-No puedo creer que ese imbécil te pegara-. Amy se lleva su té helado a la boca para darle un sorbo. -Tendrías que haberme esperado e ir a mi casa a dormir, Alex-.
-Quería irme-.
-Pues a casa de la señora D-. La señora D (señora Derricks) es la mejor persona sobre el planeta tierra. Tiene ochenta y dos años. Ochenta y dos llenos de amor.
Cuando Pat me adoptó, a los dieciséis, apenas llevaba unos días con ella y uno de sus novios quería sobrepasarse conmigo, o no sé, no le di la oportunidad.
El caso es que estuve cuatro noches durmiendo en el jardín hasta que me vio y me invitó a quedarme en su casa a dormir.
Siempre dice que des de la muerte de su marido, ninguno de sus nietos va a visitarla, le gusta que vaya, y a mi me gusta ir, técnicamente me había salvado. Es como la abuela que nunca he tenido.
-Eran las dos y media de la madrugada, a la pobre le habría dado un infarto del susto-.
-¿Has ido al hospital?-.
-No-.
-Vale, vamos ahora mismo-. Deja el té encima de la mesa y coge las llaves de su coche. Bueno, el de su padrastro.
-No-. Le paro. -Si le doy problemas a Pat puede pedir un traslado, necesito acabar el curso, necesito quedarme en Lompoc-.
-¡Que se pudra en la cárcel! ¡Mira lo que te está haciendo! ¡Eres mayor de edad, no tienes por que aguantar esto!-.
-Amy, necesito el dinero-. Miro a mi alrededor. -Y no grites, nos están mirando-.
-¿Y que pasa con el rubio? Solo quiso ayudarte-.
-Te lo explicaré en el coche, pero antes tenemos que pasar por casa de la señora D, estará preocupada-.
-Claro-. Amy sabe lo importante que es para mi la señora D, sabe que si no voy a decirle que estoy bien después de lo de anoche, se preocupará.
Aparca delante de casa de la señora D.
-Seguiremos hablando de Alex después, anda, ve dentro-.
-Gracias-. Me sonríe y salgo del coche.
-Señora D-. Llamo al timbre. -Señora D-. Tarda un poco en abrir, supongo que el desplazarte con andador dificulta el tema de la rapidez.
-Hola preciosa-. Me sonríe solo como ella sabe.
-Te he traído esto, tus pastas favoritas, de la cafetería del centro-.
-Eres un cielo-. Me acaricia la cara dulcemente con anhelo. -¿Sabes que te iría bien para ese ojo?-. Entra un momento en el interior de la casa y sale lo mas rápido posible. -Ponte esta crema, es mano de santo-.
** ** ** ** **
-Hola guapa-. El chico sigue mirándome el escote.
-¿Vas a pedir algo o solo vas a mirarme las tetas?-. Si, en eso se basa mi trabajo, no le doy demasiada importancia, en diez minutos me toca un descanso de veinte minutos, así que pongo mi mejor sonrisa.
-Ron-cola-. Este chico lleva mas copas de la cuenta, pero bueno, ese no es mi problema.
-¡Aquí!-. Grita otro chico. -¡Mueve el culo hasta aquí!-. Hay de todo, también tengo que aguantar a capullos.
-¿Que quieres tomar?-.
-Chupitos para mis amigos-. Los chicos se acercan a la barra. Eran ocho.
-¡Eh! ¡Tu eres la que le tiró la copa a Ali!-. Sonrío cínicamente.
-¡Que huevos!-. Grita otro. -Creo que está por aquí-. Dice animadamente.
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SOY ALEX
Teen FictionElla es Alex. Él es Alex. Ella tiene ocho ciudades a su espalda. Él siete. Pero no sólo tienen el nombre en común, si no, una ciudad del pasado donde los dos siguen buscando algo que les haga sentir lo mismo. Venganzas, asesinatos, familias comp...