Capítulo 8: Alguien se enamora de Granger (1/2)

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Hermione había bajado a desayunar, pero nada más entrar en el gran comedor vio a Ron en su últimamente habitual postura de embobado, mirando hacia la mesa de Ravenclaw. A la joven le llamearon los ojos de rabia. Siguió caminando y se sentó al lado de su amiga Ginny.

- Hola, Hermy, ¿qué tal con Malfoy? ¿Se ha portado bien? - su amiga parecía un tanto preocupada.

- No durmió en la habitación. Al parecer, pasó la noche con Pansy.

Ginny rodó los ojos.

- ¡Cómo no!

Ron seguía distraído, aun así, había notado la presencia de Hermione y se había incorporado y empezado a comer, simplemente para disimular. Después de la conversación que tuvieron la noche anterior, no le apetecía mucho hablarle.

Hermione se encontraba de la misma manera; no le apetecía nada hablar con él después de lo que le había dicho. Su corazón seguía partido en trocitos y aún no había logrado recomponer los pedazos. A pesar de todo, esa tarde habían quedado en la biblioteca para estudiar. Realmente no le apetecía quedar con él, pero estaba convencida de que un desamor no era motivo para romper una amistad. Y además, ella siempre cumplía con sus compromisos. 

- Em... Ron, acuérdate de lo de esta tarde.

- ¿Eh, qué? ¿Qué pasa esta tarde?

- Quedamos a las 5 en la biblioteca porque no te salían los deberes de "Runas Antiguas".

- ¡Ah, sí! Es verdad - titubeó un poco - Es que, verás Herms, no puedo, he quedado con otra persona.

- ¡Pero si me lo pediste ayer mismo por la mañana! - Hermione estaba indignada.

- Lo sé, lo siento.

¿Cómo? ¿Sólo le decía un "lo siento"? ¡Pero estaba tonto o qué! Estaba segura de que lo había hecho a propósito, para no tener que estar a solas con ella.

- ¿Y cómo pretendes que te ayude a hacer los deberes si son para mañana?

- Bueno, es que - ahora Ron estaba realmente nervioso. Se había puesto como un tomate al darse cuenta de que Hermione sabía que la estaba esquivando, pero no era ese el único motivo por el que no quería quedar con ella - me va a ayudar otra persona.

- ¿Quién? - preguntó Harry, que había estado pendiente de toda la conversación.

- Annie Lavrad

- ¡¿Annie Lavrad?! - exclamaron Ginny, Harry y Hermione a la vez - Pero si es una cabeza hueca - continuó Hermione - Esa chica no es capaz de distinguir un pegaso de un caballo corriente, y mucho menos de identificar sus runas.

Ron pareció enfurecerse.

- ¡¿Y tú qué sabes?! ¿Acaso la conoces? No todos somos tan listos como tú, Hermione - los ojos de Ron llameaban de rabia y ahora su cara estaba tan colorada como su pelo zanahoria - Siempre tienes que saberlo todo - se levantó de la silla y se marchó del Gran Comedor.

Las caras de Harry, Ginny y Luna estaban blancas de asombro.

- No le hagas caso, Hermione - dijo Ginny mirando preocupada a su amiga, pues se le había cambiado la cara y ahora estaba blanca y las lágrimas estaban a punto de brotarle de los ojos - Tú sabes que lo que ha dicho no es verdad.

- No sé por qué te trata así. Últimamente está muy raro - comentó Harry mirando a su amiga con cariño y cierto pesar - No te preocupes, olvídalo.

Hermione iba a abrir la boca, pero sabía que en cuanto pronunciara palabra se le escaparían las lágrimas, y no quería dar un espectáculo delante de todo el mundo. Ya habían bastado los gritos de Ron que habían hecho que medio Hogwarts se girara a observarlos. Así que se levantó y ella también salió del comedor.

La leona se dirigió a los jardines y se sentó en la hierba húmeda. El Sol brillaba, pero ella sentía que no era así, que para ella el Sol se había nublado y en cualquier momento llovería sobre su cabeza. Se abrazó las piernas fuertemente y derramó esas lágrimas que hacía ya rato le pedían salir. Siguió sollozando tristemente lo que para ella le parecieron siglos, pero en tiempo real habrían pasado tan solo unos cinco o seis minutos. De repente, oyó una voz a su espalda.

- Granger - llamó la voz -¿Te encuentras bien?

Hermione se volvió. Era Dean Thomas, el otro prefecto de Gryffindor.

- Perfectamente. Perdona, pero querría estar sola.

Dean hizo caso omiso a las palabras de la chica y se sentó a su lado sobre la hierba. Al principio, sólo la observó sin decir nada, pero al final no pudo contenerse.

- ¿Sabes? Creo que Ron se ha pasado contigo.

Hermione levantó el rostro. No se esperaba para nada que supiera de qué iba la cosa.

- ¿Nos oíste? - preguntó ella con un hilo de voz.

- Me temo que toda la mesa os oyó. También oí lo que os dijisteis anoche en la sala común. No lo hice a propósito, pero también me enteré.

- ¡Oh! - consiguió articular la chica.

Dean la miraba sin saber qué decir. Deseaba abrazarla, decirle lo mal que se sentía por verla así, pero no sabía cómo iba ella a reaccionar, al fin y al cabo, sólo eran compañeros de casa.

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora