Para cuando Hermione llegó ante la puerta cerrada de la habitación de Ginny, Harry ya se encontraba allí. Ambos se miraron un instante, como si buscaran la respuesta a una pregunta aún sin formular en los ojos del otro.
- Hermione, ¿pero qué...? - empezó a preguntar Harry, evidentemente alterado, pero Hermione lo interrumpió.
- No lo sé, Harry, por eso he venido.
Hermione lo escudriñó con la mirada, lentamente, interrogante. Harry se dio cuenta de la mirada cautelosa y desconfiada que le dirigía su amiga. Abrió levemente los labios como si fuera a decir algo, pero no salió sonido alguno por su boca. Ambos sabían que últimamente Ginny estaba muy sensible y cualquier cosa la preocupaba, pero ¿qué era lo que había llevado a su amiga a actuar de esta manera? ¿Por qué de repente había cortado con Harry?
Harry golpeó una vez más la puerta de la habitación de la pelirroja.
- ¡Ginny, por favor!
No hubo respuesta.
- Finalmente lo ha descubierto, ¿no? – Hermione lo miró con decepción.
- Que ha descubierto ¿el qué? – se alteró Harry – ¡No sé de qué hablas! ¡No sé por qué Luna me ha mirado de esa manera! ¡Y desde luego no sé por qué Ginny me ha dejado! ¿Quiere alguien explicármelo?
El rostro de Harry se enrojeció hasta límites insospechados. Hermione nunca lo había visto tan alterado. Las palabras de su amigo parecían sinceras, muy sinceras, pero tanto Luna como ella misma lo habían visto con Annie Lavrad en la biblioteca. Su amigo había intentado ocultarlo, pero las mentiras no son algo que se pueda esconder eternamente, y Ginny, finalmente, los había descubierto.
La chica miró una última vez a su amigo antes de entrar en la habitación.
- Harry, tú quédate aquí, ¿de acuerdo?
- ¡Pero yo necesito hablar con ella!
La mirada de la Gryffindor fue severa, así que a Harry no le quedó más remedio que aceptar.
- ¿Ginny? – la joven llamó a la puerta con suavidad – Soy yo, Hermione. ¿Puedo pasar?
Se oyeron unos pasos. De repente, la puerta fue abierta y Hermione entró. La puerta se cerró de nuevo.
* * *
Ginny se encontraba tendida en la cama boca abajo. Sus brazos abrazaban fuertemente un cojín morado y se podían entrever unas lágrimas en sus mejillas. Ni siquiera miró a su amiga cuando entró en la habitación.
- Lleva así ya un rato – comentó Luna mientras se sentaba en una silla – Me llamó hará unos veinte minutos. No ha parado de llorar desde entonces.
Hermione miró tiernamente a su amiga.
- ¿Qué ha pasado? – le preguntó cariñosamente mientras le acariciaba el cabello.
La pelirroja la miró un instante.
- Ha... Harry... - consiguió expulsar – yo...no...aaaaahhhh - y continuó llorando de forma lastimera.
- Pero Ginny...
- No te dirá nada más – explicó Luna – Habrá que esperar a que pare de llorar para poder enterarnos de algo. De momento, sólo ha dicho que odia a Harry y que no quiere volver a verlo nunca más.
La cara de la Gryffindor se ensombreció. Harry, su mejor amigo Harry. ¿Cómo podía haber tratado así a Ginny? ¿Cómo podía haberla engañado de esa manera? Hermione se puso una mano en el corazón. Ginny y Luna estarían dolidas, pero ella mucho más. Acababa de perder a su mejor amigo y al mejor chico que hasta ahora había conocido.
Entre tanto, Harry seguía esperando al otro lado de la puerta. ¿Por qué su novia se había puesto así? ¿Qué le había pasado?
Recordaba que esa tarde había ido a "Las Tres Escobas". Había quedado allí con Annie Lavrad. Tenían algo que celebrar. Se sentaron en una de las mesas del fondo para que nadie los viera brindar. La gente les hubiera preguntado el porqué y ellos no querían preguntas. Estuvieron charlando cosa de media hora más o menos. El muchacho sacó un trozo de papel con un poema muy romántico, parecido al que le leyó Annie una tarde en la biblioteca. Luego se rieron, en especial él. ¡Qué cursi sonaba aquel poema! Y sin embargo, qué efectivo había sido. Continuó leyendo y riendo. Pero no le dio tiempo a terminar, una voz conocida sonó a sus espaldas. Harry se giró. De detrás de una mesa tapada por una columna salió Ginny. La miró asombrado. La chica tenía las mejillas coloradas y algunas lágrimas corrían por sus mejillas.
- ¡Harry James Potter! – profirió en tono severo - ¡No quiero volver a verte! ¡Tú y yo hemos terminado! - y sin dar más explicación, se marchó corriendo de la taberna.
Harry la había seguido. La había llamado por su nombre mientras la perseguía por el camino, mientras la gente los miraba. Procuró no dar un espectáculo, pero en ese momento le preocupaba más su pequeña novia.
No llegó a alcanzarla, pues, no sabe cómo, ella consiguió una escoba y se alejó de allí precipitadamente, dejándolo confuso y desesperado.
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Nos vemos el finde con la 2ª parte de Corazones rotos. Buena semana <3
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La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]
FanfictionDespués de la caída del Señor Tenebroso, Hermione y el resto de sus compañeros tienen la oportunidad de regresar a Hogwarts y terminar el curso que les fue interrumpido. Draco y los Slytherins también han regresado, pero ahora Draco ve a Hermione co...