Ella no confiaba en el amor, porque había sufrido demasiado para su corta vida, aunque tenga 22 años. Sinceramente, no confiaba en nadie, nada más que en su familia y en sus mejores amigas.
Después, le encontró. Él era perfecto. ¿Problema? Tenía...
Nerea me rapó el lateral izquierdo mientras hablábamos de mi problema.
—Lo superarás, tranquila —dijo perfeccionando el corte con una tijeras.
Le pedí que me lo tiñera y lo hizo. Después, me lo lavó y me hizo las ondulaciones. Para fijarlo, puso laca.
—¿Cuánto te debo? —pregunté.
—Nada —sonrió—. Tómatelo como un regalo.
La abracé y besé su mejilla.
—Gracias —murmuré.
Besó mi mejilla y salí de ahí. Caminé al estudio de tatuajes de La Vaguada y entré.
—Hola Clara —murmuré.
—Hola. Vi tu foto en Instagram —me miró—. ¿Cómo estás?
—Solamente me quiero relajar de todas las cámaras —sonreí—. ¿Tienes alguien para tatuar ahora mismo?
—No. ¿Quieres que te lo haga? Le puedo decir a alguien que se quede aquí.
—Como quieras.
—Voy a ver.
Asentí y me quedé esperando. Poco después, Clara vino con un chico.
—Gracias Fer —besó su mejilla.
Sonreí y Clara me indicó que la siguiera. La seguí hasta una sala donde estaba todo el material y una camilla.
—Túmbate —habló.
Tragué saliva y me tumbé en la camilla. Sentí sus manos frías bajando un poco mis pantalones. No tenía porqué subirme la camiseta porque era corta.
—¿Dónde era?
—Aquí —señalé un poco más arriba de mi cadera. A la derecha del ombligo.
—Y era este dibujo, ¿verdad? —me lo enseñó.
—Sí —sonreí.
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(Imaginaros que pone "papá" y la fecha de nacimiento del padre y la fecha de nacimiento de fallecimiento. O sea que en la fecha ponía esto: 28·07·1944~15·09·2016)
Sentí cosas frías por la cadera y tragué saliva.
—Va a doler, te aviso. ¿Vale?
—Hazlo ya, por favor.
Comenzó a tatuarme. Y dolía mucho. Clavé mis uñas en las palmas de mis manos para después soltar un grito. Clara rió.
—No te rías —murmuré apenas audible.
—Cuéntame sobre tu vida. Porque han pasado muchas cosas.
Comencé a contarle las cosas que pasaron desde que empezó el mes de septiembre. Y después, hablamos de temas sin sentido. Así, se me hizo más llevadero el dolor.
