"Capítulo 27"

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Bostecé y apagué la alarma. Esta siesta me venía de perlas. Me levanté y me vestí con una sudadera que ponía "Feed me and tell me I'm pretty". Después, unos pantalones negros y unas deportivas.

Me hice una coleta en el pelo y me lavé la cara. Me puse un poco de maquillaje y mi barriga sonó. Tenía un poco de hambre. Salí en busca de comida.

Le di la llave a la de recepción.

—¿Quiere un mapa para ubicarse? —preguntó.

—Me vendría bien —sonreí.

Lo sacó de uno de los cajones y me lo dio. Sonrió. Lo cogí y me fui de allí. Abrí el mapa. Era un de esto que tú vas desplegando y te encuentras hasta con un pingüino en la Antártida. Al final, me encontré en las manos un mapa de todo México D.F.

Fui difícil ubicarme, pero lo conseguí. Había un restaurante cerca, así que seguí todo recto y después, giré a la izquierda. Varios giros más y llegué a una tienda mexicana. Vendían aperitivos, chucherías y todo eso. Entré y había muchas cosas. Era como una tienda de chinos en España. Esa tienda que tiene de todo.

Cogí unas chucherías que no tenía ni idea de qué eran porque había en España y después una lata de Coca-Cola. Lo pagué todo.

—Muchas gracias —sonreí cuando me lo metió todo en una bolsa.

Sonrió y asintió. Salí del establecimiento y miré un parque cercano. Cuando lo encontré, caminé hasta él. Tardé una hora en llegar, pero valió la pena. Había personas por allí y me gustaba. Tenía fuentes preciosas, y encima que no había nubes, sólo en Sol. Se hacía agradable pasear por allí.

El parque se llamaba Alameda Central. Era muy natural todo. Era precioso, y cada vez que me encontraba fuentes, les hacía una foto.

Parecía una turista, y eso era lo era.

Me senté en un banco que había alrededor de la fuente e intenté doblar el mapa, pero era imposible. Sólo me hacía falta decir: "Mira allí está Argentina". Es que era tan grande que si hubieran seguido, hubieran hecho a todo América.

Al fin lo doblé como pude. Saqué las gominolas y comí una. Primero, estaba dulce y cuando das el primer mordisco, estaba ácido, pero después volvía a estar dulce.

Estaban riquísimo, salvo la parte ácida. Cuando comí todas las gominolas y la Coca-Cola, pues di una vuelta a todo el parque. Estaba bien bonito.

Saqué foto a todo. Cuando terminé de dar un recorrido, fui por una calle ancha hasta encontrarme con una rotonda con un monumento gigantesco. Era bonito. Le saqué una foto y la publiqué a Twitter y Instagram diciendo: "¡Bien bonito que es México, wey!".

Reí por lo que puse y saqué el mapa

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Reí por lo que puse y saqué el mapa. No sabía dónde estaba yo. Me acerqué a una persona.

—Perdona, ¿me puede ayudar? —pregunté.

—Claro —miró el mapa y señaló una rotonda—. Acá es dónde estamos. ¿A dónde tenés ir?

—Hotel Riazor.

—Vas a tardar mucho, y está atardeciendo. Te acompaño.

Asentí con desconfianza y comenzamos a caminar hasta el hotel.

—¿De dónde venís? —preguntó.

—España.

—Yo soy de Francia, pero estoy acá desde que tengo 13, y tengo 25 años.

—12 años viviendo aquí —sonreí—. ¿Cómo te llamas?

—Charles. Tu te llamas Laura, ¿verdad?

—Sí. ¿Cómo lo sabes?

—Te sigo por Instagram y le he dado like a la última foto que has subido, la del Ángel de la Independencia.

—¿Así se llama?

—Sí. ¿A qué has venido a México?

—A un concierto de Demi Lovato, que se hace mañana, y también a visitar la ciudad.

—Espero que lo disfrutes —sonrió.

Estuvimos todo el camino conociéndonos. Él se trasladó a México porque sus padres están separados y su madre vive aquí, pero su padre en Francia. Trabaja de doctor.

Charles era guapo. Alto y los ojos verdes, con unas grandes pestañas. Su nariz aguileña y sus labios finos. Su barba poblada y afeitada.

—Este es tu hotel —sonrió.

—Merci —sonreí.

—Ojalá algún día vuelva a Francia.

—¿Para quedarte a vivir allí o de visita?

—Visita, aquí tengo a la mayor parte de mi familia, mis amigos, novia y trabajo.

—Este país te ata fuerte.

—Bastante.

—Gracias por acompañarme Charles.

—¿Nos podemos hacer una foto?

Asentí y nos hicimos un par de selfies.

—Hasta luego —dije abrazándole.

Se separó y besó mi mejilla.

—Adiós.

Entré a mi hotel, me dio la llave de mi habitación y subí. Cuando entré, sonó mi tripa. ¿En serio? Bajé abajo y di la llave a la recepcionista. Caminé calle abajo y me encontré con un Vips. Entré y eres bonito todo. Mesas por todos lados y el mostrados al fondo. Caminé al mostrador y me tocó enseguida.

—¿Qué quiere?

—Quiero las enchiladas en salda manchamantel, de beber, malteada de cookies & cream y capuccino de chocolate. Sólo eso —sonreí.

Asintió y lo apuntó.

—Son $336,24 —dijo.

Le di el dinero con dificultad porque tenía que contar y había gente detrás de mí.

—Siéntese, yo le llevaré el pedido —habló cuando le di el dinero.

Asentí y me senté en una mesa libre. Después de un tiempo, trajeron mi pedido. Mi barriga estallaba de hambre. Comencé a comer las enchiladas y era la primera vez que las probaba y encima en un sitio de comida rápida, pero estaba riquísima. Estaban rellenad de pollo y tenían frutas asadas. Aun así, estabas ricas.

Después, bebí el capuccino y terminé. Dejé la bandeja en una mesa, donde estaban las demás y salí de allí. Caminé al hotel, recogí la llave y subí a la habitación.

Me lavé los dientes, me puse el pijama y miré la hora en mi móvil: las nueve menos cuarto. En España serían las tres de la madrugada o más.

Me metí en Twitter y puse un tuit diciendo: "Me voy a dormir ya que es muy tarde. ¡Buenas noches desde México! 😘😘❤❤". Puse a cargar el móvil y yo me puse a dormir.


***

¡Muy buenas, amigos/as! Espero que hayáis tenido un buen lunes. 

Os digo una noticia: "Gabi podría verse obligado a pasar por el quirófano". Será intervenido de una fractura en dos dedos de la mano derecha. 

Gabi, sería duda para el próximo partido que se juega contra el Granada. Pero en Champions es seguro que no podremos contar con Gabi por acumulación de tarjetas. 

Eso era todo, ¡nos vemos el viernes! 😘😘

Hasta luego 😍😍😍


❤❤❤

¿No quieres o no puedes?   ➡ Antoine Griezmann ⬅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora