Llegamos a mi casa y entramos al portal.
—Quiero gastarle una broma a Antoine —susurré.
Sonrió divertido.
—Quiero que piense que estuviéramos a punto de tener sexo.
Abrió sus ojos.
—¿Cómo? —murmuró.
—Déjame a mí.
Entramos al ascensor y le arreglé. Le puse un poco de mi labial en sus labios y parecía que le estuviera besando. Después, dejé varios besos por el cuello, dejando la marca de mis labios. Después, le despeiné un poco y ya estaba. Cuando salimos del ascensor, yo me despeiné un poco y me quité un poco de labial.
—¿Enserio que vamos a hacer esto? —murmuró.
Asentí, sonriendo divertida.
—Tienes que parecer que estás excitado —reí en bajo.
Sonrió y cogí las llaves. Abrí las llaves y él estaba jugando todavía a la Xbox. Se notaba que tenía sueño.
—Pensaba que te habías ido —murmuré sonrojada. Tenía que parecer que me habían pillado.
Él me miró y después a Carlos.
—No me he ido. ¿Qué es eso? —señaló los besos del cuello de Carlos.
Me sonrojé y bajé la mirada.
—Si no estuviera yo, estuvierais ahora mismo teniendo sexo —levantó sus cejas.
Volví a sonrojar.
—Creo que sobro. Mañana vendré a por la Xbox.
Pasó por nuestro lado y miré a Carlos con preocupación. Él se encogió de hombros y yo rodé los ojos.
—Antoine, espera —le dije suspirando.
Volvió a entrar en casa, ya que no había cerrado la puerta.
—Todo era una broma. Carlos es gay —volví a suspirar.
Él me miró con una ceja alzada y después a Carlos.
—¿De verdad? —susurró.
Carlos asintió y bajó la mirada.
—Bien, entonces. Todo solucionado —sonreí alegre.
Antoine sonrió y me abrazó. Ese abrazo me pilló sorprendida, pero le correspondí. Carlos sonrió.
—Yo tengo que irme, ¿vale? —habló él.
Griezmann se separó y asintió. Besé la mejilla de Carlos y se fue.
Nos quedamos los dos solos. Bajé la mirada y le miré.
—Yo me tengo que ir a casa —murmuró.
Asentí y besé su mejilla.
—Pero ayúdame a desmontar la Xbox.
Reí, me quité los tacones y la desmonté con su ayuda. La metimos en la bolsa.
—Entonces, ya está. Ahora sí, hasta luego —besó mi mejilla y se fue.
Sonreí y caminé a mi despacho. Tenía el presentimiento de que tenía algún email nuevo. Y efectivamente, tenía uno nuevo. Era de mi jefe. Decía que mañana tenía que estar de reportera para la ciudad deportiva del Atlético de Madrid y en el partido. También decía que podía seguir siendo reportera y reportera a pie de campo.
Al menos no me quitan todo, pensé. Suspiré y me quité toda la ropa. Me puse el pijama, me desmaquillé, puse a cargar mi móvil y me dormí en mi cama tranquilamente.
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¿No quieres o no puedes? ➡ Antoine Griezmann ⬅
FanficElla no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas. Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...