Me fui a la habitación de Antoine y suspiré.
Guardé todas las cosas en sus respectivas maletas.
Salí de la habitación y me encontré con Hugo.
—Hola —sonreí.
Sonrió.
—¿A dónde vas?
—Necesito ir al aeropuerto de Orly para coger un vuelo a Madrid. Hoy me voy definitivamente.
—Te llevo yo.
Me encogí de hombros y fuimos al aeropuerto. Allí fuimos a recepción y pedí un vuelo a Madrid, el más pronto posible.
Había uno a la una y media. Miré la hora y eran las diez y media.
—Sí, ese —dije asintiendo.
Sonrió y me dio el billete de vuelo. Yo le di el dinero, que pensaba que no me iba a llegar. 250 € el billete. ¿Tanto llevaba?
Volvimos a Clairefontaine y suspiré.
—Entonces, ¿te vas? —dijo Hugo.
Asentí.
—Se lo diré a Anto ahora.
—¿Pasa algo? —preguntó.
Suspiré y asentí.
—Pero no te quiero molestar con mis problemas, Hugo.
—Vamos a hablar y me cuentas —sonrió.
Fuimos a una sala en la que no había nadie y él se sentó en una de las sillas.
—¿Qué te pasa?
—Mi hermano me dijo que por qué estoy con Antoine. Dice que no nos vemos mucho, por sus vuelos y sus entrenamientos. Y es verdad. A lo mejor, no estamos hechos el uno para el otro.
Me tiré a una de las silla y suspiré.
—No sé, ahora tengo mucho lío en mi cabeza. Por una parte, le amo pero por otra parte no sé si quiero seguir con él por sus entrenamientos y vuelos.
—¿Os queréis? —preguntó.
—Sí —asentí.
—Pues eso es lo que cuenta. Da igual si no os veis durante días. Según te vayas no os veréis durante días, pero aún así os seguiréis queriendo.
Resoplé y hundí mi cara en mis manos.
—Tengo un cacao en mi cabeza —solté en español.
Sonrió.
—Me gusta cuando hablas español.
Me sonrojé.
—¿Quieres que te hable español y no te enteres de nada? —reí.
Se me quedó mirando con una sonrisa.
—No he entendido nada, pero me encanta. Quiero aprender español.
—Se lo dices a Antoine —sonreí—. Le diré que me voy.
—Te acompaño.
Fuimos a los entrenamientos y me acerqué al entrenador.
—¿Puedo ir a decirle una cosa a Antoine? —le pregunté.
—Espera —miró a Antoine—. ¡Antoine!
Él miró y Deschamps le hizo una seña para que se acercara.
Él vino y me miró.
—Laura quiere hablar contigo, os dejo.
ESTÁS LEYENDO
¿No quieres o no puedes? ➡ Antoine Griezmann ⬅
FanficElla no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas. Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...