Capítulo 17: Extraños sentimientos (1/2)

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- ¿Qué hora es? – Hermione estaba impaciente.

- Las 7 menos 5.

- ¡Grrr! – gruñó la Gryffindor – Seguro que ahora se va a ver a Ginny como si tal cosa.

- ¿Qué crees que debamos hacer?

Hermione ladeó la cabeza, pensativa.

- No lo sé.

- Si se lo decimos a Ginny, le romperemos el corazón. Ella es muy sensible - Luna seguía decepcionada con Harry. Y era obvio. Nada de lo que acabábamos de ver tenía sentido.

- Bueno, de momento sabemos que Harry no le va a decir nada, pero ¿hasta cuándo durará eso?

- ¡Tengo una idea! - anunció de repente la rubia - ¿Y si convencemos a Harry para que se olvide de Annie y se enamore de nuevo de nuestra pelirroja?

- ¡Excelente idea! - exclamó Hermione con ironía – Como es algo tan fácil...

Luna torció los labios.

- Sí, es una mala idea. No funcionaría – aceptó. Y ambas amigas se levantaron para marcharse.

- ¡Hermione! – llamó, de repente, alguien desde atrás - ¡Espera!

Las dos amigas se volvieron. Era Dean, que venía a la carrera en busca de su chica castaña favorita. La verdad es que no habían hablado desde la noche de la pelea en la torre de prefectos, la noche del "beso con Malfoy". Claro que eso Thomas no lo sabía.

- Hola, Dean, ¿Qué tal?

- Pues la verdad es que te buscaba para... para... bueno, yo venía para... - le costaba continuar la frase; Luna lo miraba de forma distraída y angelical, pero su semblante era algo pícaro y su sonrisa torcida. Parecía como si hubiera descubierto algo en la cara de Dean. ¿Habría descubierto que estaba enamorado de Hermione? Era posible. Esa rubia que siempre parecía distraída, en realidad era muy observadora y se daba cuenta del detalle más insignificante, aunque a ojos de los demás pudiera pasar desapercibido.

- Pues... yo...

- Sí, Dean, ¿para qué me buscabas? - Hermione en cambio seguía sonriendo con tranquilidad. Era ese rostro tan dulce el que lo había enamorado. ¡Ay, que delicadeza en su expresión! ¡Qué feminidad! ¡Qué belleza! Ahora ya podía estar seguro, lo que Luna veía en ese instante en la expresión del chico era enamoramiento hasta la médula.

Luna dejó escapar una media risa.

- Mejor os dejo solos – dijo al fin y se marchó sin más, brincando por un pasillo.

Dean miró a Hermione un momento a los ojos y luego la invitó a salir fuera a los jardines. Allí en la tranquilidad de la tarde se sentía menos observado que dentro del castillo.

- Y bien, ¿qué era lo que querías decirme?

- Pasado mañana tengo un examen de Herbología y tengo algunas dificultades en reconocer ciertas plantas. ¿Querrías ayudarme? – acabó por soltar, atropelladamente.

- Claro. Haberlo dicho antes.

- ¡Genial! - exclamó el Gryffindor - Entonces, ¿nos vemos en mi habitación mañana a las 5?

- ¿En tu habitación? ¿No sería mejor en la biblioteca?

- Mmm...bueno, sí, pero... - de repente se había puesto algo colorado - Es que, además también quería mostrarte algo - fue lo primero que se le ocurrió.

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora