¿Qué narices estará haciendo? el que me envió el vídeo el otro día ha vuelto a escribirme "CUIDADO" ¿Cuidado? ¿Quién? ¿Porque? tendría que haberla acompañado, o algún chico de la seguridad.
Salgo del coche y me dirijo al ascensor. A medio camino, las puertas se abren.
Alexandra está en el suelo, acurrucada contra una esquina del ascensor, echa un ovillo, su vestido está destrozado, su cabello alborotado, veo como tiembla des de aquí.
Corro hacia el ascensor.
-Alex-.
-¡No!-. Me empuja cuando la toco. -¡Suéltame, no me toques!-.
-Soy yo. Soy yo-. Digo en un intento en vano de que me deje ayudarla.
-¿Que cojones ha pasado?-. Mark la levanta ignorando sus llantos, quejas, empujones. -Soy yo-. El ascensor se cierra y la vuelve a dejar en el suelo. Le coge la cara con ambas manos, tiene la cara llena de rasguños. -No son reales-. Ella le mira con los ojos abiertos como platos, con la respiración acelerada, pálida.
-Josh estaba... Josh estaba encima, encima de mi. Ve-venía a por m-mi-. El corazón me da un vuelco al escuchar su nombre en sus labios. Creía que lo de Josh... no, mierda. -Me estaba, esperando. Me estaba esperando en mi despacho-. Solloza. -Me ha tirado al. Suelo. Ian también ¡Ian también!-. Solloza de nuevo con un llanto más desgarrador.
-No son reales. Estoy contigo, estás a salvo. No volverán a cogerte. Solo es tu mente, Alexandra-. Ella se calma poco a poco. -¿Vale? Estás conmigo. Ellos están muertos-. Asiente repetidamente ¿Como...? Mark sabe cómo calmarla. -Todo está bien, estás aquí conmigo, no va a acercarse a ti-. Sabe cómo calmarla y yo no. No tengo ni idea de cómo hacer para tocarla sin que le sea una horrible tortura, no sé cómo hacer que se calme cuando piensa en ellos, en mi padre y su amigo. No me necesita. No sé cómo hacerlo.
Las puertas vuelven a abrirse, la planta de su despacho, Chuck está sentado en el suelo con su mano contra su cabeza, la mano la tiene llena de sangre.
-Pienso matarte-. Murmuro entre dientes y voy contra Chuck.
-¡Alexander!-. Dice Mark. -Yo me encargo de él, ella necesita ayuda-. Las puertas hacen el amago de cerrarse, pero Mark estira una mano y mantiene la puerta abierta. -¡No puedes hacer eso en su despacho!-. Dice exasperado. -Ven aquí con ella. Ahora-. Miro a Chuck. Me mira con una sonrisa triunfal que dice claramente «Jódete, gilipollas. Puedo con ella».
-No-. Acabo la distancia que hay entre Chuck y yo.
-¡Alexander no, joder!-. Ignoro a Mark y cojo a Chuck.
Su sonrisa desaparece.
-Sacarme de aquí...-. Solloza Alex desde el ascensor, detengo mi puño en alto.
-Alexander la estás perjudicando. Necesita aire-.
-¡Sácala de aquí!-. Digo volviendo a Chuck.
-¡Ella te necesita!-. No es verdad. Te necesita a ti. Tú sabes cómo calmarla.
-Eres un cobarde-. Dice Chuck.
-¡Tienes que estar con ella! ¡Estuvo sin ti! Te necesita a ti, joder-.
-Que fácil ha sido-. Le doy un puñetazo a Chuck intentando liberar algo de rabia, pero apenas ha servido de algo. Pienso en darle el segundo, pero escucho las súplicas de Alexandra. -¡Cobarde!-.
Vuelvo al ascensor ignorando a Chuck.
-No dejes que piense en ellos-. Dice Mark antes de salir del ascensor. -Llévala a casa. Que Ben se encargue de la seguridad mientras estoy fuera-.
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SOY ALEX
Teen FictionElla es Alex. Él es Alex. Ella tiene ocho ciudades a su espalda. Él siete. Pero no sólo tienen el nombre en común, si no, una ciudad del pasado donde los dos siguen buscando algo que les haga sentir lo mismo. Venganzas, asesinatos, familias comp...