La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]

Capítulo 55: Se desvelan los secretos (2/2)

- ¡No, esperad! – Hermione intentó frenarlas antes de que llegaran arriba, pero ya era demasiado tarde. Acababan de penetrar en su nueva habitación.

Hermione se llevó las manos a la cabeza y subió corriendo tras sus amigas. No podía creerse que hubiera sido tan tonta como para dejar que alguien descubriera a Dulluck a esas alturas de la misión. Se esperaba lo peor.

- Pues es confortable – dijo Ginny saltando sobre su cama.

- Sí, es verdad – la apoyó la rubia – Me gusta como la has decorado.

Hermione miró en todas direcciones, intrigada. ¿Dónde estaba Dulluck? ¿Habría desaparecido? Quizás se había camuflado en la pared como la vez que la salvó de la biblioteca. Entonces se fijó en que la ventana estaba más abierta que cuando había salido de la habitación, y un par de hojas estaban rotas en el suelo.

«¡Está en la enredadera!», dedujo. «¡Menos mal! Voy a sacarlas de aquí antes de que se caiga».

- Chicas, vamos aba...

- Bueno, os cuento – empezó la Lovegood, estirándose sobre la cama antes de que Hermione pudiera añadir nada más – ¿Os acordáis de que Neville me sacó a bailar el día del baile de máscaras?

Hermione se encogió de brazos y suspiró. No había nada que hacer contra sus dos traviesas amigas.

- Pues me dijo que le gustaría quedar más a menudo conmigo porque le parezco muy simpática, ¡jiji! – se rio – Es tan mono.

- ¿Y? ¿Qué más? – Ginny estaba ávida de cotilleos – ¿Qué más pasó?

- Ayer me invitó a dar una vuelta por los jardines y... ¡me pidió que saliera con él!

- ¡¡Ahhhhh!! – las tres chicas saltaron de alegría.

- Luna, eso es genial – sonrió Hermione – ¿Y tú que le has dicho?

- Cuéntanoslo todo – la aferró la pelirroja por el brazo y la hizo levantarse – Y no omitas detalle.

- Pues veréis, como os he dicho, ayer salimos a pasear por los jardines. Al principio sólo hablábamos de elfos. También le gustan, ¿sabíais? Igual que a mí – sonrió – Es muy inteligente y agradable. No habla sólo de él, como la mayoría de los chicos. Me pregunta cosas y quiere saber sobre lo que a mí me gusta. Y entonces, me dijo que tenía algo importante que decirme.

Hermione tragó saliva y recordó las palabras de Dean: «Tengo algo importante que decirte». ¡No!

- ... y entonces, se me declaró. Dijo que aunque él no fuera gran cosa, le gustaría que saliera con él. Y yo le dije que sí era gran cosa, que es un chico estupendo y maravilloso y que sí quería salir con él.

- ¡¡¡Aahhh!!! – gritaron de nuevo, pero ahora Granger estaba menos animada. Se alegraba por su amiga, muchísimo, pero, al mismo tiempo, la situación de Luna y Neville le recordaba a las palabras de Dean. De todas las teorías que se le habían ocurrido, parecía que la de la confesión iba tomando forma, y eso la aterraba.

- Me alegro mucho – continuó Ginny, ajena a las preocupaciones de su mejor amiga – ¿Cómo tenemos que llamarte? ¿Señorita de Longbottom?

- ¡Ja, ja, ja, ja! – rio Luna dulcemente – Eso es para cuando se casan. Hermy, ¿qué te pasa?

- ¿Eh? ¡Nada, nada! Estoy feliz por ti – Hermione volvió de su ensimismamiento – ¿No es lo que querías? ¿Salir con él?

- Sí – Luna asintió, sonriente – Hacía mucho que esperaba que me dijera algo. Ya ves, los sueños se cumplen. Ginny y Harry; Ron y Lavender; Neville y yo; tú y... ¿Dean?