Capítulo 23

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NOTA DE AUTORA: ¡Ya hay booktrailer! Lo podeis ver en el primer capítulo. Es un placer para mí daros esta noticia. ♥ Gracias a todas las personas que me ayudan os lo agradezco muchísimo a todas las personas que forman parte de alguna manera de Utopía Envenenada. Si alguien necesita ayuda contactar con la editorial paraisoentinieblas Y sin más dilación os dejo con el capítulo.

Nos sentamos en un sillón Tatiana, Ben y yo, y los guardias en frente. Yo empecé a bostezar, intentaba que no se me oyera pero lo hice tan continuado que se me empezaba a deslizar hasta lágrimas.
-¿Quieren café o algo para tomar?-dice Tatiana educadamente.
-No, no queremos nada.-dice el moreno.
-Pues a mí si que me gustaría café.-dice el rubio. Su compañero le mira mal, y este le pregunta Tatiana.
-¿Nos puede decir dónde está el baño?-pregunta el moreno.
-En esta puerta de en frente tienen uno.-responde Tatiana.
-Gracias.-dice serio a Tati.-Acompañame.-ordena a su compañero.
Cuando se meten en el baño con sigilo los tres nos miramos y veo que Ben y Tatiana se acercan a la puerta, yo les sigo.
Ponemos el oido y empezamos a escuchar.
-Vamos a ver, nos tienen dicho que no aceptemos ni comida ni bebida por si nos ponen alguna sustancia, además ya hemos incumplido la regla principal que es la de entrar en la casa, como se enteren de esto ya nos podemos ir despidiendo de nuestro puesto de trabajo.-dice uno a susurros.
-La gente parece decente, y tú lo has dicho ya hemos incumplido la norma principal, ya da igual, además si se enteran de esto no nos van a despedir, como mucho nos cambiarían de zona y nos estarían vigilando con lupa.-dice el otro que suponemos que es el rubio.-dice en tonoi de sarcasmo.
-Tómate ya el café, a ver si tu también vas a empezar a bostezar como la chica esa.-dice ahora con un punto de humor, a lo que la frase me ha puesto de malos humos por hablar de mí. ¿Es que a quien se le ocurre estar a más de media noche en una casa ajena??
Oímos pasos acercándose a la puerta y nos vamos corriendo lo más sigilosamente posible hacia el sillón.
Salen del baño y cuando se sientan el rubio pregunta:
-¿Ya está mi café?-inquiere impaciente.
Los tres abrimos los ojos.
-Perdón, se me ha olvidado. -dice Tatiana un poco apurada.
-Tati, ya lo hago yo. -digo. Quiero vengarme un poquito del guardia, no me gusta que se hayan metido conmigo, además ahora si que va a tener sustancia el café.
Empiezo a prepararlo y cuando ya lo tengo listo no encuentro la idea de como vengarme y se me ocurre hacer lo que Ben hacia de pequeño con la gente que le caía mal, escupirle. Así que eso es lo que hago, escupirle en el café.
Me dirijo al salón y con el pulso que tengo la taza va bailando. Cuando llego a su sillón y se lo voy a dejar en la mesilla de cristal que hay entra nosotros, a causa de mi pulso, un poco de café sale derramado de la taza y cae en la rodilla del guardia moreno.
-¿Pero qué haces?-dice el guardia. -Normal, como estás dormida no prestas ni atención a nadie.
-Es que lo normal es eso, que estemos dormidos, no como vosotros, que molestais a unos universitarios que al día siguiente tienen que ir o a un examen o a presentar un trabajo y no podemos dormir por la culpa de dos guardias incompetentes que no saben qué hacer y prefieren quedarse sentaditos y agustos en un sillón, a estar rindiéndole cuentas a otros que se van de rositas.-dice Ben enfadado.
-Niño, cuida tu tono. -dice el guardia moreno.
-¿Niño? ¿En serio? Como mucho tendreis cinco años más que nosotros así que... -dice Ben dejando la oración en el aire. -¿Así que qué? -dice el guardia moreno como si estuviese esperando a que terminara su oración.
-Así que no vengais exigiendo. -dice Ben con simpleza.
-No pretendo exigir en cuanto a comodidades solo pido que nos deis el arma y nos vamos cuanto antes, nosotros no tenemos culpa de que vuestros padres no se encuentren aquí.-dice el guardia moreno.
-Pero solo os vamos a pedir un favor más. -dice cortándole el rubio al moreno. -¿Le podeis traer una toallita a mi compañero para que se quite esa mancha tan fea? -dice señalando al pantalón negro dónde casi no se ve la mancha.
Ben iba a hablar pero yo me adelanto.
-Sí, ahora mismo la traigo. -digo para que el ambiente sea más relajado y no tan tenso.

A las dos le llega a Tatiana un mensaje de su madre. Lo lee nerviosa.
-Me ha dicho mi madre que ya se acuerda de dónde tiene la llave. -dice Tatiana.
-¿Te ayudo a buscarla? -digo.
-Vale, ayudame porque se me caen los párpados y nose si la voy a encontrar. -dice Tatiana,  a continuación nos subimos a la oficina que está en la última planta de la casa.
-Dice que está en un cajón con llave de la oficina, la llave de ese cajón está en una caja que parece un libro. Y la caja fuerte está debajo de la cama de sus padres, rodeada de colchas, ya que es un compartimento de la cama. Cuando damos con todo ello nos encontramos con una pistola, en mi vida había visto ninguna, solo a través de una pantalla.
-Candy, coge el arma y llevaselo que tengo que dejar todas las llaves en su sitio. -me dice Tati.
-¿Y por qué no al revés? Me da mucho respeto llevar un arma en la mano. -digo sincera.
-Venga Candy, que no la vas a llevar en las manos ni dos minutos. -dice Tati convenciéndome.
-¿Y cómo sé que no está cargada con balas y sin querer doy al pitoche este y disparo algo? -digo traumada.
-Candy. -dice Tatiana con voz pesada. -Lo primero tranquilízate. -dice Tatiana calmándose conmigo. -Respira hondo. -Hago lo que ella me dice aunque sé que de mucho no me va a servir.-Ahora-hace una pausa. -no te puedo asegurar ni que esté cargada ni que no lo esté, pero yo no sé desmontarlo básicamente porque es la primera vez que veo un arma, lo único que sé es que en la caja fuerte hay más balas, pero a nosotros solo nos han dicho que entreguemos el arma. -die respirando. -Así que te pregunto. -dice tragando fuerte. -¿Te ves capaz de llevar el arma hasta los guardias? -dice Tatiana.  Yo niego con la cabeza al no encontrar palabras para pronunciar algo. -Bueno, pues ahora baja y dile a Ben que necesitamos su ayuda, que venga aquí para llevárselo a los guardias, tu ya quédate abajo.
Hago lo que me dice, bajo las dos escaleras y voy al salón.
-Ben.-le llamo desde la puerta. El gira la cabeza hacía mí y cuando ve que le indico que venga con la mano se levanta.
-Dime, ¿La habeis encontrado? -me pregunta.
-Sí-digo y no me deja terminar.
-¿Y qué pasa? -pregunta.
-Que es una pistola y nunca habíamos visto una, nos hemos quedado traumatizadas y ninguna de las dos somos capaces de bajarla, así que recurrimos a tí. -le digo.
-Vaya par de dos. -se ríe.-¿Dónde está? -me pregunta.
-Tatiana te espera en la habitación de sus padres. -le respondo. Él frunce el ceño. -No van por ahí los tiros. -digo leyéndole la mente.-Él se empieza a reir mientras que se va del salón en busca del arma.
Yo tímidamente me siento en el sillón, y me quedo cortada ante el silencio y la mirada que me mandan los guardias. Empiezo a mirar a todos los lados y en cierto modo a pestañear con más frecuencia de lo habitual.
Se me quedan mirando más que antes y ante la incomodidad me empiezan a sudar las manos y empiezo a frotarme contra mis rodillas para que se me quite el sudor que parece que me las acabo de lavar y no me las he secado. Ahí es cuando me doy cuenta que estoy en pijama, que desde cuando los hemos visto en el patio de Tatiana no había vuelto a reparar en ello, pero lo que no me había dado por aludida es que con las prisas no me he puesto ni la bata y yo suelo dormir sin sujetador así que se me empiezan a subir los colores y empiezo a tener calor y a taparme "sutilmente" mis pechos.
-Aquí tienen el arma. -dice Ben haciendo aparición.
-Muy bien. -dice el rubio.
-¿Ven como no era tan complicado? -dice el moreno.
Tatiana baja y les pregunta.
-Eso es todo ¿no?
-Sí, ya os dejamos dormir. -le sonríe amablemente el rubio.
Ellos salen por la puerta del jardín, Tatiana cierra las verjas y la puerta.
-Una cosa-dice Ben mientras que cada uno subía en silencio las escaleras para irnos a nuestras habitaciones.-¿Por qué tenian tus padres una pistola?

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