Capítulo 35: Todo un malentendido (1/2)

7.4K 386 10
                                    

Luna hizo salir luz azul de su varita y gravó un mensaje rápido:

¡Herms, tengo buenas noticias! Harry se quedó toda la noche con Ginny en la enfermería hasta que ella despertó. ¡Ya está mejor! Nos ha contado lo que le ha pasado. Y parece que ella y Harry ya se hablan. ¡Tienes que venir a oír esto! Estamos en la enfermería.

Unos instantes más tarde, Hermione entraba en la enfermería y se dirigía hacia la cama donde descansaba su pelirroja favorita.

* * *

- ¡Como os lo cuento!

Draco estaba totalmente alterado. Después de perder el rastro de Granger la noche anterior, se encontraba de un humor terrible. Necesitaba a toda costa que alguien creyera lo que había visto para no sentirse tan estúpido.

- No sé a dónde va esa idiota por las noches, pero pienso descubrirlo. Esa sangre sucia me las va a pagar todas juntas – exclamó entre dientes.

Pansy Parkinson titubeó pensativa.

- Ya te ha burlado una vez. ¿Qué te hace pensar que no te volverá a esquivar otra?

Los ojos de Draco enrojecieron de rabia.

- ¡Ella no me ha burlado! – exclamó furioso – Yo fui quien quise dejarle mucho margen para que no sospechara que la seguían – se cruzó de brazos y levantó la cabeza ofendido.

- Bueno, bueno, no te pongas así – lo abrazó Pansy – Yo sólo lo decía para prevenirte – y le dio un beso en la mejilla. Draco puso una mueca de desagrado ante el repentino afecto de la Slytherin, pero no se quejó. Al fin y al cabo, había llegado mucho más lejos con ella, más allá de un simple beso, aunque para él, una noche de pasión no tenía nada que ver con el cariño. Sin embargo, no estaba seguro de que Pansy supiera separar una cosa de la otra.

* * *

Hermione entró precipitadamente en la enfermería. Después de un día entero de reposo, parecía que Ginny se sentía más recuperada de la pelea con Pansy, aunque la señora Pomfrey no quería dejarla marchar todavía; quería asegurarse de que el golpe que se había dado contra la columna al salir disparada por la pelea no le había dejado secuelas. Ahora todo estaba más claro: Pansy era la que se había metido con Ginny y no al revés, pero había sido Goyle quién había atacado a la pelirroja por la espalda. Por suerte, McGonagall había creído a la Weasly y ambos Sltytherins habían perdido varios puntos para su casa.

Pero, al margen de eso, Ginny parecía estar feliz, incluso radiante. ¿Qué le habría hecho cambiar de humor tan repentinamente?

- ¡He venido lo más deprisa que he podido! – exclamó Hermione recuperándose de su carrera.

- ¡Hola Herms! – respondió una sonriente pelirroja.

- ¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante que tenías que contarnos?

Ginny volvió a sonreír y se echó en la cama, boca arriba, con los brazos extendidos.

- Harry se quedó aquí toda la noche conmigo. Me dijo que estaba muy preocupado por mí y que no podía dormir.

Las amigas asintieron. Eso ya lo sabían, pero era interesante saber lo que el chico le había contado exactamente. Además, fuera como fuese, hacía mucho que no veían a Ginny tan saludable y eso era gracias a que estaba feliz de nuevo y, al parecer, era gracias a Harry.

- Esta mañana Harry y yo hemos estado hablando... – dijo retomando el hilo – y... me ha pedido que salga con él – la cara se le ensanchó en una amplia sonrisa.

Hermione y Luna estaban con la boca abierta de la impresión.

- Me dijiste que ya os hablábais, pero no que os volvierais a llevar bien – comentó Luna sin comprender.

- ¡Shhhh! – Hermione le colocó un dedo en la boca para que guardara silencio – Eso da igual – dijo riendo – Lo importante es ¡¿qué le has respondido?! – ahora lo habían exclamado las dos amigas a la vez. ¡Estaban impacientes por enterarse de todo!

La pelirroja se llevó un dedo a la sien y se dio unos golpecitos en señal de que pensaran un poco. Ambas se la miraron pensativas. Su instinto les decía que lo correcto es que le hubiera dicho que no, pero por la cara de felicidad de la leoncita, era posible que hubiera dicho que sí. ¡Mmm...! Era difícil.

- ¿No lo adivináis? – preguntó al fin.

Las dos negaron con la cabeza, inseguras.

- Le dije que sí.

- ¡Lo sabía! – exclamó Hermione – No hay más que verte la cara de enamorada que tienes.

Ginny sonrió.

- Pero, ¿por qué lo has perdonado? No lo entiendo – Luna se rascaba la cabeza, pensativa.

- Porque me ha dado un buen motivo para hacerlo.

- ¿Cuál? – preguntaron.

La pelirroja les guiñó el ojo y se las quedó mirando con semblante interesante.

- Todo fue un malentendido.

- ¡¡¿Queeeé?!! – pusieron los ojos como platos.

- ¡Pero eso no es posible! – empezó Hermione.

- ¡¡Sí, los vimos en la biblioteca, los poemas, todo!! – Luna tampoco podía creérselo.

Ginny se rio abiertamente.

- Entonces supongo que no queréis que os cuente la historia.

Las dos leonas se pusieron de rodillas en el suelo y apoyaron los brazos sobre la cama, atentas a la historia de Ginny y sonrieron. Las tres se miraron un instante, que Ginny aprovechó para intrigarlas aun más y, entonces, comenzó a narrar.

________________________________

Chicos, dejo el capítulo a la mitad porque lo que viene ahora es una explicación bastante larga de lo que pasó. El sábado por la noche - o el domingo como muy tarde - tendréis el resto del capi, que va a ser bastante largo. <3 Nos leemos.

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora