I. The Calling ©

Capítulo 31.

31

RESPETO

—David nunca aprende, ¿verdad? —Dahlia suspira—. Sabe que es un renacuajo en comparación a Ax y que éste lo puede partir en dos.

Nos hemos acercado a la multitud. Ciera ha corrido a todo el mundo con sus huesudos brazos y hemos logrado quedar al frente para presenciar todo en primera fila.

Axell ya está sin camisa, mostrando la pura fibra que su cuerpo es y da círculos alrededor de su contrincante con una sonrisa burlona colgada del rostro. Me fijo en el rival y casi se me cae la mandíbula al notar que, ese tal David, es el mismo David de nuestra escuela, el chico con el que me topé el primer día de clases junto con Jera. Dahlia tiene razón; David parece una ramita en comparación a Ax, pero no porque el chico fuese escuálido, tiene músculos, es sólo que Axell... es una bestia. Me cuesta creer que es apenas dos años mayor que yo. Aunque, he de decir, que la convicción en los ojos de David es interesante.

—¡Muy bien! —La fuerte voz de Aidan se hace presente y un escalofrío me recorre la espalda. Todos guardan silencio de inmediato ante el vozarrón del alfa que ha aparecido en medio de ambos chicos—. ¡Ya saben las reglas! ¡Nada de utilizar objetos, mantengan su forma de lobo y cuidado con la fogata! No queremos otro lobo chamuscado como la vez anterior —agrega y luego sonríe de forma maliciosa—. Y saben que no prometemos que no habrá sangre.

Y el público se vuelve loco.

Aidan desaparece de entremedio y la gente empieza a retroceder, obligándonos a hacer lo mismo, para ampliar el terreno de pelea. Axell es el primero en cambiar. Para mí aún es difícil controlarlo y es horriblemente doloroso, así que me sorprendo al ver la rapidez y sencillez con la que el chico se transforma. Un enorme lobo de pelaje marrón como la tierra se yergue frente a nosotros con las fauces abiertas. El short que llevaba puesto yace hecho trizas en el suelo.

—Vaya —exclamo con asombro.

—El lobo de Ax es impresionante, ¿a que sí? —comenta Dahlia. Asiento al estar de acuerdo con ella—. Es el tercero más grande, después de Aidan.

Giro la cabeza para verla.

—¿Aidan no es el más grande?

No he visto a Aidan en forma de lobo, pero me imaginé que, al ser el alfa, debe de ser increíble también. Dahlia niega con la cabeza.

—Jera lo es.

No puedo evitar soltar un resoplido.

—Por supuesto que lo es —ironizo más para mí misma.

Lo admito: el lobo de Jera es intimidante. Pero no he tenido la oportunidad de compararlo con nadie más hasta ahora.

—Oh, ahí va David.

La voz de Dahlia me hace volver a prestarle atención al show. La transformación de David no es tan rápida como la de Axell. A pesar de que el lobo de David no es tan corpulento como el de Ax, puedo notar que su anatomía no es exactamente para la lucha, más bien, luce ágil y rápido. Y así es. Cuando Ax se lanza con todo su peso sobre el lobo gris que es David, éste logra evadirlo con facilidad y rapidez. Axell arremete nuevamente y prueba atacarlo con la mandíbula abierta y los colmillos descubiertos, pero David se mueve y Ax termina tragando tierra. El lobo gris aprovecha la oportunidad y salta sobre él, logrando hincarle los colmillos en el pellejo del cuello.

El público enloquece y aplaude a David.

—¡No sabía que David fuese tan rápido! —exclama Ciera.