Eran las ocho y media. Y no sabía si íbamos a salir o no. Sonó mi móvil y lo cogí. Era un mensaje de mi hermano: "¿Qué tal la cita con Antoine?". Suspiré y le respondí: "¿Vienes a mi casa? Con tu novia, porfa". Me contestó con un sí y dejé el móvil en la mesa.
Estaba en mi despacho. Había estado llorando. ¿Por qué? Por todo, por la muerte de mi padre y por Antoine. Suena estúpido, pero era así. Me tomé el tercer vaso de té de valeriana, y juro que parecía drogada. Caminé a la cocina y dejé el vaso. Creo que será suficiente.
No comí nada durante todo el día, sólo el té. Me levanté depresiva.
Me senté en el sofá y miré un punto fijo en la televisión. Todo estaba silencioso. Sin ruido, y yo vacía. Así es como me sentía, vacía. No tenía a nadie a mi lado, no tenía a nadie. Es como si estuviera rodeada de gente y que nadie se diera cuenta que estoy ahí.
Sonó el timbre, despertándome. Me levanté y abrí la puerta.
—Vete, te dije que no te quiero volver a ver en mi vida —susurré intentando cerrar la puerta.
—Laura. Déjame explicar.
—¡¿Qué no entiendes de que "no te quiero volver a ver en mi vida" no entiendes?! —le grité empujándole.
Sollocé. Se acercó a mí y le volví a empujar.
—Quiero olvidarme de ti —dije entre sollozos.
—¿Qué pasa aquí? —habló mi hermano entrando por la puerta.
Me quité las lágrimas y me di la vuelta.
—Vete Griezmann —habló mi hermano.
Oí como Antoine suspiraba y se iba. Me di la vuelta y abracé a mi hermano. Marta entró y cerró al puerta.
—¿Qué has hecho? —susurró cogiéndome de las mejillas.
Me limpió las lágrimas.
—Le dije que no le quería ver en mi vida, que se olvidara de mí. Pero está resultando más difícil de lo que creía, y eso que mañana le volveré a ver —sollocé y abracé a mi hermano.
Me quedé un buen rato ahí. Marta estaba detrás de él mientras me miraba con pena. Me separé y la sonreí. La di un pequeño abrazo y besé su mejilla.
—¿Qué pasó? —susurró.
Le conté toda la historia a Marta, y les conté a los dos cómo me fue en la cita.
—Madre mía, el lío que te has montado —alucinó Marta.
—Ya lo sé —murmuré suspirando—. Y ahora el tengo que olvidar cómo sea, pero el problema es que mañana le volveré a ver. Todo es una completa mierda.
—Ya ves —dijo Marta.
—Necesitaba verte hermanito —le abracé.
Sonrió y besó mi cabeza.
—¿Has comido algo?
—Sí —mentí.
—Bien. ¿Estás mejor?
—Sí —suspiré. Era una verdad a medias.
Me abrazó y besó mi mejilla.
—Te quiero hermana —murmuró.
—Y yo.
Se levantó y Marta hizo lo mismo.
—Te quiero cuñada —susurró.
Reí y asentí.
—Yo también.
Besó mi mejilla y los dos se fueron. Y volví a quedarme sola. ¿Ves? Nadie ve que estoy sola, que siento ese vacío. Comencé a llorar.
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¿No quieres o no puedes? ➡ Antoine Griezmann ⬅
FanfictionElla no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas. Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...