Capítulo 49

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-A mí me ha contado que mi vida desde el principio ha cogido el camino, que me costará pero conseguiré lo que quiero. En el amor estaré muy inestable por engaños, cambios y malas influencias pero sabré elegir bien el amor, a pesar de que muchos me intimidarán pero el sentimiento será más fuerte y en cuanto descendencia a causa de mi pasado sabré elegir la elección correcta. -Nos dice Tati.
-Pues yo soy un colgado. -dice Saúl intentando también hacer una broma. -La verdad que habla tan en clave que casi no me he enterado pero sí que me he quedado que soy un inestable y eso me provocará perder cosas importantes y no se qué más. -dice riéndose junto con Douglas.
-Me ha tocado la luna. -dice Lissa rodando los ojos. -me ha dicho que tendré éxito pero eso hará que solo me centre en eso en cuanto lo consiga y bueno, más cosas que no me acuerdo. -dice haciendo la que no sabe.
-A mí el loco. -dice Douglas, todos nos reimos ante la similitud de la carta y él. -Bueno, conseguiré mis metas. En cuanto al amor solo tendré dos verdaderos, uno que me dejará huella-dice masticando las palabras por ser tan empalagosas y que tengan que salir de su boca. -Y otro que me dará una vida estable.
-Mi carta ha sido el carro. -nos dice Esmeralda. -Yo supuestamente conseguiré mi ambiciada meta llegando a conseguir un alto cargo. -hace una pausa pensando. -Cuando encuentre el amor será el único verdadero, que le tengo más cerca de lo que pienso y tendré una familia con esa persona. Después de eso ocurrirán contratiempos pero permaneceré unida junto a mi amor y a mi descendencia y lo superaré. -dice con un tono agrio por decir palabras con tanto love.
Lo que no entiendo es porque a mí no me han dicho nada de descendencia y a otros sí.
<Candy, admítelo, te han timado. >
-Pues a mí me ha tocado el Sol. -dice Amelia mirando a Lissa. Todos los presente sueltan un uhh excepto Lissa, Douglas y Amelia. -y según ella una persona cercana a mí estaré a punto de perderla pero lograré reaccionar a tiempo, dentro de un tiempo me van a ocurrir cosas inusuales que me haga acercarme y conocer a mi futuro amor. -resume Amelia.
-El ermitaño es mi carta. -dice Hugo. -La verdad que tampoco me he enterado demasiado bien pero me ha dicho que el amor lo hallaré pronto entre los más cercanos pero luego los caminos serán separados y eso hará que conozca al amor que me dará una familia.
-Qué bonito te ha quedado. -dice Alex.
-Bueno ya hemos terminado ¿no? -dice Ben intentando escaquearse. Todos le miramos acusadoramente y se acomoda en su asiento.-Yo soy la estrella. -Saúl, Douglas y Lissa se ríen. -Dentro de poco el camino se va a poner turbio y yo me alejaré por miedo, luego me arrepentiré pero un sentimiento nuevo aparecerá en mí, lo que pasa que me cambiaré de camino y eso hará que enmende mi error de alguna forma y que encuentre el romantiqueo. -dice a su manera. -Y conseguiré las meta que tengo en mente en estos instantes. -Termina de decir Ben finalizando el círculo.
Me quedo pensativa ¿Cómo que encuentre el romantiqueo? ¿No lo ha encontrado ya?
Lissa hace un gesto a Douglas como diciendo que se levante y la siga. Casi todos los presentes siguen con la mirada de la manera más discreta a la pareja. Ella hace gestos de reproche y enfado, mientras que él parece que intenta defenderse y hacerla razonar. Él vuelve hacia la mesa y deja enfurecida a Lissa con la boca abierta.
-¿Mal de amores? -le pincha Saúl mientras que Douglas gruñe cuando ya está sentado. Lissa se va al jardín de la Hermandad a paso rápido. -¿La has dejado? -dice incorporándose rápido tras ver lo furecida que salía.
-A medias. -dice Douglas. A muchos de los presentes se les ilumina la mirada.
-¿Cómo que a medias? -pregunta Esmeralda confusa mirando a Douglas que está a su lado izquierdo.
-Pues que no coincidimos y se enfada por cosas que no la tienen por qué incumbir. -dice Douglas sin resolver del todo nuestra duda.
-¿Entonces seguís saliendo? -pregunta Alex provocando que Douglas le mire un poco mal a él ya que casi no se hablan.
-Es una cosa rara. -dice Douglas pensando. -Bueno aburridos, ¿podeis hablar de otra cosa que no sea mi divertida vida?

Estuvimos hablando de cosas cotidianas y pude ver que Douglas también es una persona corriente, que no viene de descendencia del mismísimo demonio. Estuvimos viendo los videos que ha grabado Tati hoy para la cuenta de Youtube. Ahora que son las 5 de la mañana y que algunos ya están ahogados de alcohol que no se pueden levantar y otros durmiendo deciden ponernos una película de "terror" y comedia, en este caso "Jumanji".
Douglas se ha puesto a hablar con Amelia, y Lissa no ha vuelto del enfado.
Saúl se ha levantado porque su hermano mayor se lo ha pedido.

Saúl vuelve hacia Tatiana que está al lado mio.
-Luego recuérdame que te cuente una cosa. -dice Saúl.

Alguien me sacude un poco desvelandome de mi sueño. Abro los ojos y veo un zapato miemtras que siento mi mano mojada, me separo un poco y veo que es mi baba, me la quito con disimulo y miro hacia arriba, veo que Ben me mira como si fuese una hormiga.
-Levanta del suelo. -se rie. Me da la mano derecha para ayudarme a levantarme y se la acepto. Cuando emtrelazo mis dedos con los suyos tira de mi y pongo de mi parte para levantarme, entre mi fuerza y la suya no calculamos bien y termino pisándole el pie izquierdo.
-Lo siento. -pongo cara de perrito mojado.
-Babosa. -me dice Ben quitando la tensión. -Nuestro grupo ya está desayunando. -dice mientras miro a mi alrededor. Me tranquilizo, todavia hay mucha gente durmiendo por cualquier sitio.
-¿Tú has dormido? -le pregunto.
-Sí, he dormido algo, pero después de que se terminase la peli. -me mira. -Me han levantado de golpe porque una chica trataba de salir y como todos estábamos dormidos en el suelo pues he sido el gafe al que tenia que pisar la pierna. -dice Ben quejándose. Yo me rio.
-Pareces una hiena. -dice mientras me rio. Sus tripas suenan, me mira y le señalo con la cabeza para que siga andando hacia el comedor.
Cuando llegamos gracias a las indicaciones que le ha dado Esmeralda a Ben, entramos y vemos que hay muy poca gente desayunando. Nos vamos a la mesa donde están todos mientras que me quedo mirando con atención el comedor ya que es la primera vez que entro.
Nos sentamos y una señora pasa por nuestra mesa para ofrecernos lo que hay, decido cogerme un bollito y mantequilla.
-Esmeralda.-la llamo un poco avergonzada. Haciendo que todos los presentes se me queden mirando. -¿Sirven solo café?-la pregunto cuando me mira.
-¿Cómo que solo café? -pregunta confusa.
-En plan, ¿no hay zumo ni colacao? -todos los presentes estallan en carcajadas excepto los que saben que yo no tomo café porque no me gusta.
-Mira de paso si tienen potitos. -me dice Douglas mientras se rie.
Al ver que Esmeralda se sigue riendo me dispongo a levantarme y a ir a algunas de las encargadas del comedor para preguntar por ello.
-Perdona. -la digo a una mujer adulta que lleva la redecilla en la cabeza. -¿Tienen zumo o colacao? -sonrie.
-Zumo sí que tenemos y colacao lo hay en sobres. -me informa.
-¿Dónde puedo coger el zumo de piña y los sobres de colacao? -pregunto.
-Ahí. -me señalan donde están.
-¿Y fruta? Es que en el carro no venía ninguna pieza. -la digo mientras se me enciende la bombilla de que prefiero mejor eso.
-Espérame que voy a por ella. -al medio minut viene con un frutero de varios tipos de fruta, decido coger un plátano para no andar pelando nada.
Cuando los presentes ven que al final aparezco con un plátano Douglas decide volver a abrir la boca.
-Pero niña, ¿Qué haces con un plátano? Trae para acá que eso es caca, con eso no se juega, lo tuyo son los potitos y la leche de mamá. -imita Douglas a una madre regañando a su bebé.
-Te has confundido, los potitos son para ti, tú eres el que te has manchado. A ver si vamos a tener que ponerte babero. -le digo defendiéndome e inventándome la mancha. Él se mira a la camiseta que lleva y se queda confuso al no ver nada.
-¿Qué dices? Si no hay nada. -deja de mirar a su camiseta para mirarme a mi. -No inventes.
-Pero ¿no la ves? -le digo señalándole a él. -Ay es verdad. -me llevo la mano a la frente. -si es tu cara.- todos los presentes empiezan a reir. -Lo siento, es que no me acostumbro a las caras feas.-digo mientras que en mi interior doy gracias por acordarme de la frase de la protagonista del último libro que me he leido.
-¡Zasca!-dice Amelia.
Ben se me queda mirando perplejo por mi respuesta.

Utopía EnvenenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora