregunta.
-Empezamos esta semana, dos horas dos días a la semana, el martes y el jueves. -la respondo. -Y la hora es de siete y media a nueve y media de la tarde. -Añado.
Llegamos a casa y mientras me visto para ponerme ropa de estar en casa Tatiana entra a la habitación.
-Me ha dicho mi hermano que si me pongo por Skype. -me comenta Tatiana.
-Pero tus padres no están. -digo confusa.
-Me ha dicho que no importa que ya nos pondremos otra vez por Skype cuando esten mis padres. Que quiere presentarme a mí primero a la chica con la que está intentando llevar una relación y ya de paso yo os presento. -me dice Tatiana.
-Vale, como quieras. -digo no muy convencida de lo que acabo de decir.
-Si además ya veremos que tal va la conexión desde allá, porque encima que el programa es más viejo que matusalén... -dice encendiendo el ordenador.
-Yo lo usaba cuando era pequeña para hablar con mis primos. -digo pensando en que no me considero tan vieja.
-Mi familia como es tan clásica los aparatos de lujo los deja a un lado, cree que tanta tecnología nos puede comer demasiado la cabeza, por eso solo tengo lo básico de la tecnología, excepto el espray que echa Wifi, que como tengo 18 años me lo he comprado con mis ahorros y eso que ha salido al mercado este año, es la primera vez que me compro algo tan nuevo. -dice Tatiana.
-Voy a llamar a Ben para que se una al Skype. -la aviso mientras me dirijo a la puerta.
Aviso a Ben y cuando sube conmigo las escaleras oigo a Tatiana hablando con un chico que debe ser su hermano.
ESTÁS LEYENDO
Utopía Envenenada
Teen FictionCandy, una chica de lo más normal con miedo a hacer el ridículo, decide irse a una Universidad Francesa junto con su inseparable amigo Ben, para terminar de dominar el idioma Francés, tanto como domina el Inglés, y poner un "punto y coma" al entorno...