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"Capítulo 68" Parte 2

Subimos a la tercera planta y buscamos la habitación 23. Cuando la encontramos, todo estaba en silencio. Ella estaba tumbada en una camilla. Respirando tranquilamente.

Nos acercamos a ella y cerramos la puerta. Dejé la maleta a un lado y la miré. El suero estaba en su nariz. Su madre y hermana comenzaron a llorar, yo suspiré. La había visto en peores condiciones.

Las abracé y suspiré. Nos quedamos hablando en voz baja hasta que ella despertó. Despertó desorientada.

—¿Dónde estoy? —murmuró mirándonos a los tres.

—Estás en el hospital Ramón y Cajal, hermana. Intentaste suicidarte —habló su hermana cogiendo su mano.

Cerró los ojos y respiró profundo.

Laura's POV:

Abrí los ojos lentamente y la luz me cegaba, así que estuve con los ojos entrecerrados.

—¿Dónde estoy? —murmuré, mirando a mi familia. Estaba mi madre, Miriam y Anto.

Mi voz estaba ronca.

—Estás en el hospital Ramón y Cajal, hermana. Intentaste suicidarte —cogió mi hermana mi mano.

Ahí me acordé cuando me corté.

Cerré los ojos y respiré profundo.

—¿Por qué lo hiciste? —susurró mi madre.

Suspiré.

—Eso no importa, estoy bien.

—No estás bien, Laura. Has atentado con tu propia vida, por no contar con tu anteriores cortes, que eso me lleva a pensar que sos una chica suicida.

—Tal vez lo sea, pero cuando me corto soy más feliz que en este mundo de mierda.

Sollozó y se me rompió el corazón, pero era la verdad. Me sentía genial cuando me cortaba.

Salió de la habitación, con mi hermana detrás, dejándome sola con Anto.

Nos quedamos en un silencio incómodo.

—Perdí al bebé, ¿verdad? —murmuré.

Asintió y cogió mi mano.

—Tranquila.

—No estaba muy contenta con él, pero te juro que no me suicidé para perderlo —dije apretando su mano.

—Vale, te creo. Ahora te tienes que recuperar, ¿vale?

—Físicamente, vale, pero emocionalmente, no. Estoy rota, como te dije en el audio. No sé por qué estoy contigo. Me debes de odiar, no te merezco. Mereces a una persona que te quiera y que no se intente suicidar.

Se acercó a mí y me cogió de las mejillas.

—Yo te amo tal y cómo eres. Ya te lo dije en su día. Me da igual tu pasado, me da igual todo. Sé que te amo, y eso es suficiente para dejar todo, menos el fútbol.

—Ese es el problema, los entrenamientos, los vuelos, la selección. Ojalá fueras más malo que el caballo del malo y que no te convoquen en ningún partido y ni en tu selección.

Sonrió y besó la punta de mi nariz.

Anto's POV:

Le entró una arcada y busqué algo para que vomitara.

No sé de dónde, encontré una bolsa.
Se la puse en la boca y vomitó ahí. Le agarré el pelo.

Cuando paró, entraron su madre y hermana.