Capítulo 46: En manos del duque (2/2)

7.4K 375 208
                                    

RECORDATORIO: En este fanfic me tomé algunas licencias creativas, por tanto, aunque la historia esté ambientada después de la guerra contra Voldemort,  Dumbledore, Snape, Fred, Dobbie y Lavender están vivos. Voldemort no, obviamente.

______________________________________________________________

En cuanto Ángel pronunció esas palabras, Hermione se quedó de piedra. Los estaban observando y ella no se había dado ni cuenta.

- ¿Son guardias?

- No; agentes del ministerio – exclamó sin mucho entusiasmo – Vigilan nuestros movimientos. Nos observan a todos. Dumbledore los ha avisado de que puede que haya algún intruso en el castillo, así que están esperando a que se muestre. Por eso hechicé mi antifaz. Sabía que podía pasar algo así.

La música cesó de repente y hubo una pausa antes de que empezara a tocar el nuevo grupo. Dulluck y Hermione tuvieron que separarse.

- Bueno, y ahora ¿qué hacemos? – preguntó Hermione mientras las demás parejas se dirigían a sus mesas – No podemos quedarnos plantados aquí en medio.

El hecho de que se hubieran quedado quietos en medio de la pista al acabar la música había llamado la atención de uno de los vigilantes, que los miraba de forma inquisitiva.

- Ven – dijo el chico sin perder un instante, agarrándola del brazo – Salgamos al balcón.

Hermione y Ángel atravesaron la pista de baile hasta llegar a uno de los laterales de piedra que daban al exterior. Más que un balcón, aquel lugar era una gran terraza que dejaba ver perfectamente las luces de las estrellas en el firmamento. Había un par de mesas y unas cuantas chicas cotilleaban sobre lo atractivos que iban algunos de los de sexto y séptimo curso.

Dulluck y Hermione se colocaron en la zona más apartada de las mesas.

- ¿Y bien? ¿Qué debo hacer ahora? – la Gryffindor esperaba órdenes. No podía olvidar ni por un segundo que todo lo que estaban haciendo era por el bien de todos, por el futuro del mundo mágico.

- Busca información sobre cómo encontrar el cáliz – sentenció Ángel, que parecía tener las cosas muy claras.

- No sé dónde más buscar. En la Sección Prohibida ya no queda nada. Revisé todos los estantes y lo único que encontré es lo que ya te he contado. Además, no puedo arriesgarme a que me pillen. Quizás deberíamos contárselo a Dumbledore – sugirió – O a McGonagall. Seguramente podrán ayudarte mejor que yo.

En cuanto la chica pronunció esas palabras, el semblante del joven se ensombreció.

- Hermione... – empezó con un deje de tristeza – No soy bien recibido en Hogwarts. Hay profesores que me culpan de la muerte de mi tutor.

- Pero Dumbledore y McGonagall son personas justas que...

- Basta. Tú no lo entiendes, Hermione. No lo entiendes...

De repente, los ojos se Ángel se tornaron brillantes y el chico se volvió para que Hermione no se diera cuenta de que estaba al borde de la desesperación.

- Lo siento – se disculpó la chica, pasándole una mano por los hombros – Es sólo que me cuesta entender algunas cosas. A veces pienso que esta misión me supera, que nos supera.

Ángel posó su mano sobre la de ella, agradeciéndole el gesto y sonrió con tristeza.

- Sé que es difícil confiar en un desconocido – dijo el chico, mirándola fijamente a los ojos – Pero debes creerme cuando te digo que todo lo que hacemos es por un bien mayor que nosotros mismos. Nadie nos creería, Hermione. El Ministerio se niega a creer que los Mortífagos estén a punto de regresar. Si la comunidad mágica lo supiera, cundiría el pánico. ¿Cuántas veces los poderosos han engañado al pueblo? ¿Cuántas mentiras ha tapado ya el Ministerio? – tomó las manos de la joven y la miró con intensidad – Confía en ti misma, Hermione, en tu instinto, y sabrás que digo la verdad.

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora