Hermione estaba mirándose al espejo en el cuarto de baño del expresso de Hogwarts. Ya se había puesto la túnica y se había colocado un poco los rizos de su melena rebelde. Estaba echándose un último vistazo para asegurarse de que todo estaba en orden. Aunque, en realidad, ese no era el único motivo por el que estaba allí mirándose tan detenidamente. Lo que buscaba en su reflejo era algo un tanto difícil de encontrar. Perdida en su propia mirada, se buscaba a sí misma, a la niña risueña, fanática de los libros, que descubrió un nuevo y fantástico mundo donde la magia y los sueños se hacen realidad. Seguía viendo a esa niña, pero ahora ya no tan alegre. La guerra había dejado profundas huellas en ella y en todos sus compañeros. Habían sido tiempos difíciles y la batalla sin duda no había sido nada fácil. Se jugaron mucho y mucho fue lo que perdieron, ella lo sabía más que nadie. Pero ahora todo había acabado, Voldemort había muerto a manos de su mejor amigo, Harry Potter, la orden de los Mortífagos había sido disuelta, y por todas partes del mundo, El Trío Dorado, es decir; Harry, Ron y ella misma, estaban considerados como tres de los más grandes héroes de todo el siglo.
Pero ella no buscaba la fama. ¿Qué quería en realidad? Los libros a los que tanto amaba ya no la complacían del todo, había un gran vacío en su interior que nada ni nadie podía llenar.Salió de su ensimismamiento y se dirigió hacia su compartimento, en donde la esperaban Harry, Ginny, Luna y Ron.
¡Ay, Ron! Todo era ahora tan distinto. Se habían besado frente al basilisco el día que destruyeron el horrocrux, él le había dicho que la amaba, que estaba muy enamorado de ella, pero hacía algún tiempo las cosas habían cambiado: él se molestaba con facilidad ante la presencia de la joven castaña y ella no comprendía bien por qué. ¿A qué se debía ese cambio tan repentino de actitud? No lo comprendía.
- ¡Mira a quien tenemos aquí: la heroína del siglo! – dijo sarcásticamente una voz masculina que Hermione conocía muy bien.
- ¿Que hay, Malfoy? – saludó la chica un tanto indignada – ¿Tú también has venido? ¿No podrías haberte quedado en tu gran mansión y habernos dejado en paz?
- ¡Más quisieras, sange sucia! – se mosqueó el muchacho – A mí tampoco me gusta tener que verte a ti y a tus "amiguitos" – bufó – pero muy a mi pesar, no hay más remedio.
Hermione no hizo caso a sus insultos y siguió caminando hacia su compartimento.
- Espera, Granger – el rubio la detuvo.
- ¿Y ahora qué, Malfoy? – espetó la muchacha.
- Sólo quería decirte que me he enterado de una cosa que no te va a gustar nada.
- ¿Y qué es? – preguntó interesada la Gryffindor. Sin embargo, Malfoy no contestó. Le encantaba ver a esa chica impacientarse y enrojecer de rabia ante él. Era muy estimulante.
- ¿¡Piensas hablar o qué!? – Hermione estaba empezando a impacientarse, pero estaba realmente interesada en esa noticia que supuestamente le iba a desagradar tanto.
El rubio sonrió con malicia, finalmente, se dignó a hablar.
- Ya te enterarás. Personalmente, tampoco me hizo mucha gracia cuando me enteré de la noticia, pero sabré sacar partido a la situación. ¡Ya lo verás!
Y sin darle opción a responder a la Gryffindor, se marchó con una sonrisa de suficiencia dibujada en los labios.
____________________________________________________________________
Hola, chic@s, espero que os haya gustado este primer capítulo de mi primer fanfiction. Cualquier cosa que queráis decir sobre él, please, dejadla en los comentarios e intentaré mejorar para el siguiente capítulo, que se llamará: "Capítulo 2: Los verdaderos sentimientos de Ron". Actualizo sin falta todas las semanas el jueves, así que, hasta el próximo ;) <3
ESTÁS LEYENDO
La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]
FanfictionDespués de la caída del Señor Tenebroso, Hermione y el resto de sus compañeros tienen la oportunidad de regresar a Hogwarts y terminar el curso que les fue interrumpido. Draco y los Slytherins también han regresado, pero ahora Draco ve a Hermione co...