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HERIDA SANGRANTE
Astrid me lleva a la enfermería, aunque más bien tiene que arrastrarme porque mis piernas se sienten como gelatinas en cada paso que doy. A penas puedo procesar lo que Astrid me está diciendo, sólo he logrado captar unas cuantas palabras: Perthro, lobos, Einar, secuestro, Cassian, Jera, mordida, pelea. La enfermería está llena, rebalsa de gente que carga a los heridos hacia su interior, personas que entran y salen con velocidad con insumos médicos y sueros con un extraño color púrpura grisáceo, que imagino que es el antídoto para las mordidas. As me mete entre el mar de gente junto con ella y a medida que nos adentramos en el edificio, el olor a sangre, antiséptico y a medicina me marea un poco, pero lo peor son los gritos. Demasiados gritos de dolor. No puedo evitar tensarme al recordar la horrible agonía que ese antídoto te produce. Subimos al segundo piso, está un poco más vacío que el recibidor y el primer piso en general, pero detrás de cada una de esas puertas se escuchan los quejidos de los Cambiaformas siendo curados. Aidan sale de una de las habitaciones, está pálido, sucio y tiene manchas de sangre sobre la ropa y cabello, y algo me dicen que no le pertenece.
—¡Aidan! —grita Astrid.
La rubia me suelta la mano un segundo para acercarse al alfa. Los atormentados ojos de Aidan se suavizan un poco al posarlos sobre Astrid.
—As... —musita. La chica lo abraza con fuerza y, para mi sorpresa, Aidan le corresponde de la misma forma—. Lo siento. Debí protegerte y a tu primo. Te prometo que lo encontraremos. Y pagarán por lo que hicieron —masculla.
—No fue tu culpa —replica Astrid—. Luego nos preocuparemos de eso. ¿Cómo está Jera...?
La frase de Astrid queda suspendida en el aire cuando un desgarrador grito surca por todo el pasillo y me despabila del letargo en el que he estado. Ese grito, esa voz: es Jera.
—¿Qué mierda pasó? —farfullo. Intento avanzar hacia la puerta, pero Aidan me detiene—. ¡Muévete! ¡Necesito verlo!
—No puedes, Mack. Lo están curando.
Otro grito proveniente de la habitación me hace desesperar. Me zafo del agarro de Aidan.
—¡Ya lo sé! ¡Déjame entrar! —exclamo. Trato de meterme al cuarto, pero el alfa me dobla en tamaño y en peso, pasa sus brazos por encima de los míos, algo parecido a un abrazo, pero su finalidad no es esa, es retenerme—. ¡Suéltame!
—¡No puedes entrar! ¡Sólo estorbarás! —grita.
—¡Tengo que verlo!
Me revuelvo agresivamente entre los brazos de Aidan. El chico impone su fuerza y me estampa contra la pared del pasillo a mis espaldas, por encima de su hombro veo a Astrid hecha un ovillo en el suelo, sollozando. El mal presentimiento que he traído todo el día se convierte en un ladrillo aplastándome las entrañas y el pecho, ahogándome en desesperación.
—¡Mack! ¡Deja de pelear! —gruñe Aidan.
—¡Dime qué mierda pasó! —exijo.
Otro grito más y siento que se me desgarra el alma. El abrazo que mantiene Aidan sobre mí se vuelve más fuerte, pero, esta vez me doy cuenta de que no sólo intenta retenerme, él también se está conteniendo de entrar allí, está tratando de no sucumbir ante el miedo.
—Lo siento, Mack. Fue mi culpa —solloza Astrid—. Fue mi culpa que se llevaran a Einar y que Jera esté tan herido. Einar se ha puesto nerviosa ante la mención del Hereje, ha intentado buscar información sobre él aquí, pero no lo ha conseguido. Si no le hubiese dicho que habían libros en nuestra casa del pueblo... —balbucea—. Fue allí, intenté detenerlo, traerlo de vuelta, pero... jamás me esperé que Perthro anduviese por allí. Y menos... —La voz le tiembla y puedo ver el miedo en sus ojos llorosos— ...menos que el mismísimo Hereje estuviese allí con él. ¡Cassian no debería estar vivo! —exclama, aterrada. El miedo que desprende su voz, la forma en que ha dicho su nombre. Astrid ha visto una pesadilla en persona—. Luego los lobos de Perthro aparecieron, nos amenazaron para que los ayudáramos a ingresar a Moonfall, a llevarte a ti y a Jera con ellos. —La chica sacude la cabeza y el cabello se le pega en las húmedas mejillas—. Me rehusé, no quisimos, pero nos arrastraron demasiado cerca de aquí. Intentamos defendernos. Fue ahí cuando llegaron los Aulladores y Jera. Al verse rodeado, Perthro comenzó a retirarse, pero intentó llevarnos con él. —La voz le tiembla otra vez—. Jera luchó para evitar que lo hicieran y aún así... se llevaron a Einar —gimotea—. Y Jera está muy mal herido. Lo siento, Mack, fui demasiado imprudente.
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I. The Calling ©
Hombres LoboPRIMER LIBRO TRILOGÍA LA PREDICCIÓN DE LA VALA Sinopsis. La única preocupación que Mackenzye Nightshade siempre ha tenido, es su familia. Ella es la hermana mayor. Ella es el pilar de su madre desde que su padre se esfumó en el aire cuando tenía nu...