12. ALEXANDER

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ALEXANDER

Era un tarro lleno de dinero. Sobre todo lleno de monedas. Los típicos tarros que te vas encontrando monedas y los vas poniendo ahí.

-Señora D-. Me mira a mi nerviosa. -Vamos a la cocina-. No quiere que me entere. -A solas-.

-Si cariño-. Se van despacio a la cocina.

-Enseguida vuelvo-. Me dice antes de entrar y cerrar la puerta. Me acerco a la puerta a escuchar. -No puedo aceptarlo-. Dice Alex.

-Si Alexandra. Escuché la pelea con Pat, necesitas el dinero-.

-Se lo agradezco, pero usted lo necesita más que yo-.

-Necesito que te quedes en Lompoc, necesito que tú me cuides y yo cuidarte a ti-. Alex calla. -¿Cuánto te ha pedido esta vez?-.

-Mucho. Me pidió el coche para venderlo-. Suspira tristemente.

-Coge el dinero Alexandra-.

-Usted necesita un andador, medicinas, pagar las facturas del médico-.

-O cariño, me queda poco aquí-. Dice con pena. A mí también me da pena. Alex le tiene cariño, y se ve buena mujer.

-No diga eso ni en broma-.

-Si es verdad-.

-Además, aún le debo cien dólares de la última vez-.

-Pero eso está olvidado-.

-Conseguiré el dinero-. Afirma ella. -No se preocupe. Aún me quedan veintiuna horas-.

-Pues deja que te pague las pastas, Alexandra-.

-Entonces yo le tengo que pagar las noches que duermo aquí-.

-De eso nada. Eres como mi hija-.

-Y usted como mi abuela-. 

Vuelvo al sofá y ellas salen de la cocina. ¿Si necesita dinero, por qué no me lo ha pedido?

-¿Quieres algo de comer guapo?-. Me dice.

-No señora. Acabamos de desayunar-.

-Pues yo ahora desayunaré mis pastas-. Alza la bolsa que Alex le ha traído con orgullo.

Es graciosa. Y es verdad. El andador está destrozado.

-Bueno señora D. Nosotros nos vamos-. Alex le da un gran abrazo.

-Ten cuidado cariño. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes dónde estoy-.

-Y usted tiene mi numero-. Le sonríe.

Esta es una de las cosas que me gusta de ella. Tiene un gran corazón.

-Y tu guapo-. Me mira a mi. -Cuídamela-.

-Descuida señora-. Me atrae hacia abajo para que le de un abrazo. -Le cuidare lo mejor posible-.

Salimos fuera en silencio.

-Gracias por traerme-. Dice subiendo al coche.

-Alex-.

-¿Si?-.

-¿Si necesitas dinero por qué no me lo has pedido?-.

-¿Qué hacías escuchando?-.

-Eres increíble-.

-¿Por qué?-.

-Me ves con este coche, necesitas dinero y no me lo pides-.

-Es tu dinero-. Mira al frente. -Puedo arreglármelas sola-.

SOY ALEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora