Cuando Hermione abrió los ojos, vio que estaba tumbada en una de las camas de la enfermería del castillo. La luz del sol entraba directa por la ventana. ¿Qué hora sería? Sacó los brazos de debajo de las sábanas e intentó incorporarse.
- ¡Despacio, señorita! – exclamó una voz de mujer a sus espaldas – Yo la ayudo.
- Gracias, señora Pomfrey – dijo mientras intentaba ocultar una mueca de dolor al sentarse.
- ¿Se encuentra bien?
- Sí – mintió – Tan sólo me duele un poco la cabeza.
La anciana señora puso mala cara y se apresuró a traerle un brebaje.
- ¡Normal que le duela la cabeza! Esa copa endemoniada llevaba desparabilitus diermis, es un potente somnífero – le tendió la medicina – No sé cómo se atreven los del ministerio a tratar así a los alumnos. ¡Se han vuelto locos! – parecía realmente indignada – Pero usted no se preocupe, señorita Granger, con el remedio que le he dado pronto se sentirá mejor.
Hermione sonrió, aliviada.
- ¿Y cuándo podré volver a clase?
- ¿A clase? Es domingo querida.
- ¡¿Domingo?! ¿Llevo aquí una semana? – Hermione se llevó las manos a la cabeza. ¡¿Tantos días había perdido?! Eso iba a ser difícil de recuperar.
- No, no, tranquilícese. La fiesta fue anoche. No lleva aquí ni un día.
Está bien. Eso sí la tranquilizaba. Todo estaba bien. Los desafortunados acontecimientos habían sucedido hacía tan sólo unas horas, ya habían pasado los efectos del somnífero y no le iban a quedar secuelas. Era un alivio. Sólo le quedaba aclarar un par de cosas.
- Em... señora Pomfrey – preguntó tímidamente la chica – Y...¿y el chico que estaba conmigo?
- ¿Se refiere a ese muchacho tan apuesto? – inquirió con una mirada traviesa – Tuvo suerte. Su desmayo le proporcionó la distracción suficiente para poder huir.
Granger no pudo evitar sonreír. Así que, al final, había conseguido escapar. La anciana señora notó su reacción y le guiñó un ojo.
- Sí, el muchacho está bien. No han conseguido capturarlo.
Lo bueno de aquella mujer es que, aunque se enterase de todo, no era nada curiosa. Ella nunca preguntaba por las historias privadas ni se metía en los asuntos personales de los demás. Y ahora, le bastaba saber que Hermione estaba bien y que se recuperaría pronto.
Mandó a la leona a la cama y se marchó de la enfermería.
No mucho más tarde, llamaron a la puerta. Hermione se sobresaltó de inmediato. ¿Quién llama a la puerta de una enfermería?
Volvieron a llamar.
«¿Por qué no abre nadie?», pensó. «¿Dónde se ha metido la señora Pomfrey?».
Se incorporó en la cama y se aclaró la garganta.
- Adelante.
- Es que está cerrado – respondió una voz dulce desde fuera.
- ¿Luna? ¿Eres tú?
- Herms, ¿cómo estás? ¿Por qué está cerrado? – ahora era la voz de Ginny quien respondía. ¡Habían venido a verla! ¡Qué buenas amigas! Buenas y leales.
- No lo sé – respondió extrañada – Esperad – y buscó su varita en el bolsillo de su disfraz y en la mesa, pero no encontró nada ¡Su varita había desaparecido! – ¿Podéis abrir vosotras? No encuentro mi varita – estaba empezando a desesperarse.
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La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]
FanfictionDespués de la caída del Señor Tenebroso, Hermione y el resto de sus compañeros tienen la oportunidad de regresar a Hogwarts y terminar el curso que les fue interrumpido. Draco y los Slytherins también han regresado, pero ahora Draco ve a Hermione co...