"Capítulo 59"

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Y efectivamente, estaba en el descanso.

Suspiré y fui a mi habitación. Coloqué los regalos en el armario.

Lo que me regaló Sara estaba encima de mi escritorio. Sonreí y fui al baño con mi pijama en mano.

Me metí en el jacuzzi y me saqué una foto, y la subí a Instagram: "Después de celebrarlo con mi familia y estar trabajando, merezco un descanso 😊😊😋😋".

Me metí en el jacuzzi y me saqué una foto, y la subí a Instagram: "Después de celebrarlo con mi familia y estar trabajando, merezco un descanso 😊😊😋😋"

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Suspiré y dejé el móvil con la radio puesta. Así me iba avisando cuando terminaba el descanso del partido, para verlo.

Cuando pasaron cinco o puede que más, yo estaba relajada, dijeron que se reanudaba el partido. Así que cogí la toalla, me sequé y me puse el pijama.

Había quedado muy relajada.

Fui al salón y puse el partido.

El partido había comenzado, iban 0-0 y jugaban contra el Granada.

Me preparé la cena. Una ensalada, fácil y sencillo.

Vi el partido mientras. Cuando había una oportunidad, me frustraba. La mayoría eran de Carrasco.

Cuando en el minuto 84, Griezmann marcó un gol de cabeza, con asistencia de Carrasco.

—¡Sí! —grité levantándome casi tirando el bol de la ensalada.

Lo cogí y miré como se levantaba la camiseta que ponía "Feliz cumple gordita!!!". Y un corazón.

Reí y me sonrojé.

El partido transcurrió normal, con faltas y demás y en el último momento, tarjeta roja a uno del Granada. Y también le dieron un codazo o no se qué a Savic, que de su nariz salía mucha sangre. Creo que se la rompió o algo. Le obligaron a irse del campo.

Terminó el partido 0-1, a favor del Atleti con el gol de Griezmann.

Le entrevistaron nada más terminar el partido y sonrió alegre. Se le vía sudoroso. Mi televisión era grande y de alta definición, así que puedo verle el grano más pequeño de la cara.

Bueno, tanto no, pero me entendéis.

—Veo que le dedicaste el gol a tu novia —habló el entrevistador.

—Sí. Ella es lo mejor que me ha pasado hasta el momento. La quiero mucho, y como es su cumpleaños, pues que mejor que marcar un gol y dedicárselo a ella —sonrió.

Sonreí.

—Gracias Antoine —habló el entrevistador.

Antoine sonrió y se fue. Sonreí como una tonta y suspiré.

Dejé el bol de la ensalada en la cocina, me lavé los dientes y me desmaquillé.

Sonó mi móvil y miré. Era mi madre, me mandaba las fotos del cumple.

¿No quieres o no puedes?   ➡ Antoine Griezmann ⬅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora