Era más de media tarde y la puesta de sol estaba ya próxima. La ventana de la torre de los premios anuales estaba abierta de par en par, dejando pasar una agradable brisa al interior de la sala. Una sombra entró de repente y se posó sobre el reloj de la sala común de Draco y Hermione. Y allí permaneció, durante más de una hora, hasta que al fin se abrió la puerta.
Un rato más tarde, Hermione regresó a su torre. Había pasado la tarde entera en el campo con Dean y ya iba siendo hora de que fuera responsable e hiciera los deberes. Iba caminando pensando en sus cosas cuando, de pronto, ya antes de llegar, oyó un fuerte ruido que salía de detrás del retrato de su torre.
- ¡Dios mío! ¿Qué es eso?
Empezaron a sonar golpes y gritos aterradores del interior de la sala. Hermione dijo la contraseña al instante y subió corriendo las escaleras, pero lo que vio la dejó totalmente sorprendida. Todos los muebles de la estancia estaban movidos y multitud de objetos aparecían tirados por el suelo. En el centro, un apuesto rubio sostenía su varita en el aire y la agitaba frenético mientras un pájaro revoloteaba en círculos por la habitación realmente asustado.
- ¡Maldito pájaro! ¡Vas a morir! ¡Te lo prometo! – y agitó su varita hacia el ave, pero sólo consiguió alcanzar un par de libros de un estante, que se cayeron al suelo con gran estrépito. El pájaro se posó luego en la chimenea y, con otro hechizo, el chico hizo volar las cenizas y llenó la habitación de hollín. Hermione se cubrió el rostro con la capa del uniforme para evitar asfixiarse.
- ¡¡Malfoy, pero qué narices estás haciendo!! – exclamó asustada.
Draco se dio la vuelta para mirarla.
- ¿Es que no lo ves? – dijo en tono mosqueado – Hay un pajarraco en la torre y voy a cargármelo.
Hermione se paró a observar con detenimiento aquel ave y se dio cuenta de la cruel verdad: era Narna.
«¡No puede ser! ¡Esto no está pasando!», pensó Hermione, aterrada. Draco había descubierto a la lechuza de Ángel. Si averiguaba la relación que tenía con la leona, toda la misión contra los Mortífagos, ¡todo! se iría al traste. La situación era realmente grave.
El Slytherin volvió a agitar su varita para atacar a la lechuza.
- ¡No, para! ¡Por favor! – Hermione intentó frenarlo, pero Draco estaba demasiado enfadado como para escucharla – ¿Por qué la tratas así? ¡Es sólo un pájaro!
Hermione estaba desesperada. No sabía qué hacer para detenerlo. Además, acababa de darse cuenta de que Narna llevaba una carta en el pico. No podía permitir que Malfoy se hiciera con esa información, fuera cual fuera.
- ¡Ese bicho – respondió Draco escupiendo las palabras – estaba rebuscando entre mis cosas! – Ahora entendía Hermione por qué el Slytherin estaba tan enfadado – ¡No sé quién lo envía, ni para qué! Pero está claro que no es una lechuza salvaje ¡y pienso acabar con ella aquí y ahora! – lanzó un nuevo ataque y esta vez el rayo rozó el ala del pájaro. Lo había herido.
- ¡No sigas, Malfoy! ¡La matarás! – Hermione estaba aterrorizada. ¿Cómo detener a ese Slytherin orgulloso y perverso? Se metió la mano en el bolsillo de la túnica, pero no llevaba la varita consigo. Era una maga muy poderosa, pero con la varita fuera de juego, no podía hacer nada para salvar a su pequeña amiga. ¡Nada! Sólo pedir clemencia.
Draco había vuelto a acertar en la misma ala y ahora la lechuza iba dejando un rastro de sangre a su paso. Estaba agotada y apenas podía ya revolotear. Se posó de nuevo sobre el reloj de cuco y esperó impotente su muerte. Miró a Granger con sus ojos de ave por última vez, como si fuera una despedida silenciosa.
El momento siguiente pasó muy rápido. Tanto que es difícil de describir.
Granger, impotente, observaba la escena de cerca, pero al ver a Narna herida posarse de nuevo, supo que su final había llegado. Draco levantó rápidamente la varita y apuntó a la lechuza que lo miraba rendida. Entonces, cuando se disponía a lanzar su hechizo final, se vio atrapado en un abrazo fuerte, muy fuerte. Hermione había atravesado la sala corriendo y se había lanzado hacia el Slytherin. Las únicas palabras que pronunció fueron:
- No la mates, por favor. Te lo ruego.
Apenas si había sido un susurro, pero Draco la había oído. La tenía abrazada a su pecho y podía sentir su llanto, el calor de su piel a través de la túnica que llevaba puesta, su temblor, su miedo.
Se quedó quieto un momento, sin saber qué hacer. No acababa de comprender qué le estaba ocurriendo. Se sentía extraño con esa chica abrazada a su tórax, valiente y decidida a salvar una vida.
Poco a poco, bajó la varita y se quedó muy quieto. Una de sus manos se posó en el pelo de Hermione de forma casi instintiva. No es que le estuviera devolviendo el abrazo, aunque algo dentro de él se moría por hacerlo, por abrazarla. Algo en su interior le quemaba por sentirla tan cerca de su piel, el problema era que, si reaccionaba, no podría conformarse con eso, no podría aceptar de ella solamente un abrazo, necesitaba más, mucho más, por lo que optó por no moverse.
Hermione tampoco reaccionaba. Se había quedado quieta como una estatua pegada al pecho de Malfoy, temblorosa, asustada por la vida de su amiga. Draco no recordaba haberla visto nunca sentir miedo. Ella no sentía miedo. Verla así le partía el alma.
Pasaron unos minutos sin que ninguno de los dijera nada. Al final, tuvo que ser él quien reaccionara.
- No voy a matarla – dijo en tono serio, pero ausente. Seguía enfadado con aquel animal que había rebuscado entre sus cosas, y, puesto que no tenía escrúpulos, le estaba costando mucho controlarse. No estaba acostumbrado a doblegarse a la voluntad de alguien que no fuera él mismo, pero lo estaba intentado.
Hermione abrió los ojos y se dio cuenta de que no había oído al Slytherin lanzar su último hechizo. Echó el rostro hacia atrás para mirar a Malfoy directamente a los ojos.
- Gracias – murmuró sin soltarlo, con los ojos húmedos y aún medio paralizada.
Se sostuvieron la mirada unos instantes en silencio.... unos instantes eternos. Parecía que el tiempo se hubiera detenido y, entonces, Draco se inclinó para besarla.
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Bueno, aquí tenéis lo que os prometí, capi nuevo. ¿Qué os ha parecido la escenita entre nuestra pareja? ¿Creéis que a partir de ahora empezarán a salir juntos o que las cosas no van a ser tan fáciles? ¿Y qué pensáis del hecho de que Draco haya descubierto a Narna? ¿Puede traer eso problemas en el futuro?
Nos leemos <3 el domingo.
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La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]
FanfictionDespués de la caída del Señor Tenebroso, Hermione y el resto de sus compañeros tienen la oportunidad de regresar a Hogwarts y terminar el curso que les fue interrumpido. Draco y los Slytherins también han regresado, pero ahora Draco ve a Hermione co...