ALEXANDER
Era un tarro lleno de dinero. Sobre todo lleno de monedas. Los típicos tarros que te vas encontrando monedas y los vas poniendo ahí.
-Señora D-. Me mira a mi nerviosa. -Vamos a la cocina-. No quiere que me entere. -A solas-.
-Si cariño-. Se van despacio a la cocina.
-Enseguida vuelvo-. Me dice antes de entrar y cerrar la puerta. Me acerco a la puerta a escuchar. -No puedo aceptarlo-. Dice Alex.
-Si Alexandra. Escuché la pelea con Pat, necesitas el dinero-.
-Se lo agradezco, pero usted lo necesita más que yo-.
-Necesito que te quedes en Lompoc, necesito que tú me cuides y yo cuidarte a ti-. Alex calla. -¿Cuánto te ha pedido esta vez?-.
-Mucho. Me pidió el coche para venderlo-. Suspira tristemente.
-Coge el dinero Alexandra-.
-Usted necesita un andador, medicinas, pagar las facturas del médico-.
-O cariño, me queda poco aquí-. Dice con pena. A mí también me da pena. Alex le tiene cariño, y se ve buena mujer.
-No diga eso ni en broma-.
-Si es verdad-.
-Además, aún le debo cien dólares de la última vez-.
-Pero eso está olvidado-.
-Conseguiré el dinero-. Afirma ella. -No se preocupe. Aún me quedan veintiuna horas-.
-Pues deja que te pague las pastas, Alexandra-.
-Entonces yo le tengo que pagar las noches que duermo aquí-.
-De eso nada. Eres como mi hija-.
-Y usted como mi abuela-.
Vuelvo al sofá y ellas salen de la cocina. ¿Si necesita dinero, por qué no me lo ha pedido?
-¿Quieres algo de comer guapo?-. Me dice.
-No señora. Acabamos de desayunar-.
-Pues yo ahora desayunaré mis pastas-. Alza la bolsa que Alex le ha traído con orgullo.
Es graciosa. Y es verdad. El andador está destrozado.
-Bueno señora D. Nosotros nos vamos-. Alex le da un gran abrazo.
-Ten cuidado cariño. Si necesitas cualquier cosa, ya sabes dónde estoy-.
-Y usted tiene mi numero-. Le sonríe.
Esta es una de las cosas que me gusta de ella. Tiene un gran corazón.
-Y tu guapo-. Me mira a mi. -Cuídamela-.
-Descuida señora-. Me atrae hacia abajo para que le de un abrazo. -Le cuidare lo mejor posible-.
Salimos fuera en silencio.
-Gracias por traerme-. Dice subiendo al coche.
-Alex-.
-¿Si?-.
-¿Si necesitas dinero por qué no me lo has pedido?-.
-¿Qué hacías escuchando?-.
-Eres increíble-.
-¿Por qué?-.
-Me ves con este coche, necesitas dinero y no me lo pides-.
-Es tu dinero-. Mira al frente. -Puedo arreglármelas sola-.
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SOY ALEX
Teen FictionElla es Alex. Él es Alex. Ella tiene ocho ciudades a su espalda. Él siete. Pero no sólo tienen el nombre en común, si no, una ciudad del pasado donde los dos siguen buscando algo que les haga sentir lo mismo. Venganzas, asesinatos, familias comp...