Capítulo 50: Un enemigo para Malfoy (2/2)

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- ¡¿Se puede saber de dónde habéis sacado todo esto?! – Draco tenía los dientes apretados y los nudillos casi blancos por la rabia. Estaba a punto de perder la cabeza – Todos estos periódicos... ¡¿Acaso pensáis distribuirlos?! ¡Voy a hacer que os arrepintáis de esta broma de mal gusto! ¡Os lo juro! Sobretodo tú, sangre sucia – señaló a Hermione con ira y le dedicó la mirada más hostil que le hubiera dedicado nunca a nadie, una mirada llena de dolor y de rabia.

Algo en los ojos del joven había cambiado, algo acababa de romperse. Hermione vio la cuerda en su mirada rasgándose y sintió una punzada de dolor en el pecho. Lo perdía.

- ¡No, Draco, espera! ¡Por favor! – Hermione intentó frenarlo colocándole una mano en el brazo, pero él se la apartó con brusquedad.

- ¡No me toques!

Pansy sonrió maliciosamente hacia la chica y se agarró de nuevo al brazo de su Slytherin, pero este también la apartó de un empujón.

- ¡Pero, Draquito! ¿Qué te pasa?

- Malfoy, nosotras no hemos sido – se apresuró Ginny al ver a Hermione apunto de romperse en pedazos – Los periódicos estaban en el armario. Pensábamos que habías sido tú el que los había escondido.

Pero Draco ya no las escuchaba. No quería escucharlas. Se marchó de la habitación dando un fuerte portazo y se alejó por el pasillo. Su serpiente morena no tardó mucho en seguirlo.

- ¡Mirad lo que habéis conseguido! ¡Me dais asco! – y se marchó tras él.

Hermione y Ginny suspiraron un instante y se sentaron en el suelo, en medio del montón de perdiódicos.

- Le crees, ¿verdad? – preguntó Ginny, pensativa – Lo leo en tus ojos.

Hermione se encogió de hombros.

- No lo sé, Ginny. Estaba muy enfadado. No es tan buen mentiroso como para fingir todo esto.

- En eso estoy de acuerdo.

La joven castaña suspiró y su amiga se acercó más a ella.

- Herms, soy tu mejor amiga. ¿Qué más te pasa?

La chica apoyó la cabeza en el hombro de su amiga y dejó que el calor la invadiera.

- Se ha acabado.

- ¿El qué? – Ginny no entendía nada.

- Lo que sea que hubiera entre nosotros. Era algo que pendía de un hilo, y hoy se ha roto. Draco piensa que esto se lo he hecho yo, que pienso hacer algo contra él y yo...

- ¿Draco? ¿Lo llamas por su nombre?

Hermione se ruborizó y volvió el rostro para que su amiga no la viera.

- Puede... desde hace unos días.

- Entonces sí hay algo entre vosotros. ¿Os habéis...?

- Le quiero – sentenció Hermione, sin dar opción a réplica – Le quiero, Ginny. Quiero a Draco Malfoy.

La pelirroja se tomó un instante para asimilar la noticia. Ya era algo sorprendente que su amiga se sintiera atraída por Malfoy, pero de gustar a querer hay un paso muy grande, y saber que, además, Malfoy la correspondía, eso sí que era difícil de asimilar. Aunque, con lo que acababa de pasar, quizás ya no fuera mutuo el sentimiento.

- Herms – empezó Ginny, cambiando de tema – ¿Has pensado que quizás alguien puso aquí los periódicos para perjudicarlo?

- Me lo he planteado, pero no entiendo quién querría hacer eso – Hermione no estaba muy convencida – Puede que Draco sea un engreído y un creído, y que siempre se esté metiendo con los demás, pero, aun así... no veo qué conseguiría nadie haciéndole esto. A no ser...

La Razón y el Corazón (Draco y Hermione) [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora