Ella no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas.
Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...
Ya era sábado y ayer fuimos al tanatorio para saber cuánto iba a costar todo y cuándo haríamos el entierro. Decidimos hacerlo mañana a las once y media de la mañana. Sólo asistiríamos los familiares y amigos más allegados.
Eran las doce y media. Yo no tenía ganas de hacer nada. Solamente me gustaría estar en mi casa, dormida o sin hacer nada.
Los cortes estaba bien. Me puse una venda alrededor y ya está. No había mucho misterio.
Me tomé el café y ya había terminado de desayunar. Caminé a mi habitación y escogí un conjunto formal. Consistía en un top de tirantes, parecía un sujetador sinceramente, una chaqueta blanca de traje y unos pantalones formales blancos. De calzado unos tacones blancos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Suspiré y caminé al baño. Me maquillé tapándome las ojeras y me tapé las ojeras y me puse delineador, sólo eso.
Cogí una mochila pequeña y metí las cosas más importantes. Suspiré y me tumbé en la cama.
Volví a suspirar y sonó mi móvil. Lo cogí de la mochila y miré. Mensaje de Antoine por Twitter:
Antoine: Buenos días. ¿Preparada para los Deportes?
Laura: Sinceramente no tengo ganas de hacer nada.
Antoine: Ojalá te pudiera ver.
Laura: Y yo.
Antoine: Eso se podrá cumplir porque vendrás el día 19 a la ciudad deportiva y te veré. Además, también me informaron que irás al partido con el que jugamos contra el Deportivo.
Laura: Sí, agenda apretada. Y también apareceré el día 21 en El Hormiguero. Aunque no sé si ir a todas esas cosas. No tengo ganas de hacer nada.
Antoine: Hazlo solamente por mí. Quiero verte.
Laura: Y yo, pero no tengo ganas de hacerlo. Solamente quiero quedarme en mi casa, sin hacer nada.
Antoine: No seas así. Tengo que irme, ¿vale?
Laura: Claro, adiós.
Antoine: Au revoir.
Suspiré y me pasé la mañana estudiando hasta que eran las tres. A esa hora salí de casa y llegué allí a las tres y diez. La verdad es que no tardaba mucho.
Entré a mi edificio y suspiré. Caminé a la sala de ensayo, donde deberían estar Juanma y Elena. Entré sí, estaba allí. La sala era como un área de descanso. A la derecha, había un sofá, que era donde ensayábamos los guiones y delante tenía una mesa con comida y una cafetera. Todo estaba bien montado.