SOY ALEX

38. ALEXANDER

ALEXANDER

-Mierda-. Dice Fred. -¿Donde te has metido?-. ¿Quién? ¿Por que está aquí él y Alex no? -Vamos coge el teléfono...-. ¿Alex no coge el teléfono? -Mierda-. Pega un golpe en mi cama. -No sé donde está Alex ¿Y si ha vuelto al intento de suicidio?-. ¿Que? No. ¡Despierta Alex! ¡Tengo que despertar!

-Alex...-. Susurro ¡Oh dios mío! ¡Estoy hablando! -Estoy... hablando-. Abro los ojos. Está Fred. ¡Puedo verlo! -Cuatro semanas en coma-. ¡Si! ¡Estoy hablando!

-Ostia ¿Has despertado?-. Se sorprende pero con fastidio. Claro, a él le va mejor que esté en coma, así puede ligar con Alex. d

-Creo que sí-. Pero vamos a lo importante. -¿Donde está Alex?-.

-Llamaré a un medico-.

-Fred-. Se detiene. -No les llames. Dime donde está Alex-.

Me pongo en pie y me mareo al momento, me siento muy débil, es como si no supiera andar. Me apoyo a la barandilla y espero a que mis piernas se vuelvan a acostumbrar a mi peso.

-No lo sé-. Parece preocupado. -Hace unos días que no la veo, des de que intentó...-.

-Suicidarse-.

-Sí ¿Como lo sabes?-.

-Lo escuchaba todo-. Igual que escuchaba como le tirabas los tejos a mi novia.

-¿Todo, todo?-.

-Vale...-. Susurro. -Piensa donde puede estar Alex-. Veo mi ropa doblada encima de una pequeña estantería que me llega por la cintura. Primero apago el monitor, si se enteran de que he despertado me obligaran a quedarme en la cama y tengo que ir a buscar a Alex. Después de apagar el monitor me quito los sensores de mi pecho, la pinza de mi dedo, los catéteres de mi brazo. Bien.

-Iremos a buscarla-. Me giro.

-Iré yo-. Dice de una manera borde.

-Fred. Necesito que conduzcas, yo no puedo, acabo de salir del coma, apenas puedo moverme, pero necesito saber que está bien. Por favor-.

-Cambiate-. Se gira. Tiene el "control" tengo que ser amable, dependo de él ahora mismo.

Me cambio lo mas rápido posible.

-Vamos-. Marco el número de Alex.

-A mi no me lo coge-. Dice.

-Yo soy su novio-. Me salta el contestador. Mierda. ¿Dónde te has metido Derricks?

-Lo ves-. Dice orgulloso. Es como si compitiera conmigo.

-Vamos a buscarla-. Digo firme y para que mentir, un poco angustiado.

-¿Donde?-.

-A su casa-. Le miro. Soy mas guapo. -¿Está mi guardaespaldas fuera?-. Niega. -Bien-.

Salimos fuera. Me siento muy débil, muy cansado, es como si mis piernas no quisieran ayudarme.

-Conduce, rápido-. Le ordeno cuando subo a su coche.

-Deja de darme ordenes. Me da igual que seas el hijo del primer ministro-.

-Fred, intentaste ligar con mi novia, cuando yo estaba en coma, así que haz el favor de acelerar el puñetero coche. Está en peligro-. Gruñe y acelera. -Gracias por cuidar de ella cuando estaba en coma-. Digo no muy orgulloso de que alguien como él le haya cuidado. Nick me va a oír.

-¿Quién lo iba hacer si no?-. Dice con superioridad. Este tío es gilipollas.

-Pues muy bien no lo has hecho si ha intentado suicidarse-. Replico enfadado con cierto reproche.