Capítulo 62: Nunca me has querido (1/2)

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La risa de Lucius retumbó por todo el lago. Su voz era grave y desagradable, como un martilleo incesante que te castiga los tímpanos. Los miró con ojos divertidos y se acercó un poco más a Hermione y Harry.

- ¿Acaso no veis lo patéticos que sois?

Harry seguía apuntando hacia Malfoy. Y la leona permanecía detrás de él, con el cáliz apretado fuertemente contra su pecho. No pensaba entregárselo.

- ¿Qué vas a hacer, Harry Potter? ¿Defenderás tú solo el cáliz? – lo miró desafiante – Te recuerdo que tengo a tus amigos. Una orden mía y mis hombres los matarán.

Los chicos miraron a sus amigos. Dulluck, Luna, Ginny, Ron. Los cuatro en manos de los Mortífagos. Sus caras de terror, de miedo, angustia, rendición. Harry no sabía qué hacer, y Hermione tampoco. No podían dejar que les hicieran daño a sus amigos, pero entregarle el cáliz a ese diablo rubio significaría que habían sido derrotados, que habían perdido. No sólo habrían fracasado en la misión, sino que habrían fallado a todos los magos y brujas de este mundo, pues entregarle la copa significaría la perdición de la magia blanca.

«¿Qué podemos hacer?».

- Tu amiga, la sangre sucia, no parece que pueda aguantar mucho más – continuó Lucius, señalando Hermione – Casi no se tiene en pie.

- Aún puedo resistir – susurró la leona a su amigo al oído.

Harry la miró un instante. Sabía que no era verdad.

- Está bien – accedió al final el chico – Tiraré el cáliz al suelo, entre tú y yo. En cuanto lo haga, sueltas a mis amigos.

- No, no, Harry. No lo hará – Hermione lo agarró del brazo y lo hizo retroceder – Nos matará a todos igualmente.

- Trato hecho – sonrió Lucius de forma maliciosa.

- ¡Harry, te está mintiendo! – Ron consiguió gritar, pero enseguida lo acallaron.

- Claro que no. Y ahora, ¡lánzamelo!

Harry se giró hacia Granger y le cogió el cáliz de entre las manos con cuidado. Esperaba ver en los ojos de su amiga algo de enfado o temor, pero no fue así. Su amiga le sonrió con complicidad. ¿Por qué sonreía así? ¿Qué había hecho?

- ¡Clávale un poco más la varita a la Weasley! – gritó, impaciente, Lucius. Ginny se estremeció de dolor.

- ¡No! – chilló Harry, desesperado – Tómala – y lanzó la copa a los pies de Lucius – Ahora, ¡suéltalos!

El temible hombre recogió el cáliz pausadamente y lo acarició, sonriendo.

- Por fin es mío. ¡Lo tenemos!

Alzó el cáliz en el aire y los Mortífagos presentes en el claro vitorearon a su nuevo líder. Al fin tenían el poder que llevaban tanto tiempo anhelando.

- ¡Lucius, suéltalos! – insistió Harry.

Lucius se volvió hacia los dos amigos y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.

- Mmm... creo que no.

Unas sombras aparecieron por detrás de los chicos y los atraparon desprevenidos. Por mucho que intentaron luchar y deshacerse de sus atacantes, no lo lograron. Les quitaron las varitas y los agarraron como al resto.

- Y ahora, vamos a hacer una pequeña excursión hacia el centro del Bosque Prohibido. Todavía hay una pequeña fuente que buscar – los Mortífagos empezaron a reírse y se adentraron en la espesura del ramaje.

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora