"Capítulo 3" Parte 2

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—El Leganés va perdieron contra el Sporting 1 - 2, en el Molinón y en breves terminará. A las cuatro juegan el Valencia contra el Betis en Mestalla. El Granada y el Eibar a las seis y cuarto en el estadio del Granada y por último, el Deportivo contra el Athletic Club de Bilbao en el estadio de Riazor a las ocho y media —hablé yo.

—Espero que hayan disfrutado de estos informativos y nos vemos esta noche —dijo Juanma.

—Que tengan una feliz tarde y —sonreí—, hasta la noche.

Cuando Juanma se quitó el pinganillo, yo lo hice también. Lo dejé sobre la misma mesa y Juanma me miró.

—¿Aceptarás? —dijo.

—No sé, tal vez. Me he acomodado. Tal vez acepte o no —reí.

Sonrió y cogió sus cosas.

—Me voy, ¿vale? Hasta la noche.

—Vale, yo también.

Besó mi mejilla y se fue. Recogí mis cosas y me quitaron el micrófono según me levanté. Caminé a la cabina donde estaba mi hermana y el director.

—Me lo he pasado muy bien —sonrió.

—Me alegro. ¿Lo he hecho bien?

—Lo has hecho perfecto.

Besé su frente me abrazó. El director se acercó.

—¿Se ha portado bien? —le dije.

—Se ha portado muy bien. En los próximos días tienes que venir para firmar el contrato.

—Si vengo en los próximos días, es para firmar el contrato.

—Vale. Si quieres firmar, estaré en la quinta planta y pregunta por mí.

Asentí y las dos nos fuimos a casa a comer.

—¿Por qué no has aceptado ahora mismo?

—Necesito pensar —suspiré.

Había de comer gazpacho y filete de pollo empanado. Cuando preparamos la mesa y la comida, llamaron a la puerta. Suspiré y me levanté a abrirla.

—¿Qué hacéis aquí? —les dije.

Estaba Marta y Mario.

—Venimos a visitar a mi cuñada —habló Marta.

Reí.

—Está Miriam —susurré.

A mi hermano se le abrieron los ojos.

—¿Por qué está aquí?

—Ha peleado con nuestros padres y ayer por la noche vino conmigo —respondí.

—¡¿Quién es, Laura?! —gritó Miriam.

—¿Quién es Miriam? —cuestionó Marta mirando a Mario.

—Tu otra cuñada —la miré.

—No me dijiste esto —le dijo moleta.

—Sí, lo siento.

Oí pasos dentro y Miriam miró al puerta. Ella sonrió y abrazó a nuestro hermano.

—Hola hermanito —Miriam miró a Marta—. ¿Quién eres?

—Pasemos adentro —hablé suspirando.

Todos pasamos adentro y nos quedamos en el salón, sentados.

—¡Tú eres mi cuñada! —gritó Miriam a Marta. Miró su barriga—. ¡Mi sobrino!

¿No quieres o no puedes?   ➡ Antoine Griezmann ⬅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora