76. ALEXANDER

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Aparco el coche una calle mas abajo, sé por experiencia que el coche no puede dejarse delante de un sitio donde hay borrachos y menos un coche caro.

Entro en la casa. Clay sabe montar fiestas. Echo de menos mis fiestas. 

-¡Alexander!-. Clay viene a mi. -No sabia que venías-.

-Perdona por no avisar-. Sonrío estrechándole la mano.

-Hola guapo-. Una chica se pone delante de mi y empieza a bailar. -Soy Mel-.

-Lo siento Mel, tengo novia-.

-No tiene porque enterarse-. Me sonríe de nuevo. -Podemos ir arriba. Estoy caliente y tu pareces bueno-.

-Lo siento-. Mel se gira y empieza a decirle lo mismo a Clay.

Los dejo ahí y recorro la fiesta con lentitud buscando a Alex. Decido subir arriba después de no ver ni rastro de ella en la planta baja.

-¿Alexandra?-. Hay una puerta entreabierta, solo esta de las cinco que hay en el largo pasillo.

Me acerco a la primera y la abro. Está a oscuras, un ambiente cargado que huele a sudor y alcohol me pega un increíble puñetazo.

-Está ocupado-. Dice un tío con la respiración acelerada.

-¿Alexandra?-. No. No es ella quien está follando con ese tio.

-No-. Dice la chica.

Cierro la puerta. Me dirijo a la segunda. La que hay entre abierta.

-Empiezo yo. Espera tu turno-. Entro rápido al reconocer esa voz. Al reconocer a Chuck. -Mierda-. Me mira.

-¿Sabes donde está Alexandra?-. Pregunto serio. Chuck. Es escoria humana. Su historial se remonta a drogas, abusos sexuales, peleas... Nunca ha sido castigado. Su padre tiene demasiado poder.

-¿Es su novio?-. Dice el amigo mirándome con miedo. -Yo paso-.

-¿Que quiere decir eso?-. La puerta del baño está entreabierta.

-Esta es mi casa Marin. Lárgate-. Dice Chuck poniéndose delante de la puerta.

-Déjame pasar-. Le aparto para entrar al baño. -Mierda-. Está apoyada en los armarios con una botella en la mano. Tiene un aspecto horrible. Tiene el vestido levantado hasta su cintura dejando ver su ropa interior. El tirante del vestido y del sujetador caen por su hombro haciendo que el escote del vestido deje ver su sujetador. Está muy pálida. Con la mirada perdida. El pelo alborotado. -Joder Alex-. Le pongo bien la ropa y la recojo del suelo, le ayudo a levantarse.

-Déjame-. Solloza.

-Levántate. Soy yo-.

-¿Alex?-. Murmura como si fuera algo increíble. -No respondías a mis llamadas. Ni mis mensajes... pensaba que Ian...-.

-No-.

-Lo siento-. Se echa a llorar. -Lo siento-. Tapa su cara para llorar con más fuerza.

Clay tenía razón. Alex está mal.

-Perdóname-. Susurro. Viene a mi y se hunde en mi pecho a llorar. -Vamos... te llevo a casa-. La cojo en brazos. -¿Alguien la ha tocado?-. Le pregunto tajante a Chuck. Pero no me contesta y eso me enfada. -¿Alguien?-. Le pregunto a su amigo.

-Queríamos ser los prim...-. Se calla antes de acabar. Querían ser los primeros. Cabronazos...

-Alex...-. Murmura en mis brazos.

-Tranquila... estás bien-. Niega.

-Tengo que hablar contigo-. Escucho como se cierra la puerta y como la habitación se queda en un silencio casi profundo. Tan solo se escucha el murmullo de fuera a lo lejos.

SOY ALEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora