Capítulo 33: Los secretos de Dulluck (1/2)

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Al mediodía siguiente, Ginny se sentó alejada de la zona en la que solían comer siempre todos juntos. Ya no lloraba, ni lloraría más, pero no era capaz de soportar a Harry cerca de ella. No podía perdonarlo, simplemente, no podía. Aún estaba demasiado herida y se sentía engañada y rechazada. Lo mejor que podía hacer era alejarse de sus amigos si no quería acabar por herir a alguno con su mal humor.

- ¡Eh, chicas! – exclamó Ron mirando a las dos amigas - ¿Sabéis que le pasa a mi hermana?

Hermione y Luna se miraron un instante, sin estar seguras de si contárselo o no, pero Harry se les adelantó.

- Ginny está enfadada conmigo. Me ha dejado – sentenció.

- Pero... ¿qué... qué... qué...? ¡¿Por qué?! - balbució - ¿Os habéis discutido?

Ron estaba atónito. ¿Dejado? ¿Acababa de decir que su hermana lo había dejado? ¿Por qué? No entendía nada.

- No, bueno, sí, pero fue después de dejarme, en realidad yo... - Harry no sabía ni qué decir. Estaba casi tan confundido como el resto.

- Harry ha engañado a Ginny – sentenció finalmente la Lovegood.

- ¡¿Quééé?! – exclamó Ron enrojeciendo de golpe – ¡¿Que tu qué?!

- ¡No, no, Ron! ¡Tranquilízate! Eso no es cierto, es lo que Ginny piensa.

- Pero ¡¿cómo te atreves a hacerle eso a mi hermana?! – Ron estaba que echaba humo por las orejas.

- Ya te he dicho que yo no... - Harry también estaba alterado.

Hermione se interpuso entre los dos.

- ¡Basta! Estáis montando un espectáculo – dijo señalando a su alrededor. Las demás mesas los observaban con inquietud – No avergoncéis más a la pobre Ginny.

Los cuatro voltearon la cabeza hacia el lugar donde se había sentado la pelirroja, pero ya no estaba. Se habría marchado al empezar la discusión.

* * *

En mitad del pasillo, una joven morena detuvo a la pelirroja.

- Anda, ¡pero mira a quién tenemos aquí! – dijo lanzándole una mirada divertida a la joven Ginny.

- ¡Oh, genial! – la pelirroja puso los ojos en blanco - ¡Qué ganas de verte, Parkinson!

- He oído que tú y Harry ya no salís juntos. Montaste un buen espectáculo en "Las tres escobas" – rio maliciosamente – ¿Qué pasa? ¿Le pareces demasiado joven para él o es que ya se ha cansado de ti? ¡Jajaja! No, espera, pero si lo dejaste tú – se alisó un poco el pelo con las manos e imitó la voz de Ginny – «¡Ay, Harry! Es que ya no me gustas. He encontrado a alguien mejor que tú. No sé cómo no me he dado cuenta de que eras un idiota. ¿Cómo derrotaste a Voldemort? ¿Por casualidad?» – se burló Pansy.

La pelirroja sacó su varita y apuntó a la Slytherin al cuello con los ojos llameantes de rabia.

- ¿Tus últimas palabras? – preguntó Ginny enfurecida.

La morena se quedó paralizada de miedo. No sabía cómo escapar.

- Confundus.

La chica salió volando por los aires, pero no era Pansy la que había volado, sino Ginny. Alguien había venido en auxilio de la Slytherin.

* * *

- ¡Ron, Harry! – llamó la voz de Seamus Finnigan. Estaba muy alterado – Goyle ha atacado a Ginny. Está en la enfermería.

Los dos amigos palidecieron. Hermione y Luna se asustaron también. Instantes después se encontraban los cuatro corriendo a lo largo del pasillo que llevaba a la enfermería del edificio.

- ¿Cómo está? ¿Se encuentra bien? – Ron estaba realmente preocupado.

Fred y George ya estaban allí. Ambos asintieron con serenidad.

- Sí, tranquilos; se encuentra bien. Sólo está inconsciente.

Los cuatro amigos respiraron aliviados. ¿Por qué Goyle la habría atacado?

- ¿Pero qué es lo que le ha pasado? – preguntó Harry, inquieto.

- No se sabe del todo. Según cuenta Pansy, Ginny se metió con ella y estaba a punto de atacarla con la varita y entonces Goyle llegó en su auxilio.

- Pero nosotros estamos seguros de que fue Pansy la que se metió con Ginny y no al revés, como cuenta ella – continuó George.

Los demás asintieron. Seguro que había sido Pansy la que se había metido con la pobre Gryffindor y no al revés. ¡Pobrecita! Habría que esperar a que se despertara y que ella misma contara lo que le había sucedido al director Dumbledore.

* * *

El reloj de cuco de la torre de los premios anuales empezó a sonar. Eran las once y media, la misma hora que cuando Hermione miró el reloj la noche anterior.

La Gryffindor salió de la cama con sigilo y se aseguró de que su compañero rubio siguiera durmiendo. Se cambió de ropa con rapidez, tomó su varita y se escabulló nuevamente por la ventana.

En cuanto Hermiome abandonó la estancia, Draco se levantó de la cama y se vistió rápidamente. Minutos después ya estaba en el borde del Bosque Prohibido, siguiendo a su compañera con absoluto sigilo.

La chica se paró un segundo a descansar. Hacía ya un rato que caminaba sin descanso y faltaba poco para la media noche. No quería llegar tarde. Tal vez fuera porque era una misión importante y quería hacerlo bien, aunque lo más probable es que fuera porque el bosque le daba muy mala espina. Aunque, sin duda, había otro motivo por el cual la Gryffindor no quería llegar tarde: la estaba esperando un chico inteligente y verdaderamente atractivo. ¿Cómo podía no acudir corriendo?

A pocos metros de ella, Draco la seguía entre los árboles. Cada vez que Hermione oía un crujir de ramas o veía su sombra por el rabillo del ojo, Draco se escondía tras un árbol y no se movía hasta estar completamente seguro de que ella había seguido avanzando. Pero la verdad es que seguirla era bastante más complicado de lo que él se había imaginado. Estaba oscuro, no podía hacer ningún ruido y ella era rápida y escurridiza como una comadreja.

En un momento dado, se dio cuenta de que se había quedado solo; Hermione había desaparecido.

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¡Hola a todos! Voy a estar de exámenes hasta final de mes, por eso no estoy siendo regular con las publicaciones, pero ya sabéis que si tardo en subir, luego subo capi doble. Así que, aquí teneís el capi nuevo y mañana por la mañana os subo el siguiente <3 kisses xxx 

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora