30. ALEXANDER

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ALEXANDER

Odio estar aquí, lo odio muchísimo. Cada rincón de esta ciudad me recuerda a algo diferente que he pasado. Y no son cosas buenas.

Ahora tengo que volver a la casa donde vivía, la casa donde me pegó tantísimas palizas, donde curé tantísimas heridas sangrientas, donde murió Sam.

Miro a Alex. Se ha quedado dormida nada más subir al coche.

No ha podido dormir. Me lo ha dicho, y yo tampoco he dormido, he estado toda la noche con el teléfono en la mano y las llaves del coche en la otra por si me llamaba.

Charlie se ha llevado el Jet privado. Nunca lo utiliza y cuando mi novia se va a otra ciudad, mágicamente lo necesita un mes entero. Creo que me odia.

Paro frente a la casa. Frente a mi casa. No estoy preparado para entrar. No he vuelto a entrar des de que murió Sam en mi habitación. Ni siquiera pensé que volvería aquí por propia voluntad.

-Alex...-. Susurro. Toco su pierna, se estremece y abre los ojos al momento, como si me tuviera miedo. -Tranquila, soy yo-. Se relaja.

-¿Vas a quedarte?-. Miro la casa.

-¡Alex!-. Escuché gritar a Sam en el piso de arriba. -¡Ahhh!-. Gritó con fuerza, un grito de dolor, de desesperación, un grito que decía adiós.

-¡Sam!-. Subí arriba. Josh estaba... sin pantalones con un cuchillo en la mano lleno de sangre. -Sam...-. Me acerqué a ella, estaba encima de mi cama medio deshecha. Tenía seis agujeros hechos por el cuchillo de Josh, tenía la ropa rota y lágrimas en sus ojos... -Sam-. Me acerqué a ella. -¿Que te ha hecho?-. Quiero despertar de esta pesadilla, Sam no puede morir...

-Alex-. Toca mi mano. Sacudo mi cabeza. -No llores-. No puedo enfrentarme a esto. No puedo. -No te preocupes-. Dice como si leyera mi mente. Dios. He venido con la idea de quedarme con ella... pero al ver la casa... al recordar eso...

-Lo siento Alex. Lo siento deberas. Pero no puedo entrar ahí-.

-Eh...-. Seca mis lágrimas. -No te preocupes, de verdad-.

-Alex...-. Le abrazo.

-¿Vuelves a Lompoc?-.

-Me hospedo un día en el hotel que hay en la ciudad-.

-Alex, no tienes por qué quedarte. Se que no lo pasas bien viviendo a Hanford-.

-Cierto. Pero te quiero y estoy más tranquilo aquí, que no tan lejos de ti... Ven conmigo al hotel-.

Josh golpea con uno de sus dedos el cristal de Alex. Me bajo del coche cuando Alex también lo hace.

-¿Tienes idea de lo preocupado que estaba?-. Le regaña.

-Me dejaron encerrada-. Dice Alex con miedo. Me pongo al lado de Alex, delante de Josh. Ojalá pudiera matarle como mató a mamá y a Sam.

-Gracias por traerla-. Me dice a mí con una gran sonrisa. -¿Por qué no te quedas?-. Miro a Alex ignorando a Josh, si le pego puede pagarlo con Alex... Aguanta Alexander... Alex niega como diciéndome que ella tampoco sabe qué hacer con su reacción.

-¿Puedo llevármela?-. Enserio, cada vez me enfada más la situación... Pedirle a mi padre que es un asesino y un violador si me puedo llevar a mi novia.

-¿Dónde?-. Miro mi reloj. Las seis de la mañana.

-Quiero pasar el día con ella-. Suspiro intentando aguantar las ganas de matarle aquí mismo.

-¿¡Qué le has hecho!?-. Le grité.

-Alex-. Susurró Sam.

-Vas a ponerte bien-.

SOY ALEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora